Por más de 20 años, un grupo selecto de empresarios se ha enquistado en las principales cámaras de Puebla de los ramos restauranteros, de la transformación, de comercio, constructor y textil, desde las cuales han buscado el control y la influencia sobre las decisiones de la vida pública del estado.
A través de las cámaras empresariales, estos grupos selectos han armado pequeños monopolios con los que negocian con los grupos en el poder en turno para obtener beneficios para favorecer sus intereses.
Por años, los cargos directivos en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Cámara Nacional de Comercio (CANACO), Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Cámara Nacional del Comercio Pequeño (Canacope), y la Cámara Nacional de la Industria Textil (CITEX) han pasado de familia en familia.
El principal fin de esta concentración de poder no ha sido otro más que mantener el control de las cámaras por años hasta utilizar sus posiciones de poder desde las que generan negocios personales, y obtienen espacios en la función pública o cargos y candidaturas para puestos de elección popular.
La última gran escena de la cúpula empresarial poblana fue la protesta montada en la unción del nuevo presidente de la Coparmex, Rubén Furlong Martínez, en donde los asistentes arremetieron contra el gobernador Miguel Barbosa Huerta.
Tras meses de estar enfrentados con el gobernador, que no ha cedido a las exigencias “de quienes no aportaron nada” durante la etapa más crítica de la pandemia en Puebla, los empresarios del CCE, Canaco, Canacintra y Coparmex aprovecharon la oportunidad para amedrentar al mandatario con reclamos por los impuestos del estado y el conflicto legal que enfrenta la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
En lugar de permitir el ataque, Miguel Barbosa les dejó en claro la posición que han jugado a lo largo de los años en el estado, el de la derecha radical con ideología marcadamente conservadora. La cúpula de empresarios ahora terminará el sexenio alejada del poder.
DE LOS NEGOCIOS A LOS CARGOS
Por años, los organismos empresariales han utilizado sus posiciones para negociar con la ultraderecha en el estado para buscar cargos de elección popular tener poder político.
El caso más reciente es el de Carlos Montiel Solana, expresidente del CCE, que en los últimos tres años se ligó al Partido Acción Nacional (PAN) para negociar una candidatura a diputado federal en el proceso electoral 2020-2021. No obstante, por las presiones en los partidos políticos y la coalición con el PRI y PRD, el líder empresarial se conformó con la segunda posición de regidor en la planilla que encabezó Eduardo Rivera Pérez, quien lo designó coordinador de regidores.
Los beneficios se extienden también al hermano Pablo Montiel Solana, el principal asesor político de Rivera Pérez y que ha sido señalado por su autoritarismo y cerrazón.
Otro de los empresarios que utilizó su cargo como trampolín fue Francisco Rodríguez Álvarez, quien dirigió la Coparmex y CCE entre los años 2011 y 2013, respectivamente. Para 2014 el exlíder empresarial se unió al ala morenovallista del PAN para obtener una diputación local para el periodo 2014-2018.
Para la elección de 2018, Franco Rodríguez se sumó a la campaña de Martha Erika Alonso por la gubernatura de Puebla, fue coordinador de campaña y tras ganar en tribunales electorales llegó al gobierno del estado como secretario de Desarrollo Rural.
Luego del accidente aéreo del 24 de diciembre de ese mismo año, en el que perdieron la vida la gobernadora y el senador Rafael moreno Valle, el exempresario se quedó en el gobierno interino de Guillermo Pacheco Pulido y, una vez ganó Miguel Barbosa la gubernatura, desapreció de la escena política y empresarial.
Quien también salió de una de las principales cámaras empresariales poblanas, la Coparmex, fue Luis Mora Velasco, quien presidió al organismo de 2008 a 2010. Fue candidato a diputado federal, también por el PAN, pero la perdió, no obstante, encontró cabida en 2010 en el gobierno municipal de Puebla encabezado por Eduardo Rivera, en donde fue designado director de Normatividad Comercial y fue ampliamente criticado por casos de corrupción.
ENTRE LOS NEGOCIOS Y LA ACADEMIA
Además de la política, los líderes de las cámaras empresariales de Puebla se han aprovechado de los organismos para mantenerse vigentes o generar otros negocios.
El ejemplo más claro es la familia Rodríguez Regordosa, la que más ha extendido sus tentáculos a los organismos comenzando por Juan José Rodríguez Posada, quien presidió en la década de los noventa e inicios de los años 2000 la Coparmex y el CCE, y que compartió el poder con su hermano Pablo Rodríguez Posada.
A esta familia también pertenece Luis Regordosa Valenciana, que presidió el CCE también a inicios de los 2000, al igual que Luis Rodríguez Fernández. Por su parte, Herberto Rodríguez Regordosa fue presidente de la Coparmex.
El caso de Herberto Rodríguez es igual al de José Antonio Sánchez Díaz de Rivera, pues pasó de presidir la Coparmex poblana a formar parte de la Junta de Gobierno de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), nido de los fundadores de El Yunque.
A su vez, Pablo Rodríguez Regordosa ha sido regidor, diputado local y federal, así como candidato fallido a la presidencia municipal de Puebla. Mientras el “príncipe de la derecha” crecía su currículum político sus parientes se enquistaban en los organismos empresariales.
Otra de las familias beneficiadas por este esquema de acaparamiento de las cámaras es la Couttolenc, que se han hecho de la presidencia de la Cámara Nacional de la Industria Textil de Puebla-Tlaxcala con Carlos Couttolenc López y Alejandro Couttolenc Villar, ambos familiares de la actual secretaria del Medio Ambiente del Ayuntamiento de Puebla, Myriam Arabizan Couttolenc.
Quienes han comenzado su camino dentro de las cámaras de Puebla son Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco y Fernando Treviño Núñez. El primero fue primero titular de la Canirac por dos periodos entre 2016 y 2019, para pasar a partir de 2020 a la presidencia del CEE; el segundo presidió el Consejo Coordinador Empresarial por 2010, para luego presidir la Coparmex de 2019 a 2021 hasta el cambio de presidente con Rubén Furlong Martínez, quien formó parte de la Fundación de Empresarios por Puebla, uno de los brazos del CCE, en donde se desempeñó como tesorero.
