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viernes, abril 26, 2024

La horrorizada Sociedad que se horrorizó de la horrorosa muerte

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Una tal María Julia, locutora de una televisora de Monterrey, entrevista con toda la saña del mundo al padre de Debanhi. (No hace falta decir quién es Debanhi. Se ha vuelto un símbolo en este país roto). 

La locutora interrumpe, hurga, trae bajo el brazo un encargo peculiar: Que el entrevistado se trague sus palabras y se contradiga. Días antes, la misma locutora dijo enfática que el de Debanhi no era un feminicidio. ¿Tenía pruebas? Ninguna. Pero igual lo dijo. (Siempre hay público para este tipo de basura). 

El padre de Debanhi va a otro programa. Últimamente ha dado entrevistas en todos lados. Los locutores se solazan. 

Uno que es la copia de Javier Alatorre hace lo mismo que María Julia: Arrincona al padre y lo lleva al ring de las contradicciones. Hace lo mismo con el chofer que abandonó a Debanhi a su suerte. Le pide audios. Los deja oír. Escandalizado, jura que la chica estaba bebida. ¡O drogada! ¡O las dos cosas! 

Él y María Julia culpan a los padres por darles permisos a sus hijas. ¿Dónde estaban los papás en esos momentos, padre nuestro?, gritan a la mitad de su puritanismo ramplón. El público, muerto de morbo, come palomitas mientras el espectáculo transcurre. 

Mafian TV —un tal Fabián Pasos— fue el primero en lucrar con el caso Debanhi. En su calidad de exdirector de contenidos de Laura Bozzo tenía un derecho histórico. Su exjefa ahorita estaría metida en el tema de no ser porque está prófuga de la justicia por un tema fiscal. Nadie como Laura Bozzo para lucrar con las tragedias. Nadie como ella para interrogar a gritos. La audiencia consumía más palomitas cuando su programa era el rey del rating. El morbo era nuestro té de tila de aquellas tardes memorables. 

Mafian tuvo que irse de México, dice, porque iban tras él. ¿La razón? Que tiene en sus manos videos que dejarán en claro lo que pasó con Debanhi. Él, jura, presentará la verdad más sucia de esta trama. Los días pasan, rufianes, y el exempleado de Laura Bozzo no publica los videos prometidos. Eso sí: sus tuits anuncian que ya viene la exclusiva, que está armando todo, que le tengan paciencia. Su audiencia en YouTube se ha vuelto masiva. ¿Cuánto dinero se ha embolsado gracias a este caso? 

Siempre hay un público para la basura. Debanhi no solo genera solidaridad: Hace ganar audiencia. Y eso significa morbo. Y eso significa pesos. 

Todos los días hay una revelación que cimbra a la horrorizada sociedad. ¡Vengan las palomitas, rufianes! 

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