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sábado, abril 27, 2024

La casa del ego

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Mucho se ha venido hablando en las últimas semanas del ahora llamado Club Puebla. Historias van, historias vienen, desgraciadamente nada -o casi nada- que ver con el tema futbolístico. 

Del Puebla se habla, básicamente, de los escándalos al interior de la directiva y de la lucha de poderes que simplemente han llegado a oídos de los jugadores, lo cual tiene al equipo de la franja al borde del abismo futbolístico, con actuaciones cada vez peores semana a semana, las cuales terminan por ser goleadas que mantienen al equipo en el penúltimo lugar de la tabla, con cuatro puntos de 27 disputados y a sólo uno de distancia del colero general Bravos de Juárez, con quienes, por cierto, se tiene un partido pendiente donde posiblemente se esté jugando el farol rojo del torneo. 

Por otro lado, como todos sabemos, hace unos 10 o 15 días fue despedido el supuesto director deportivo del equipo que lleva por nombre Jorge González, ilustre desconocido que durante dos años jamás dio la cara y se mantuvo prácticamente en el anonimato, con excepción del día que lo corrieron y publicó una serie de logros (según él) los cuales después de que usted los lea se dará cuenta que 90 por ciento de lo que ahí publica son puras mentiras, ya que el trato que él y otros le dieron a jugadores que se fueron de la institución fueron, por llamarlos de una manera decente, “despectiva”. 

Aclaro que las risas son grabadas. 

Por otro lado, le comento que, ante la salida de González, quien se dice era el último bastión del Tío Guzmán, a quien ahora gente como Ro(b)a y las madams lo niegan y se cuelgan del clavo ardiente para ver si salvan la chamba. 

Quien terminó por caer y fue despedido casi al mismo tiempo que Jorge González, fue el “Chileno vividor” Carlos Poblete, quien dilapidó el prestigio que ganó como jugador del equipo al aliarse con Ro(b)a y los 40 ladrones y terminó siendo un “pillastre”, que lo mismo vendía debuts a los padres de familia en 500 mil pesos (tengo testigos que pueden dar fe de esto públicamente) y ya en lo chiquito, vendía boletos, por medio de él y su gente, de los que estaban marcados para el DIF estatal y los que sobraban de los que se les dan a los jugadores, y mercado negro de playeras robadas de la bodega del equipo, entre otras linduras. 

 

Historia prometida. 

Les comenté en la semana que traía yo una información de CDMX que podría interesarle a usted como aficionado al Puebla. 

Mire usted: 

El Puebla y el fútbol para la gente de TV Azteca se han convertido, en cierta forma, en una especie de compromiso que termina por pesar y que, la verdad, no es del agrado de los altos jerarcas de la televisora del Ajusco. 

El propietario, Ricardo Salinas Pliego, es un hombre de negocios que tiene en su vida prioridades mucho más elevadas que manejar al Puebla. Es más, no le importa en realidad; la franja es un activo más en sus múltiples negocios. 

A su hijo Benjamín, que podríamos decir es el encargado del tema Club Puebla, sus actividades empresariales tampoco le permiten estar al cien por ciento pendiente del equipo y delega esa responsabilidad en un hombre que, además de capaz, ha demostrado su lealtad a la familia Salinas y de jurídico del grupo pasó a ser director general de TV Azteca. Y me refiero al señor Rafael Rodríguez, quien trae los hilos de la empresa en sus manos, pero que desgraciadamente tampoco le gusta mucho el fútbol y, por lo mismo, ha tenido que delegar varias veces para el manejo del equipo Puebla. 

Del señor Gustavo Guzmán, quien hace seis años tomó la batuta y escogió al bueno para nada del Chompiras Jiménez como prestanombres, para así evadir el tema de la multipropiedad y desviar un poco la atención, situación que no pasó de 15 minutos en que todo Puebla se diera cuenta que el Chompiras era todo menos el verdadero dueño del Puebla. 

Guzmán ya no despacha en las oficinas de TV Azteca. En la actualidad, él tiene unas oficinas por el rumbo de Santa Fe, pues aún goza de la simpatía del mero mero jefe Ricardo Salinas y atiende algunos asuntos ya no tan importantes. 

Por el otro lado está su hijo Benjamín que se apoya más en Rafael Rodríguez y que fue él quien envió a Gabriel Saucedo a Puebla como director general, para tratar de meter orden en “Sodoma y Gomorra”, donde Ro(b)a se había servido con la cuchara grande, y tenía hasta de a dos amantes a quienes terminó distribuyendo entre Puebla y Mazatlán para evitar conflictos por su amor y así tener a donde llegar en cualquiera de las dos ciudades donde opera. 

Sin embargo, Saucedo llegó y se dio cuenta que la cosa estaba peor de lo que le habían platicado y supo que tendría que limpiar la casa al ciento por ciento si realmente quería enderezar el barco. Sin embargo, no es tan fácil correr a todos el primer día, y obvio, será una labor de a poco hasta que él pueda llegar a trabajar con su gente de confianza y no con “zánganos” que sólo le ponen trabas para levantar a la escuadra. 

Por otro lado, se supo que en las oficinas opera un supuesto enviado a quien le tienen que reportar todo lo que suceda en el área deportiva y que esté, de acuerdo con el periódico Grada, se trata de un hombre de confianza y auxiliar, en algún momento, del peruano Juan Reynoso, de quien se menciona podría regresar al banquillo camotero en cualquier momento. 

Y es aquí donde se pone lo bueno. 

Rafael Rodríguez le encargó el Área Deportiva a unos viejos conocidos de la afición poblana. 

Hoy por hoy existen dos hombres de confianza en el manejo del equipo, ambos con el visto bueno del hijo de Salinas Pliego y del señor Rodríguez. 

1) Gabriel Saucedo como director general 

2) MARIO ORDIALES, mejor conocido en el ámbito deportivo como La Pulga. 

Todos los jugadores que vengan, así como el cuerpo técnico, serán responsabilidad de ORDIALES. 

Saucedo y ORDIALES coincidieron en Cruz Azul hace algunos años cuando la máquina, de la mano de Juan Reynoso, logró su noveno campeonato. 

No olvidemos que en aquella época, Jaime ORDIALES era el director deportivo y su hermano Mario era quien los abastecía de jugadores. 

No faltará quien diga que Mario ORDIALES es promotor de futbolistas lo cual es cierto, pero estos empresarios son necesarios para poder darle forma y abastecer a los equipos y más ahora como el Puebla que cuenta con un bajo presupuesto para refuerzos y donde se necesita la mano de gente como ORDIALES para traer jugadores que puedan beneficiar el accionar de la escuadra. 

Obviamente, Mario ORDIALES no estará físicamente operando en las lujosas oficinas de la franja. Él lo hará a través de alguien de su confianza, con la venia de los hombres fuertes de la televisora. 

Me da la impresión que si Saucedo logra limpiar la casa por completo y pone en la calle a los ‘tumores’ que carga el equipo como Ro(b)a , madams y compañía, junto con el aporte de ORDIALES, se podría mejorar de manera sustancial. 

Por otro lado, si esta gente permanece, será por demás que esté Saucedo, ORDIALES, Juan Reynoso o San Sebastián Aparicio. 

Están informados. 

Nosotros como siempre seguiremos en línea. 

Hasta la próxima. 

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