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jueves, abril 25, 2024

La peligrosa ocurrencia de los capos del futbol

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Fichar a las personas es la medida que la Federación Mexicana contempla para hacer seguros los estadios de futbol.  

La peligrosa ocurrencia de los dueños del negocio del futbol es la respuesta punitiva que la Federación busca implementar porque carece de una visión amplia en seguridad, privacidad y derechos humanos. 

La agenda de esta medida es controlar y hacerse de los datos personales de quienes asistan a los estadios tratándolos de potenciales delincuentes y ocupando tecnologías que han demostrado deficiencias.  

La Federación Mexicana de Futbol se va a dedicar a fichar a los espectadores a los estadios con el espíritu de Robocop y Terminator 

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Quedan más preguntas que respuestas de las medidas anunciadas. 

¿Quién o quiénes van a pagar esas medidas de seguridad? 

¿Serán acaso los gobiernos municipales y estatales los que utilizarán cámaras de seguridad para vigilar a los asistentes a los estadios? 

Es decir, ¿pagaremos el costo los ciudadanos de la video seguridad biométrica en los estadios?, ¿de dónde saldrán los recursos para esta video seguridad? 

Si fuera ese el caso, se avecina también una tormenta cuando la implementación de cámaras de seguridad en las ciudades, como sucede en Puebla, son verdaderos elefantes blancos que no funcionan y que sólo crean la ilusión de seguridad. 

La revista Proceso aborda la corrupción de los negocios de cámaras de seguridad en el artículo “Seguritech, servicio deficiente ganancias millonarias”. Esta es la empresa que se ocupa en el estadio de futbol Nemesio Díaz.  

En el artículo se cuestionan los grandes negocios que implica la utilización de video vigilancia: “Una de las principales herramientas tecnológicas de los gobiernos federal y estatales para combatir el delito es la videovigilancia. Sin embargo, en vista de los problemas detectados en el funcionamiento de las cámaras, sobre todo en la Ciudad de México, un grupo de legisladores investiga al mayor proveedor de este servicio: la empresa Seguritech, que empezó vendiendo botones de pánico y alarmas vecinales y dos décadas después ofrece vehículos blindados, helicópteros, aviones, servicios de telecomunicaciones y otros de alta tecnología, mediante los cuales se embolsa miles de millones de pesos”. 

La organización Social TIC ha señalado que las tecnologías de datos biométricos para video vigilancia ponen en riesgo los datos personales. Además, en ciudades como San Francisco y países de la Unión Europea están prohibidos por los riesgos que implican.  

La comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha cuestionado el uso de las tecnologías de vigilancia que ocupan inteligencia artificial señalando que debe establecerse una moratoria para su uso debido a los riesgos que implican.  

El documento denominado Impacto de las nuevas tecnologías en la promoción y protección de los derechos humanos en el contexto de las reuniones, incluidas las protestas pacíficas (2020) examina los graves riesgos de la tecnología de reconocimiento facial en ambientes pacíficos.  

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La seguridad para que funcione deber ser invisible y discreta. La medida de la Federación Mexicana de Futbol para implementar el control biométrico de los estadios de futbol no convertirá a los estadios en los lugares más seguros del país.  

Por el contrario, los volverá sitios para la recolección de datos personales sensibles para la seguridad personal, datos que se desconoce su destino, su sistema de recolección y que se carece de certeza sobre la capacidad de un ente privado para su manejo, y para que estos no caigan en manos de la propia delincuencia o para la utilización de particulares.  

¿Ustedes le proporcionarían a la Federación Mexicana de Futbol su ADN para crear una base de datos y poder ingresar a los estadios de futbol?  

Bueno, pues para ingresar a un estadio de futbol se deberán proporcionar los datos faciales biométricos, una medida semejante a la anterior, que les permitirá a distintas autoridades crear una base de datos para mirar presencialmente un partido. 

En suma, los aficionados a los partidos de futbol, bajo esta lógica serán tratados como potenciales delincuentes.  

Acudimos, a una normalización de la lógica punitiva y policiaca en un evento de entretenimiento.  

Tomar los datos faciales biométricos es contar con información individual, irrepetible de cada persona, que equivale a “fichar” a la persona como un potencial delincuente.  

Esta medida, que fue anunciada por distintas entidades, no ha sido claramente explicada a las personas.  

No se trata de un tema de seguridad, sino de vigilancia biométrica, digna de una sociedad opresiva.  

Terrible ocurrencia punitiva de la Federación Mexicana de Futbol en sus intentos para frenar la violencia estructural que se refleja en los estadios. 

La Federación Mexicana de Futbol, sí, esa que en los ochenta ocupó cachirules en la Selección Mexicana, es la que va a implantar o por lo menos así se lo propone la bio-vigilancia en los estadios.  

Los magnates del futbol son quienes han impulsado la corrupción en este deporte. Ahí, están como ejemplo, los casos de Michel Platini y Joseph Blatter quienes fueron sancionados por llevar una contabilidad falsa y conflictos intereses. 

En una nota publicada en Milenio se señala que: “Para evitar el ingreso de personas con antecedentes delictivos a los estadios del país y en respuesta a la crisis detonada por la trifulca registrada la semana pasada en el estadio Corregidora de Querétaro, la Liga MX se conectará con Plataforma México, la red nacional de bases de datos criminalísticas en la que se almacenan millones de fichas de delincuentes recolectadas por agencias de seguridad internacionales, federales, estatales y municipales”. 

De implementarse esta medida seguramente se repetirá en otros espacios.  

Ya que la tendencia social es implementar aparentes medidas de seguridad a través de la biovigilancia vulnerando los derechos humanos de las personas.  

Sin embargo, el informe Tecnologías de Vigilancia en América Latina advierte sobre los peligros de imponer la video vigilancia facial biométrica que lejos de resolver problemas de seguridad viola derechos humanos básicos: 

“En muchos países latinoamericanos, el proceso por el que las autoridades celebran acuerdos para la adquisición de tecnología de vigilancia es solapado y poco transparente. Los gobiernos hacen tratos con poco o nulo debate público o supervisión, y a menudo con poca consideración en cuanto a transparencia y la responsabilidad de comunicarse con el público. Los países que permiten la exportación de estos productos de vigilancia a América Latina también son culpables. Las empresas que no actúan con la debida diligencia y que facilitan el abuso de los derechos humanos deben asumir su responsabilidad”. 

El informe resalta además que antes de tomar una decisión los gobiernos deben valorar la protección a derechos fundamentales básicos para evitar atropellos ante la opacidad de las empresas privadas de vigilancia biométrica: 

“Al usar cualquier tipo de tecnología, e incluso más en casos en que los derechos fundamentales están en riesgo, los gobiernos deberían llevar a cabo evaluaciones de impacto de derechos humanos antes de tomar una decisión o desplegar un sistema, y negarse a adquirir o usar tecnología de empresas con malos antecedentes de derechos humanos”. 

Para que los estadios sean lugares seguros deben implementarse otras medidas de impacto y profundidad social.  

¿Alguien pensó en un programa de sensibilización sobre la violencia?  

Acabar con la violencia en los estadios debe hacerse desde un enfoque social y hasta terapéutico. 

¿No ha sido acaso el país la muestra más fehaciente de que más policías y mejor armamento no mejora la seguridad en nuestro país?  

Imaginar o plantear tal como lo hace la Federación Mexicana de Futbol que para ingresar a un estadio de futbol hay que entregarle a la Federación un conjunto de datos personales equivale a ponernos en riesgo. 

Las tecnologías de reconocimiento facial no están exentas de riesgos. 

Las tecnologías también discriminan y excluyen. 

Se ha demostrado que los algoritmos funcionan a través de patrones de exclusión y discriminación en función de los prejuicios de los programadores.  

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¿Quién va a manipular los datos biométricos?  

Las autoridades de seguridad pública que, como hemos visto en nuestro país, son autoridades vinculados con grupos de delincuencia organizada.  

Las guardias de seguridad privada de los estadios de futbol carecen de capacitación en la protección de los derechos humanos. Es personal mal pagado con nulos derechos laborales. 

Los empresarios de futbol que han demostrado su incapacidad para proteger a las personas en los estadios de futbol como lo vimos hace unas semanas en el estadio Corregidora del club Querétaro, han determinado qué es lo mejor para la sociedad apostándole al autoritarismo.   

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El futbol y la política van de la mano.  

De hecho, el futbol, al ser popular, es una actividad terriblemente política.  

Por eso, la clase política, deseosa de ser reconocida por el pueblo, se toma fotografías mirando partidos de futbol o presume que prefiere a tal o cual partido.  

Por supuesto, desde los palcos VIP.  

¿No ha sido esta clase política corrupta la que ha promovido el futbol como una estrategia de promoción personal y no ha sido esta clase política la principal beneficiaria del fanatismo futbolero?  

La práctica deportiva es quizás un mundo neutral y promueve la actividad física y la salud psicofísica. Abre también un mundo para transformar a las personas en sujetos disciplinas con el ejercicio deportivo.   

(Aunque habría que acotar que las prácticas deportivas como el futbol fomentan también la competencia y distintos aspectos de una masculinidad hostil). 

La vieja consigna de que al pueblo pan y circo se puede reescribir: “Al pueblo, pan (alto en carbohidratos y productos ultra procesados) y futbol”.  

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 Giovanni Sartori escribió que “saber de política es importante, aunque a muchos no les importe, porque la política condiciona nuestra vida y nuestra convivencia. La ciudad perversa nos encarcela, nos hace poco o nada libres; y la mala política –que obviamente incluye la política económica– nos empobrece”.  

Esta medida coercitiva nos hace menos libres.  Independientemente de cuántas veces va alguien o no va a un estadio de futbol. 

Tampoco se trata de decir: “bueno, pues quien no quiera la seguridad, pues que no vaya a los estadios”.  

La medida es perversa. 

Es la medida ideal para que el negocio de los empresarios de futbol y la clase política que sostiene esta politización del futbol se cure en salud, y le pasan el costo de sus corruptelas a la sociedad. 

*** 

Durante varias décadas, el futbol se ha presentado como una panacea para acabar con la delincuencia. 

Los gobiernos inauguraban canchas de futbol rápido y eventos deportivos en las zonas periféricas de las ciudades para que los jóvenes al practicar algún deporte no incurrieran en la delincuencia.  

Esa era la creencia para construir canchas por doquier. Lo cierto es que la relación entre violencia y prácticas deportivas debe ser estudiada a fondo.  

Hoy de nueva cuenta, los directivos de futbol promueven una medida peligrosa para responder a la violencia en los estadios.  

Todos los políticos se toman fotos pateando un balón de futbol frente a una portería. 

El día de reyes, lo primero que hacen los políticos es regalar balones de futbol de mediocre calidad. 

De nueva cuenta, se alza la voz en nombre de la seguridad en los estadios para normalizar la video vigilancia masiva, sin transparencia, y que pone en riesgos derechos fundamentales a la privacidad y a la libertad. 

Si de verdad quieren que los estadios sean seguros hagan el futbol menos competitivo, menos machista, menos violento, sin corrupción y con igualdad salarial para futbolistas hombres y mujeres.  

El gran negocio del futbol no deja dividendos sociales, no promueve la equidad, la igualdad, no ha hecho que las personas sean menos violentas, permite la violencia en los estadios, y obtiene ganancias millonarias con la publicidad de marcas y los contratos de las televisoras.  

Además, ha permitido negocios millonarios y opacos entre entes gubernamentales y empresarios deportivos. Ya basta que los directivos de futbol y los gobiernos le quieran dictar la agenda a la sociedad, ahora, con un enfoque carcelario, punitivo y violatorio de las libertades individuales. 

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