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domingo, abril 28, 2024

Los mensajeros de Gali y las palabras de Mier

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Primero dijeron que Tony Gali sería candidato de Morena a la alcaldía de Puebla.

Tres doritos después cambiaron de discurso, y pasaron a decir que el galismo está de vuelta sólo porque el hijo mayor del exgobernador, también llamado Tony, coordinará la campaña del desconocido Manuel Velazco, aspirante del Verde a quedarse con Chiapas a través de una supuesta aspiración por la Presidencia de México.

Esta trama me recuerda lo dicho por una amiga ante los frustrados embates sexuales de un pretendiente:

“A huevo ni los zapatos entran”.

El dicho de que Gali padre será candidato a la alcaldía de Puebla por Morena suena tan guajiro como que el güero Velasco será el candidato de Morena a Palacio Nacional.

Por eso, este domingo, el diputado Ignacio Mier respondió así a pregunta expresa sobre una eventual incorporación del exgobernador Gali a Morena:

“Si Tony quiere incorporarse, y piensa aportar algo sin egoísmos, sin ningún otro interés que no sea el de servir a Puebla de manera generosa… Igual que él, todos son bienvenidos”.

Una candidatura es algo egoísta, pues favorece a quien la pide.

Detrás de dicha candidatura hay, además, un interés marcado.

Traduciendo al presidente de la JUCOPO en San Lázaro: Gali padre será bienvenido a Morena si no es candidato.

Para los que creen que entienden lo que nadie entiende van de nuevo las palabras de Nacho Mier:

“Si Tony quiere incorporarse, y piensa aportar algo sin egoísmos, sin ningún otro interés que no sea el de servir a Puebla de manera generosa… Igual que él, todos son bienvenidos”.

Servidos, señores.

 

 

 

Los vivos y los muertos de la política poblana. Llama la atención que algunos digan que los morenovallistas y los galistas están de vuelta.

Ambas expresiones murieron hace tiempo.

Y quienes alguna vez militaron en sus filas y ahora buscan acomodo, de manera natural, en otras expresiones, ya no son morenovallistas ni galistas.

Son salomonistas hoy por hoy.

Sólo eso.

 

 

 

El heredero y la viuda embarazada. El presidente López Obrador ha dicho que el 6 de septiembre próximo entregará la estafeta a quien habrá de sucederlo

Es decir: en poco más de dos meses.

Esta trama me recordó una larga frase de

Aleksandr Herzen, un brillante historiador ruso:

“Lo aterrador es que el mundo que se va no deja tras de sí un heredero sino una viuda embarazada. Entre el nacimiento de uno y la muerte del otro puede correr mucha agua”.

AMLO es generoso con lo que viene.

Demasiado generoso.

Pero su ausencia no debe ser tan drástica.

Hacerse tan rápidamente a un lado no le conviene a nadie.

Dejemos primero que la viuda embarazada dé a luz.

No saquemos los fórceps antes de tiempo.

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