Dos mensajes contradictorios enviados entre sábado y domingo —dignos de una auténtica dualidad esquizofrénica— evidencian el estado de ánimo de Ignacio Mier Velazco, líder de la bancada de Morena en San Lázaro.
El primero, vía una entrevista con El Sol de Puebla, fue absolutamente conciliador.
Y más allá de sus peculiaridades, Mier vio con buenos ojos el arranque simbólico de varios aspirantes a la gubernatura en 2024.
El segundo, vía Twitter, fue brutalmente agresivo.
Y es que anunció que había denunciado penalmente ante la Fiscalía General de la República al gobernador Miguel Barbosa, al senador Alejandro Armenta, al fiscal Gilberto Higuera y a Santiago Nieto, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Un gesto hosco acompañó esta declaración de guerra.
Aquí también hubo una peculiaridad.
Y es que dijo que los arriba citados han mantenido una campaña beligerante ‘con el propósito de perjudicar sistemáticamente al Movimiento de Regeneración Nacional y a personas que le son contrarias a sus intereses’.
¿A quiénes se refiere, pues en su gesto valiente no se atrevió a dar nombres?
Si vemos la lista de afectados estarían Arturo Rueda, Francisco Romero, Danny Tavera y él mismo.
¿Ellos son de Morena?
No que yo sepa.
¿Son entonces contrarios a los intereses de Barbosa, Nieto, Armenta e Higuera?
No que se sepa.
Y la duda mata:
¿Qué tienen que ver ellos con Morena, el partido que es enemigo de la corrupción?
Absolutamente nada.
La denuncia interpuesta por Nieto fue en contra de los arriba señalados, no contra el movimiento que encabeza el presidente López Obrador.
Hasta donde sabemos, Morena no defiende el lavado de dinero, el uso de recursos de procedencia ilícita ni la evasión fiscal.
Al contrario.
Desde 2006, López Obrador ha realizado decenas de miles de mítines en contra de quienes recurren a esas prácticas.
Rueda y Romero están en prisión porque se les sigue un proceso que contiene esas causas.
Nada tiene que ver Morena con ellos.
Danny Tavera está prófugo por haber sido el operador de 32 empresas mediante las cuales los imputados habrían generado y movido (a nueve países) 427 millones de pesos.
¿Qué tiene que ver Morena con esas lindezas?
Absolutamente nada.
Mier busca crear un castillo de humo para desviar la atención.
Y es que conforme pasan los días, el agua le ha subido hasta el cogote.
Los mensajes contradictorios —diría un terapeuta— son una muestra de dualidad esquizofrénica.
Eso habla de un estado de ánimo delirante.
Eso habla de insomnio.
Eso habla de preocupación constante.
Al no dormir bien, sus ideas saltan anárquicamente.
El resultado son esos dos mensajes enfrentados entre sí: uno de paz porfiriana y otro de guerra sin fin.
No está mal ir a la FGR a denunciar.
Lo que está mal es recurrir a las mentiras.
La primera de éstas: que los denunciados armaron y difundieron la investigación de la UIF ‘con el propósito de perjudicar sistemáticamente al Movimiento de Regeneración Nacional y a personas que le son contrarias a sus intereses’.
Segunda mentira: que la denuncia por la que Romero y Rueda —su socio— están en la cárcel se debe a información falseada.
Textualmente, Mier dijo que la Unidad de Inteligencia Financiera le había hecho un extrañamiento a la Fiscalía General del Estado ‘por falsear información’.
(Tercera mentira).
¿En qué parte del comunicado de la UIF —ya bajo la batuta de Pablo Gómez— habló de información falseada?
En ninguna.
Mier, metido en su dualidad esquizofrénica, se sacó de la manga esa mentira.
En su tuit, nuestro personaje también dice que los denunciados —Barbosa, Nieto, Armenta e Higuera— ‘sistemáticamente traicionan y quieren dañar a Morena’.
(Cuarta mentira).
Qué difícil sostener algo tan vulnerable.
Y es que Mier vuelve a ponerse la botarga de Morena para tratar de convencer que la denuncia de Santiago Nieto es en contra del movimiento de López Obrador.
Qué difícil es armar una narrativa a partir de mentiras.
Qué difícil deber ser estar en el pellejo de Ignacio Mier en estas semanas de crisis.
Por cierto:
El terrible caso de los tres ministeriales asesinados por la policía de Tecamachalco hace algunos meses no ha concluido, según reveló el gobernador en su rueda de prensa.
En su momento, y en aras de cuidar a su hijo —que es alcalde de ese municipio—, el diputado Mier operó en la Ciudad de México para que no fuese aprehendido, y lo ocultó en un departamento ubicado en las calles Víctor Hugo y Leibnitz, colonia Anzures, en la Ciudad de México.
Cosas de la vida: el mismo departamento en el que el propio Mier ocultó a Rueda hasta el 21 de mayo, cuando agentes ministeriales le dieron cumplimiento a una orden de aprehensión.
La duda mata:
¿Quién asesora al diputado Mier?
