Tenía solo 16 años de edad cuando fue contactada por María Hilda N. para invitarla a trabajar como empleada doméstica en la colonia Jardines de San Manuel de la ciudad de Puebla. La promesa era un salario bien remunerado, apoyo con sus estudios y alimentos durante su estancia en el domicilio.
Sin embargo, la realidad fue totalmente distinta: la víctima sufrió desde golpes, quemaduras que quedarán en su cuerpo durante toda su vida, hasta la privación de agua, alimentos y amenazas de muerte.
Desde 2019 y a lo largo de dos años con 10 meses, permaneció incomunicada sin la posibilidad de solicitar auxilio a sus familiares o conocidos hasta que un día logró escapar de la vivienda.
Al presentar una denuncia, María Hilda N. o Lilí N. fue aprehendida en el Instituto Oriente por el delito de trata de personas bajo modalidad de trabajos forzados y aunque fue liberada a la brevedad por parte de una juez de control, fue reaprehendida por la Fiscalía General del Estado y vinculada a proceso con la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
Margarita Garcidueñas Cuellar, titular de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género, detalló que para lograr su aprehensión ejecutaron entrevistas con personas que presenciaron los hechos, inspección en el domicilio y dictámenes periciales en materia de medicina forense, psicología, victimología, trabajo social y antropología social.
“La denunciante refirió que la imputada le propinaba golpes y quemaduras a la víctima, dejando marcas permanentes en su cuerpo, además, presuntamente la obligaba a barrer bajo la lluvia, le cortó el cabello, la privó de alimentos y agua, no le pagaba y la amenazaba con matarla y desaparecerla. La denunciante dice que estaba incomunicada, lo que la limitaba para pedir auxilio, sin embargo, logró escapar después de dos años y 10 meses”, narró.
De acuerdo con la funcionaria, la orden de aprehensión fue solicitada desde el 29 de noviembre de 2022 y se cumplimentó el 11 de marzo de 2023. Sin embargo, recordó que ésta última fue liberada mediante una resolución judicial equívoca.
Y es que la jueza de control Lizet del Carmen Fuentes Trueba, avaló su puesta en libertad bajo el argumento de que su detención había sido arbitraria al ejecutarse en un sitio privado -como lo fue en el Instituto Oriente-.
Una vez que el fiscal Gilberto Higuera Bernal advirtió que a la brevedad María Hilda N. sería reaprehendida, el 18 de marzo se cumplió dicha promesa en la calle Adolfo López Mateos, entre las calles Benito Juárez e Ignacio Zaragoza de la colonia San Pedro, ubicada en la ciudad de Puebla.
La imputada solicitó la duplicidad del término para resolver su situación jurídica, por lo que la audiencia continuará este 24 de marzo, mientras tanto, continuará con la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
En tanto, el fiscal de Puebla no descartó que pueda existir alguna sanción contra la jueza Lizet del Carmen Fuentes Trueba, al permitir la liberación de María Hilda N. bajo una posible prebenda económica.
Precisó que, tras la liberación de la mujer, la Fiscalía presentó una queja ante el Consejo de la Judicatura debido a que bajo ninguna condición una persona que tiene una orden de aprehensión puede salir en libertad, aun cuando la detención se haya efectuado de forma irregular.
“En una aprehensión no está a debate la forma de detención de una persona. La detención se examina cuando es con flagrancia para valorar si es legal, toda la aprehensión es legal porque es un mandato judicial, si alguna persona aduce que la institución cometió alguna falta administrativa o algún exceso se denuncia, pero el imputado debe ser llevado a la audiencia y examinado”, apuntó.
Higuera Bernal agregó que, en el transcurso de los últimos días, fue presentada ante la Fiscalía una denuncia más en contra de María Hilda N. por el delito de trata de personas con fines de trabajos forzados. Y aunque evitó abundar en detalles del caso por secrecía en las investigaciones, aseguró que la denuncia también será resuelta.
