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jueves, abril 25, 2024

El fallido arranque de Lalo Rivera

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Con el pretexto del informe de labores de su homólogo priista de Chignahuapan, Lorenzo Rivera Sosa, el alcalde Eduardo Rivera Pérez comenzó su proselitismo al interior del estado con miras a 2024. El problema es que comenzó con el pie izquierdo. Resulta que el panista más querido en el PRI que en su propio partido organizó una reunión con simpatizantes en el restaurante Mesón del Caminante, en aquel municipio de la Sierra Norte. Si bien se trató de una reunión compacta, la movilización le alcanzó solo para que llegaran ¡20 personas! Sí, leyó bien, una veintena. A esa misma hora, pero en otros puntos del estado, la estructura barbosista en Morena movilizaba a miles de simpatizantes. La diferencia es abismal para quien presume ser el mejor ubicado en las encuestas. Lo que Lalo Rivera no quiere entender es que podrá tener ascendencia en la capital y la zona conurbada, pero en el interior del estado está frito y para tener competitividad necesita hacer un contrapeso a la estructura político-electoral del gobernador Miguel Barbosa Huerta, lo cual resulta imposible para un chamaco como el edil. Y a eso debe sumarse su resistencia para solicitar el respaldo del grupo de Genoveva Huerta Villegas, quien en la pasada elección de dirigencia estatal le demostró que para ser candidato necesita del apoyo de todos. Es decir, solito no puede. ¿Por qué iniciar de esa forma una campaña? Los enterados nos dicen que es solo el reflejo del gobierno que encabeza el empleado del Yunque: caos, caos y desorganización. Por cierto, ahora que el munícipe capitalino anda muy emocionado por la tunda que le dio el gobernador en su propio informe de labores (el tercero en menos de un año, todos a cargo del erario), el más reciente sondeo de la empresa Mitosfky sobre la aprobación ciudadana en las 150 alcaldías más importantes del país, Lalo Rivera se ubica en el sitio 58, con 48.3 por ciento, lo que significa que está reprobado. El poblano está muy, muy lejos de su homólogo panista de Tamaulipas, Jesús Nader Nasrallah, que obtuvo una calificación de 69.3 por ciento. ¿Si fuera tan bueno como presume no debería estar mejor calificado? (Ojo: no se valen encuestas cuchareadas como le encantan).

 

MIEDO ESTILO ULTRADERECHA-CCE

Los gerentes que tienen secuestrado al Consejo Coordinador Empresarial en Puebla están asustados, temerosos, tienen miedo. Por primera vez en varios años están a punto de perder el control del organismo desde el que se disfrazan de ciudadanos para hacer campaña abierta por el PAN. Y lo peor, los misóginos yunquistas no dan crédito que puedan perder ante una mujer. Olga Méndez Juárez, quien se desempeñó como dirigente de la Canirac e hizo un papel interesante en la pandemia (nada fácil, pues le tocó entrar al estira y afloja con el gobierno del estado para permitir la apertura de esa industria), levantó oficialmente la mano para ser la nueva presidenta del CCE. Sus momios son más que positivos entre la verdadera base de agremiados cansados de ver cómo un grupúsculo de gerentes se hace de los cargos una y otra vez, en contrasentido de lo que tanto proclaman: la defensa de la democracia. Un cambio de aires en el sector encargado de representar al empresariado poblano no sólo es necesario sino urgente. El Yunque y la ultraderecha han llevado al desprestigio a un órgano que, en su momento, fue puntero en la discusión pública y representaba un verdadero espacio de defensa de los agremiados. Hoy solo es un vil trampolín para una camarilla. ¿Ejemplos? Carlos Montiel Solana y Francisco Rodríguez Álvarez. El primero goza de la impunidad de hacer negocios familiares a costa del erario y el segundo se convirtió en un apéndice del morenovallismo.

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