Vivimos en tiempos que lo único que vale es lo de hoy, el aquí y el ahora.
En el tema de la Selección no podía ser de otra manera. Ojo, estoy escribiendo antes del juego que el martes 17 se tendrá contra Alemania y la vapuleada que le dieron a Estados Unidos, misma selección que hace no más de tres meses pasó por encima de nuestro representante nacional.
La silla del DT Lozano está caliente y cuestionada por los altos dirigentes. Con esa música tiene que bailar nuestro entrenador, entonces, en sus planes, no está el mundial próximo y sí está el próximo partido.
Al ver el 11 inicial contra Ghana confirmé este pensamiento, partido de tono complicado y que estaría en los ojos y conclusiones de la gente de pantalón largo y también de un sector de la prensa y afición. El señor Lozano alinea a los que, en su entender, podrían manejar con más solvencia los atributos del rival, con jugadores, nueve en total de 11, que participan en ligas Europeas y más acostumbrados a roce internacional.
Los cuestionamientos particulares son la no inclusión de salida del Chaco, De Huerta, De Cortizo, de Kevin Álvarez y del mismo Gallardo. El señor Lozano se respalda en la experiencia de Raúl Jiménez, de Pineda, De Lozano, De Sánchez, De Chávez. Hacer notar que Sánchez, Pineda y Lozano, en este momento no inician en sus equipos internacionales, pero ya hicieron los méritos suficientes para jugar en Europa.
Al final del juego, el que tuvo razón fue el señor Lozano, que pensó en el resultado de ese juego y que ni por el más remoto pensamiento, pensó en el Mundial que viene en 2026. Esto porque jugadores como Ochoa, con 38 años; Raúl Jiménez, con 32; Lozano, con 28, y Pineda y Chávez con 27, a falta de tres años para esa justa, llegarán con eso: Tres años más.
El equipo, a mi forma de ver, se vio muy aplomado, con personalidad, con tablas, demostró que la apuesta del técnico era la indicada. Fueron muy aplicados en lo táctico, controlaron al rival hasta en táctica fija en contra, hicieron grupo y tuvieron ayudas. Se necesitaba las características de los iniciales y así vimos un Raúl Jiménez en su estilo, ayudando a la salida y defendiendo atrás de media cancha, ganando muchas faltas a su favor.
Cuando el técnico vio el momento en el segundo tiempo, una jugada ya conocida por Chuky Lozano y otra a velocidad encabezada por Huerta y terminada por Antuna, jugadores que entraron de cambio, le dio el triunfo al cuadro Verde. Un traje a su medida hizo el técnico; experiencia al principio, velocidad al final.
Hasta después de la Copa América, pasando por el torneo de naciones de Concacaf, en cosa de cinco meses, una vez ganada la aceptación general, el técnico tendrá que empezar a pensar en el Mundial. A su entender hoy no es tiempo de esos sueños y comparto su opinión. Su situación es difícil y le falta credibilidad y certeza, ante grupos que lo que menos tienen es credibilidad y certeza y todo lo basan en poder y mucha tinta, mala leche para quitar planes y empezar otros; los mejores en ese tema.
Llegará el momento en que se piense para el Mundial, quién entrará en el lugar de Ochoa y no duden que la Secretaría de Relaciones Exteriores otorgue otro pasaporte mexicano a uno de los muchos porteros no nacidos en México, ávidos de jugar una Copa del Mundo y que México, si Malagón, Rodríguez o Perico el de los Palotes, no aprovechan la pequeña oportunidad que sí tendrán, pero pequeña, se recurra a la inmediatez de nacionalizar.
En los demás puestos y, ya con la suma del nuevo mexicano, Quiñones, no habrá problemas; hay mucho de media cancha para adelante y se tendrá problemas para encontrar a los substitutos de los centrales Montes y Vázquez, que sin imponderables serán los titulares del primer juego mundialista.
El señor Lozano, acomodándose al pensar de sus detractores. El puesto y la oportunidad que tiene de llegar al Mundial sano y salvo, vale la pena.
