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sábado, mayo 4, 2024

Doblan otra vez a Lalo Rivera

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El diputado local Eduardo Alcántara Montiel volvió a realizar una jugada política maestra (rasputinesca, dirían sus odiadores), la cual demostró, por enésima vez, que los operadores del presidente municipal Eduardo Rivera Pérez son unos auténticos fracasados, buenos para nada, sin oficio y mucho beneficio a costa del erario. El panista presentó el viernes pasado su separación a la coordinación de la fracción del PAN en el Congreso del estado, tal y como lo había anunciado desde hace varios meses. Su salida había sido el único argumento que la dirigente estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, tenía para intentar meter en cintura al político que desde hace mucho demostró estar muy por arriba de las principales figuras de ese partido. Lo interesante es que en su lugar arribará Rafael Micalco Méndez, el principal opositor a Eduardo Rivera y responsable de votar contra el Derecho de Alumbrado Público y evidenciar las irregularidades cometidas por la gestión riverista. Para la coordinación, Rivera Pérez y Augusta Valentina pretendían impulsar a Oswaldo Jiménez López —cuyo único mérito político es ser el sobrino del tío bailarín y cantante—, quien cometió el oso hace unos días de ostentarse como coordinador sin que tenga el nombramiento (sus redes sociales son testigos), lo que demostró que no estaba enterado de la jugada. Para que el coordinador de la fracción panista sea ungido es necesario contar con la mitad más uno de los integrantes, lo cual está más que planchado ya que Eduardo Alcántara nunca dejó de tener el respaldo mayoritario. La llegada de Micalco es una carambola de fantasía de tres bandas: Ocurre cuando Augusta Valentina está fuera del país, es decir, está más entretenida en otras cosas que en dirigir al partido, por lo que la tomaron por sorpresa. En tanto, el dirigente nacional Marko Cortés Mendoza ve con muy buenos ojos esa designación, ya que Micalco fue el único que se la jugó con él al votar en contra de la designación del gobernador sustituto. Y, por último, Alcántara cumple su palabra de separarse, pero le deja en claro a la dirigencia nacional y al alcalde de Puebla que fue cuando él lo decidió y arribará sólo aquel al que apoye. Oswaldo Jiménez quedó como siempre: como el tonto útil y ese fue el costo a pagar por echarse a los brazos del munícipe que nunca cumple acuerdos. Toda esta maniobra también evidencia —como lo dijimos líneas arriba— que Pablo Montiel Solana y el resto de supuestos operadores del alcalde capitalino están híper valorados. No pudieron sacar el DAP sin el apoyo de Eduardo Alcántara y el exgobernador Miguel Barbosa Huerta. No pudieron generar el consenso para las concesiones de traslado y confinamiento de residuos sólidos (basura) o publicidad en espacios públicos de transporte público, los plebiscitos en juntas auxiliares fueron un fracaso. la socialización de los parquímetros se hizo con los glúteos y el proyecto rumbo a la gubernatura parece una avioneta en caída libre. ¿Cómo es que un solo diputado haya puesto entre las cuerdas a un alcalde y su dirigencia estatal? La respuesta lo dice todo. ¡Y así quieren la gubernatura!

 

PREGUNTA INSIDIOSA

Ahora que la dirigente estatal del PAN, Augusta Valentina Sánchez Díaz de Rivera, está empecinada en hacer una rotación en todas las coordinaciones de cargos públicos que existen al interior del PAN (Congreso del estado, alcaldes, regidores), ¿también pedirá que Carlos Montiel Solana deje la coordinación de regidores en el Cabildo de Puebla?

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