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lunes, mayo 6, 2024

Los tiempos de la propaganda política

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Hace unos buenos años, la propaganda partidaria en tiempos de elecciones se concentraba en pintar los nombres de los candidatos oficiales en grandes bardas blancas, tanto en las ciudades como a las orillas de las carreteras y en los pueblos. En su mayoría sobresalían las del Revolucionario Institucional con su clásico escudo con los tres colores nacionales. 

En segundo lugar, las de Acción Nacional (PAN), con su conocido color azul, y se distinguían más en la ciudad. Cuando hizo su aparición legal la izquierda mexicana, sus pintas fueron mal hechas porque las hacían sus militantes por las noches en bardas que no les eran prestadas. Todas eran pintadas de color rojo, más adelante cuando se transformaron en el PRD, las cambiaron por el clásico símbolo del sol azteca con sus tonos amarillos. 

Los principales partidos políticos en el país siempre contaron, dentro de su estructura orgánica, con secretarías de prensa y propaganda, aunque después le cambiaron de nombre. En fin, el tema es, ver cómo al paso de los años, se ha transformado la propaganda política entre estos institutos. 

Los más conocidos fueron y siguen siendo las grandes bardas rotuladas con mensajes políticos de cualquier aspirante, una frase clásica que siempre estuvo presente, fue aquella de: “vota así”, con una cruz en medio del escudo partidario. También fueron de uso común por todos los pasacalles de plástico con emblemas diferentes o los grandes posters de papel que se pegaron sobre los muros en las esquinas y en postes. 

Como el PRI fue el partido en el poder, sus gastos en propaganda rebasaban en todo a la conocida oposición. Ellos, nunca dispensaron lo que fuera, con el objetivo de difundir hasta el último rincón su emblema del partidazo. Bueno, hasta colocaron en los postes grandes láminas con los rostros impresos de algunos de sus candidatos. 

Las mantas blancas bien rotuladas, colgadas con mecate en las esquinas y en las entradas de los pueblos. Siempre contrastaron con los pedazos de tela amarilla y barata de la izquierda, que fueron pintadas por ellos mismos, ante la falta de prerrogativas. 

Lo fueron también la entrega masiva de volantes, trípticos y dípticos de todos los colores, con los rostros impresos de sus candidatos. Los volanteros siempre tuvieron trabajo en tiempos electorales, puesto que el PRI y PAN los contrataban, mientras que otras fuerzas repartía sus pocos panfletos, llenos de rollos y consignas en papel revolución. 

Si algo tuvo la izquierda nacional es que fue muy creativa en el diseño de su propaganda impresa, porque las aportaciones de creadores y artistas sirvió para diseñar sus imágenes muy simbólicas sobre las demandas populares. 

Cabe decir que mientras el PRI y el PAN contrataban la impresión de su propaganda política, tanto el PRD como el PT, siempre contaron con sus propios talleres de impresión, en donde salió toda su propaganda para ser repartida entre sus comités estatales. Quiénes después la repartían y comenzaban sus campañas en distritos o municipios, esto era lo único que les entregaban a sus candidatos para hacer campaña electoral. 

Ahora los partidos han cambiado el nombre y les han puesto secretarías de comunicación institucional, de acción digital o de comunicación política. Solo el PT, mantiene su comisión de prensa y propaganda, junto con su taller de impresión. 

Para estos tiempos de la postmodernidad, la difusión y propaganda como estrategias políticas han dado un vuelco con el ritmo acelerado de las llamadas nuevas herramientas de la tecnología. Hoy los actores políticos les llaman campañas de aire y las hacen en las redes sociales, pagan a estas plataformas para poder subir sus actividades y posicionarse virtualmente. 

Conjuntan lo anterior con espectaculares, lonas de vinil, encuestas, páginas de periódicos y entrevistas en medios de comunicación, sumadas con brigadas de jóvenes que reciben una compensación por hacer ruido en los principales cruceros de la ciudad. 

 

Conclusión: En estos tiempos electorales y adelantados, la acumulación de basura electoral se duplicará con la que aún está por venir. Tan solo la fundación “tu México Limpio”, calcula que, en la CDMX, serán 20 toneladas de desechos electorales para estas elecciones. 

A lo anterior debemos sumar la gran cantidad de basura virtual, que se difunde por las redes sociales, que hoy usan los partidos políticos para sus estrategias de difusión. Más la contaminación visual que producen la contratación de espectaculares, que afecta el paisaje cultural de las ciudades y el poco espacio para la movilidad de los peatones, que producen sus brigadistas. 

Aparte de que estas elecciones de junio del 2024 serán las más grandes en el país, también lo será la gran cantidad de basura electoral que nos dejará. Algo deberán hacer las autoridades para aplicar la ley sobre estos temas de publicidad que dañarán al medio ambiente. 

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