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domingo, mayo 5, 2024

Marcelo Ebrard, la bomba llamada Paco Ramos y su liberación

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La tercera visita de Marcelo Ebrard Casaubón a Puebla no fue tan halagüeña como las anteriores. Esta vez tuvo que hacer frente al escándalo por la virtual designación de Francisco Ramos Montaño como delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Puebla, una jugada orquestada por los antibarbosistas Fernando Manzanilla Prieto e Ignacio Mier Velazco que selló su alianza política con miras a 2024.  

Con la bomba en la cara, el canciller buscó la salida más decorosa. Por ejemplo, sostuvo que en su opinión la delegación “funciona muy bien”. Y, a pregunta expresa, afirmó que en la visita que le hizo al gobernador Miguel Barbosa Huerta en Casa Aguayo, no se trató “nada de grilla”.  

“Lo que hablamos (el gobernador Miguel Barbosa y yo) fue sobre el desarrollo potencial del estado de Puebla y cómo podemos hacer para que sea mayor y más rápido. Aprovechamos el tiempo, no hablamos de grilla, no le interesa a él ni a mí”, reviró un Marcelo Ebrard cuya declaración abriría la posibilidad de no concretar el cambio en la delegación poblana.  

Ebrard acudió a Puebla como parte de una reunión que sostuvo con integrantes del Club de Empresarios de Puebla e integrantes de la iniciativa privada poblana, aunque también estuvo arropado por la diputada federal y excandidata a la gubernatura Blanca Alcalá Ruiz; el líder del Congreso del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien habría sido la avanzada del poder local y una muestra de que el mandatario estatal no incurriría en una descortesía con el canciller; el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa; el líder del Club de Empresarios, José Yitani; así como la empresaria radiofónica Coral Castillo de Cañedo.  

 

Y TAMBIÉN LOS EMPRESARIOS  

Otro escollo que tuvo que eludir el canciller de México –que está en la carrera presidencial dentro del carril de Morena– fue el de una clase empresarial diversa y dividida de Puebla.  

José Antonio Yitani, uno de los viejos líderes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) –y hoy presidente del Club de Empresarios de Puebla– fue el que abrió las “cordialidades” con el canciller al fustigar con temas sensibles para el gobierno de México y el presidente Andrés Manuel López Obrador.  

Al viejo estilo empresarial, que denuncia de manera general su inconformidad, Yitani se lanzó primero con el reclamo por la inseguridad en el país y en Puebla, comparando la situación con la vivida en países en conflictos bélicos; siguió con una crítica a la iniciativa presidencial de reforma eléctrica que se discutirá en la Cámara de Diputados en próximos días, al llamarla un freno a las inversiones extranjeras; y remató con una queja por la falta de representantes empresariales en las giras de la cancillería por el mundo.  

“El gobierno debe buscar mejorar su posición, pero eso no significa que debe frenar la operación y la relación de las inversiones privadas existentes, además de que las energías verdes y limpias deben seguir siendo permitidas”, fue uno de los dardos enviados.  

Desde su asiento, Marcelo Ebrard no se inmutó, al contrario, atajó los señalamientos al gobierno que representa sin aspavientos, separando su nombre del proyecto obradorista, y relacionándolo con la imagen de México en países del Medio Oriente como Arabia Saudí, India, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, todas potencias económicas en crecimiento.  

“¿Cómo nos ven en esa zona, en esa región? Nos ven como un país que tiene muy baja deuda en comparación a otros, buenos números fiscales, Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos funcionando, estabilidad política y social, y condiciones favorables con respecto a otros países. Nos ven muy bien, y no hablo del gobierno, estoy hablando del país, no hablo de autoelogio, sino de cómo ven a México”, sostuvo Ebrard en respuesta a los reproches del empresariado.  

Marcelo Ebrard decidió hablarle a los poblanos en su propio idioma: el de las inversiones, fondos de inversiones interesados en el país y líneas aéreas pensando en abrir rutas al nuevo Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”. La seducción empezó, pero con lo que los logró enganchar fue con un mea culpa en el abandono a los empresarios poblanos.  

“Es verdad, no ha habido presencia de empresarios poblanos”, reconoce tácitamente.  

Una vez en el bolsillo, el canciller amarra los reclamos con sugerentes propuestas para la clase empresarial poblana: ser la punta de lanza de dos showrooms de inversiones en Estados Unidos en las áreas farmacéutica, de semiconductores, electromovilidad e insumos para la seguridad para cadenas de bancos.  

La propuesta levantó una que otra ceja de sorpresa y abrió unos cuantos ojos de otros más, pero solo era el inicio de otra invitación más interesante para el sector automotriz, base fundamental de la economía poblana: Un millonario llamado Elon Musk está interesado en reactivar las fábricas que operan en México encargadas de la producción de piezas para la marca Tesla, y ha puesto sus ojos en la entidad poblana.  

“Queremos poner a Puebla en el escenario. Hace poco visité Ciudad Modelo y a ver otras facilidades, conexiones, hacer la evaluación y ya estamos listos para eso, entonces, quiero hacerles la invitación para que trabajemos y hagamos equipo tanto para ir fuera como para atraer a los que estamos invitando”, sostuvo Marcelo Ebrard y su invitación fue acompañada de una cálida ola de aplausos.  

El canciller lo hizo: libró la bomba llamada Paco Ramos y se echó al bolsillo al empresariado poblano. 

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