Qué difícil es en el futbol moderno mantenerte vigente como director técnico. Como la vida misma, el juego se encuentra en constante cambio y a todos los involucrados les toca adaptarse, renovarse o morir.
Lo que está haciendo el señor Aguirre con el Mallorca confirma todavía su valía como entrenador en el futbol español. En Monterrey el funcionamiento y los resultados no lo acompañaron, pero de eso a decir que era un DT caduco, hay mucha diferencia.
El futbol siempre da revancha y a Javier le llegó más temprano que tarde hace unas semanas para hacerse cargo de este equipo. La encomienda muy clara: salvarse del descenso en este 2022.
Perdió en su debut de visita ante Getafe y con el agua al cuello, aprovechó la distracción por Champions del Atlético de Madrid para conseguir este fin de semana su primer triunfo y sacar de la zona roja a sus dirigidos.
La fórmula para lograrlo: orden defensivo, equipo solidario y aprovechar las oportunidades (en este caso el penal de Muriqi). No le interesa jugar bonito, sino ser efectivo y sacar puntos de debajo de las piedras si es necesario.
En una especie de masoquismo bien entendido, al “Vasco” le gusta sufrir en el banquillo. A lo largo de su trayectoria ha apostado por proyectos sin certezas como: Osasuna, Zaragoza y Espanyol donde logró mantener la categoría.
En el caso de Leganés, hace 2 años, tomó un club desahuciado y estuvo a punto de salvarlo contra todo pronóstico en la última jornada ante el ya campeón Real Madrid.
Diría yo que salvo en Atlético de Madrid, donde tampoco lo hizo mal, se ha caracterizado por tomar “papas calientes” con mucho riesgo de quemarse.
Lejos de preocuparse o ponerse nervioso, parece disfrutarlo y normalmente sale bien librado. Por eso en España sigue teniendo cartel a la hora de solicitarse un “bomberazo”.
Ahora bien, hay entrenadores para determinados equipos y equipos para determinados entrenadores. Algo tiene Aguirre que desde el discurso y el trabajo logra convencer y comprometer a los futbolistas que le toca dirigir en estado de alarma.
En Mallorca no tiene nombres rutilantes, veteranos como: Manolo Reina, Salva Sevilla y Jaume Costa saben que si se van a segunda división difícilmente tendrán otra oportunidad en LaLiga.
Los jóvenes como el japonés Kubo (con Mallorca en 2020) o el estadunidense Hoppe (con Schalke 04 en 2021), que ya saben lo que es bajar de categoría, no querrán manchar de nueva cuenta su currículo en sus todavía incipientes carreras profesionales.
Ese sentimiento de urgencia y necesidad por llevar pan a sus casas y por relanzar sus carreras, hace que el jugador de la vida por el escudo.
Trabajador, dedicado, comprometido, convencido y arriesgado. Ese es Javier Aguirre, podrá gustar más o menos su estilo como entrenador, lo que es un hecho y, qué gusto por ser mexicano, es que sigue siendo un DT vigente dentro del futbol internacional.
