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miércoles, mayo 1, 2024

Desmienten a Proceso (y éste Aplica la Ley del Pasquín)

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Pese a que el director de Proceso aceptó que habían cometido un error al adjudicarle al senador Germán Martínez Cázares un millonario contrato con el gobierno panista de Tamaulipas, la revista en su versión web no había aclarado nada hasta el cierre de esta columna.

El propio ex director del IMSS narró lo anterior en una entrevista en el noticiero radiofónico de Ciro Gómez Leyva.

Palabras más, palabras menos, dijo que el sábado habló vía telefónica con Jorge Carrasco, director de Proceso, y que éste le ofreció disculpas y reconoció el error.

“Vamos a hacer la aclaración pertinente”, le aseguró.

No pasó nada.

En el mismo espacio, Roberto Gil Zuarth rebatió lo dicho por Proceso en sendos reportajes y, tras señalar que se trataban de “refritos”, dijo que la información era imprecisa y falsa.

(Ahí mismo dijo que denunciaría penalmente a Santiago Nieto —quien está casado con su ex esposa— por haber filtrado información que obtuvo a su paso por la Unidad de Inteligencia Financiera).

Sobre el tema de la UDLAP, evidenció que no se puede desfalcar una Fundación —la Jenkins— que ya fue desfalcada.

“De manera ilegal, dijo, movieron los 720 millones de dólares de la Fundación a paraísos fiscales, donde no pagan impuestos”.

Asentó también que las propias autoridades de la UDLAP —Luis Ernesto Derbez y compañía, hoy técnicamente prófugos— crearon empresas fantasmas que a su vez daban asesorías en materia educativa a la propia universidad.

(Este punto lo hemos venido abordando primero en ContraRéplica y después en Hipócrita Lector desde hace meses).

De todo esto, Proceso tampoco publicó una sola palabra en su portal.

En el mejor estilo de un pasquín electrónico, se limitó a decir que el gobernador Miguel Barbosa “calla sobre contrato con Gil Zuarth para intervenir la UDLAP y arremete contra Proceso”.

(Ya no dijo una sola palabra sobre el señalamiento principal de su reportaje: “Miguel Barbosa busca obtener la fortuna de 720 mdd de la Fundación Mary Street Jenkins”. La narrativa cambió. Ahora todo se trata de la creación de “una estrategia legal de intervención a la Universidad de las Américas Puebla)”.

Ah. Ok.

En su rueda de prensa matutina, el gobernador dijo algo muy cierto sobre la publicación del reportaje en su contra: “en todo este litigio (Proceso) ha jugado un papel de estar a favor de los que desfalcaron a la fundación de manera muy clara. No sé si estén actuando convencidos que esa es la parte legal del asunto o si están contratados”.

¿Cómo respondió Proceso ante esta duda legítima?

Tergiversando el dicho: “(el gobernador) sugirió que la revista había sido contratada para eso”.

Otra de las aseveraciones que crisparon fue ésta: “(el reportaje de Proceso) es una bola de refritos acomodados para ponerse nuevamente de parte de los que defalcaron a la Fundación Mary Street Jenkins. Así de simple”.

Y vaya que tiene razón: el sesudo trabajo de investigación es sólo un “refrito”.

Igual que los que les dedicaron a Gil Zuarth y a Martínez Cázares.

Igual que el del Caso Tadeo, escrito por la corresponsal Gabriela Hernández.

Por cierto: fue tal la irritación que causaron las palabras del gobernador que la trama relacionada con el bebé de tres meses de nacido —que pasó de un cementerio de la Ciudad de México a un contenedor de basura del Cereso de San Miguel— se convirtió en la nota principal del portal.

Ufff.

Respuesta de pasquín ante las réplicas.

En una entrevista con sir Harold Evans en El País —realizada por Juan Cruz, autor de Egos Revueltos, en 2009—,  el célebre editor, ya fallecido, de The Sunday Times dijo estas palabras que encajan muy puntualmente con esta comedia de confusiones protagonizadas por Proceso: “Ésa es la gran cuestión del periodismo. Si te equivocas, está la ley del libelo. Pero está la ley ética, la de la imparcialidad. Aunque tengamos una defensa legal, no podemos acusar a alguien erróneamente. La verificación de los hechos es importantísima… Y una cosa es lo que hizo Ben Bradlee con el caso Watergate y otra es mucho de lo que se hace, por ejemplo, en el ciberespacio y en otros medios en nombre del periodismo de investigación. Y eso es importante ahora, porque un blog o un texto de Internet pueden no tener autor conocido… (…) La verificación y la credibilidad son cruciales”.

Ante la falta de verificación, Proceso recurrió a la ley del libelo: ignorar las réplicas y las aclaraciones, y tundir al que se atreve a disentir.

¡Faltaba más!

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