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sábado, mayo 4, 2024

El gobernador que unió a amigos y enemigos

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Suena fácil.

No lo fue.

El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina entendió el sentido de la bola lanzada por el presidente López Obrador —el fildeo, en términos del beisbol—, y con los reflejos aprendidos en estos meses en Casa Aguayo hizo una jugada impensable: generar la unidad entre personajes que tendrían que estar desunidos por razones ligadas a la política.

Después del 10 de noviembre, y tras la salida del diputado Ignacio Mier del cuarto de guerra de Morena en el hotel Camino Real de Polanco, la unidad de los aspirantes poblanos entró en un impasse.

Luego de que el líder de la bancada morenista en San Lázaro anunció que se sumaría al esfuerzo que encabezará el virtual candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta, el gobernador empezó a imaginar esa jugada impensable y necesaria: generar la unidad entre los protagonistas de la trama que hemos vivido en las últimas semanas.

Y vaya que lo logró.

Este lunes, convocó y reunió a los siete personajes que participaron en el proceso interno de Morena.

Los nombres le dan sentido a dicha convocatoria, una vez que todos acudieron al llamado de unidad del gobernador: Alejandro Armenta, Nacho Mier, Olivia Salomón, Julio Huerta, Claudia Rivera, Rodrigo Abdala y Liz Sánchez.

Se dice fácil.

Era impensable.

El gobernador Sergio Salomón confirmó con esa reunión la consolidación de un liderazgo moral reconocido en varios momentos por el virtual candidato a la gubernatura y por los demás asistentes.

La foto en la que aparecen pares y nones abrazados y sonrientes es la prueba de que el gobernador es sinónimo de una palabra clave para lo que viene: unidad.

Y no en todas las entidades en las que se eligieron candidatos el viernes pasado ocurrió este fenómeno.

Hoy por hoy, Puebla es un ejemplo a seguir entre los morenistas.

Y hoy por hoy hay un líder moral capaz de convocar a tirios y troyanos.

A once meses de que rindió protesta —se cumplen este miércoles—, el gobernador ha generado un clima de paz, trabajo y tranquilidad.

A este esfuerzo se suma ahora la deseada unidad entre los suyos.

Suena sencillo.

No lo ha sido.

 

Lealtades y deslealtades en la trama poblana rumbo a Casa Aguayo. La lealtad es un ave rara en la política y en los círculos que la rodean.

Lo más natural es la cuchillada en el callejón de las deslealtades.

Cuando un político gana una elección o una candidatura, le surgen virtudes inéditas que hasta el susodicho desconocía.

De ser un hombre común se vuelve un titán.

En el proceso interno de Morena que acaba de concluir con la unción de Alejandro Armenta Mier, ocurrieron muchas cosas que poco a poco iremos desgranando.

Una de éstas tiene que ver con los hombres leales que acompañaron a los aspirantes pese a que pudieron haber bailado el viejo vals de la dualidad esquizofrénica.

Ése que se baila con uno primero y otro después.

Los personajes de los que hablaré han sido ejemplo de un ejercicio poco común en esas aguas heladas del cálculo egoísta.

Todos los aquí mencionados tuvieron invitaciones al vals de otros equipos.

Todos ellos las desoyeron porque no está en su agenda la traición.

Pepe Layón, por ejemplo, es un joven empresario exitoso en los ramos inmobiliario y hotelero.

Sus éxitos empresariales son conocidos por todos en los diversos ámbitos.

Donde pone el ojo pone una primera piedra.
Desde que arrancó la precampaña del senador Alejandro Armenta, trascendió que Layón pasó a formar parte de su equipo financiero.

El principal apoyo.

El más importante.

Al mismo tiempo, otros empresarios poblanos se incorporaron a otros proyectos políticos.

No faltaron las invitaciones al vals de otros equipos.

Y es que Pepe Layón es garantía en todos lados.

Su respetabilidad es a prueba de fuego.
Con el paso de las semanas, las invitaciones aumentaron.

Y nuestro personaje inevitablemente las rechazó.

Todas.

Una por una.

¿Por qué lo hizo?

Una fuente que pidió la gracia del anonimato me dijo que por un tema de congruencia.
Congruencia y lealtad: dos aves raras en el aviario de la política.

Javier Pacheco Pensado es otro más en esta lista, y es dueño de las mismas credenciales.

Él, como otros más, se incorporaron en algunos de los demás equipos.

Qué lejos están en Puebla los tiempos en que don Paco Bada y don Enrique Montoto eran los financieros de los políticos nacionales y locales.

Ambos señores nunca se equivocaron, una vez que les apostaron a todos en aras de conservar sus intereses.

Un ejemplo notable fue cuando en el año 2000 apostaron por Vicente Fox y Francisco Labastida.

Cuando ganó el primero, ambos gritaron:

“¡Ganamos!”.

Cómo equivocarse si veían la política como una ruleta de un casino de Las Vegas.

Sobra decir que estos señores bailaron todos los valses posibles hasta el final de sus días.

 

Los zopilotes después del crimen. El asesinato del magistrado Jesús Ociel Baena Saucedo, en Aguascalientes, es brutalmente lamentable por su condición de homosexual y porque tenía predilección a usar falda, zapatillas y maquillaje de manera cotidiana.

Eso le ganó burlas atroces una vez qué pasó a ocupar una magistratura en el Tribunal Electoral del estado de Aguascalientes.

Por otra parte, no dejan de ser lamentables las reacciones en las redes sociales de quienes celebran su muerte por razones homofóbicas.

Pocas veces había visto expresiones tan delirantes como en este caso.

En lugar de exigir justicia, hay cientos de voces que dicen que el mundo estará mejor sin personas como él.

La duda mata:

¿En qué momento nos convertimos en esta sociedad tan miserable?

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