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viernes, mayo 3, 2024

El candidato que confundió la campaña con un sombrero de charro

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Tony Gali junior quería ir solo en la boleta.

Es decir: sin ningún rival enfrente.

Mónica Rodríguez Della Vecchia fue la primera al interior del PAN en apuntarse como aspirante a la candidatura a la diputación federal por el distrito 9, con cabecera en Puebla.

Su ambición duró poco.

Por motivos personales aventó el arpa.

El columnista Alejandro Mondragón ubicó esto como parte de una trama de odios entre los Gali y los Rodríguez.

El esposo de Mónica, Pablo Rodríguez Regordosa, ha sido un enemigo jurado del exgobernador desde 2011.

Surgió entonces el nombre de Blanca Jiménez Castillo, simpatizante de los Gali.

Su postulación llegó en el último momento.

Cuando faltaban tres horas para que venciera el plazo de registro —el domingo 31 de marzo—, Augusta Díaz de Rivera, dirigente del PAN, inscribió el nombre de Pily Morán, quien formaba parte del Comité Directivo Estatal.

Y lo hizo porque Blanca Jiménez no respondía las llamadas telefónicas.

En pocas palabras: el registro de la candidatura de la coalición encabezada por el PAN estaba en riesgo.

(El escenario ideal para Gali Jr.).

De pronto, Blanca Jiménez dio señales de vida.

Pero sólo para disculparse con la dirigente estatal.

“Amenazaron a mi hermano. No puedo registrarme”, dijo lacónica.

Su sorpresa fue enorme cuando supo que en ausencia suya habían registrado a Pily Morán.

(La soberana idea era que Gali hijo fuera a un picnic en un jardín de rosas).

Vino entonces una invitación a comer en la casa del exgobernador —ubicada en La Vista.

Un tercero le comentó a Pily Morán que los Gali querían comer con ella.

“No, gracias”, respondió sin pensarlo.

La duda mata:

¿Qué querían los señores?

Sencillo:

Sacarla de circulación.

O, en otras palabras: una contienda convertida en un día de campo.

El vocero de los Gali, Javier Lozano Alarcón, ya había dicho en una rueda de prensa del PAN —en la que también fungía como vocero del albiazul— que Tony junior ganaría la elección.

(También había dicho que este partido había tratado muy mal a Tony senior en el gobierno de Miguel Barbosa).

Una vez que apareció en la escena el nombre de Pily Morán, Lozano —metido todavía en su botarga de vocero del PAN— repitió que Tony junior era un candidato espléndido y que no había duda que ganaría.

(Ese día le dieron una patada —en el estilo COPARMEX de la palabra—, y lo botaron).

El 9 es un distrito históricamente panista.

Y es que ahí se encuentran muchos “puntos ciegos”.

(En el lenguaje de los encuestadores, los fraccionamientos son puntos ciegos debido a que las empresas demoscópicas no tienen acceso a sus residentes).

Una fuente digna de crédito —y que pidió la gracia del anonimato— reveló a un grupo de contertulios que Gali papá ha invertido en Gali hijo algo así como veinte millones de pesos en el primer mes de campaña.

El tope de gastos en las campañas a la gubernatura de Puebla es de 35 millones.

A estas alturas, nuestro personaje está por rebasar un tope que no es el suyo.

El mundo es un lugar malvado, diría el clásico.

No podría ser de otra manera.

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