No cabe duda de que la pandemia de Covid-19 llegó para cambiar nuestras vidas en un instante; el panorama al que nos enfrentamos ahora, con un gran porcentaje de personas vacunadas, es muy distinto al que vimos hace dos años cuando inició la pandemia, cuando el virus era completamente desconocido y nos encontrábamos sin protección, por lo que es un buen momento para recordar lo que hemos aprendido.
Algunas de las lecciones que nos ha dejado la pandemia han cambiado radicalmente la práctica médica y también nuestra vida diaria.
Hemos aprendido que el uso de mascarillas es fundamental para prevenir contagios, no sólo de Covid, sino también de cualquier otra infección respiratoria. Ésta se ha convertido en una práctica vital dentro y fuera de los hospitales, y seguramente se quedará con nosotros durante mucho tiempo.
Esta pandemia también nos ha ayudado a entender la importancia de revisar el contenido que consumimos y compartimos. En estos tiempos, en los que el acceso a la información es tan sencillo y rápido, nos enfrentamos a la pandemia de las noticias falsas. Hemos aprendido la importancia de revisar las fuentes de información que consultamos y a ser más críticos con las noticias que nos encontramos en internet, que es un hábito que debemos aplicar día con día.
Además, la divulgación médica se ha convertido en una herramienta fundamental para que la información verídica y fácil de entender llegue a toda la población. Hay que aprovechar el poder del internet y las redes sociales para convertirnos en corresponsables de nuestra salud y el cuidado de los demás.
Como médicos debemos continuar apegándonos a la medicina basada en evidencia y a las medidas de salud pública que han probado ser efectivas durante esta pandemia, y como miembros de la sociedad debemos comprender que nuestra responsabilidad personal juega un papel muy importante en el cuidado de nuestra salud y la de los demás. Cada acción que llevamos a cabo individualmente tiene un gran impacto en nuestra comunidad.
Sin duda, una de las lecciones más importantes que hemos aprendido es que necesitamos la cooperación y empatía de todos para afrontar los retos difíciles a los que nos enfrentamos como sociedad.
Hemos comprobado una vez más que, si todos nos unimos y trabajamos juntos por un propósito en común, superaremos cualquier obstáculo, por más difícil que parezca. Esta pandemia ha sido una muestra indiscutible de lo resilientes y capaces que somos para encarar y superar una crisis.
Hay que llevarnos estas lecciones para el resto de nuestros días y no perder la unión que hemos construido.
