El ridículo del PRI estatal

Se la pasó todo el año con las rabietas propias de un político bisoño para exigir que se tomara en cuenta a los priistas para la elección del candidato a gobernador en el Frente Amplio por Puebla. Tras darse cuenta que no iba a poder hacer nada, entonces, cambió su táctica para presionar para que le dejaran (sí, leyó bien, le dejaran) la presidencia municipal de Puebla. Al final, Néstor Camarillo Medina terminó como el viejo adagio del perro de las dos tortas. Peor aún: Cuando vio que no le tocaría nada, entonces, comenzó una guerra sucia en contra de sus propios compañeros para arrebatar los puestos que habían sido pactados previamente. ¿Con su capital político, para qué le alcanza al dirigente estatal del PRI? Veamos: Los números electorales del PRI distan mucho de mejorar; la bancada en el Congreso del estado sencillamente se redujo, lo mismo que sus posiciones en la fracción poblana priista de San Lázaro. El dirigente del PRI poco o casi nada ha hecho para aglutinar al priismo, su actitud pendenciera le alcanza solo para llevarse bien con algunos, por lo que los liderazgos reales han tenido que ser los responsables de evitar el resquebrajamiento. Muchos priistas migraron a Morena en la lucha interna para definir al candidato a la gubernatura, ya que es el partido en el que ven la posibilidad de tener un futuro político, algo que el extraviado exalcalde de Quecholac no puede garantizarles. Tampoco hizo mucho para la contención y menos para sentarse a dialogar con los cuadros inconformes. Pensando mal, hasta parecía que estaba feliz de que hubiera una desbandada porque así sus cuates serían los ganones en la asignación de candidaturas en 2024. Hoy, queda firme que Camarillo Medina solo tiene una ventaja: su cercanía con Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, el mejor esquirol que la 4T tiene en el Frente Amplio por México. ¿Eso le alcanza a Nestitor como capital político para agandallarse las candidaturas? No, y se ve que está muy lejos de entenderlo.  ¿Qué le habrá ofrecido la Organización Nacional del Yunque para que se convierta en una pieza útil para cuadrar al PRI a sus caprichos? Seguramente la posibilidad de meter mano en los abanderados a nivel de presidencias municipales y regidores. Porque, aunque se niegue a reconocerlo, ese es su nivel y para lo que le alcanza con su capital político. Si el dirigente estatal del PRI no entiende que ha hecho el ridículo en todo este tiempo, no se extrañe. Naturaleza manda.