El intempestivo cambio de la fecha del destape en cámara lenta levantó cejas y generó suspicacias.
Los sabelotodo soltaron sus primeras, sesudas, deducciones.
Pocas veces se vieron las hordas tan erráticas.
El tema de las candidaturas de género —avalado de antemano por Morena— fue una primera hipótesis.
Se dijo que había problemas para ubicar a las aspirantes mujeres y que lo mejor era darse unos días más.
Se dijo también que la tragedia nacional relacionada con el huracán Otis en Acapulco era la causa real de la medida.
Hacer ese tipo de actividades en plena desgracia era grosero.
Nada más cierto.
(Con todo y luto, Claudia Rivera organizó una reunión que quiso pero no pudo ser masiva en la Recta a Cholula).
Yo tengo otros datos.
Uno de los temas claves en la vida de un presidente es el presupuesto.
Sin dinero no hay programas sociales ni obra pública.
En la aprobación del mismo descansa, entre otras cosas, la tranquilidad en Palacio Nacional.
Una de las razones por las que en la convocatoria de Morena no fue necesaria la solicitud de licencia —de los aspirantes a las gubernaturas en juego— tuvo que ver con tres temas: la desaparición de trece fideicomisos del Poder Judicial, y la aprobación de la Ley de Ingresos y el Presupuesto 2024.
Esos temas a su vez tenían que ver —a la hora en que se expidió la convocatoria— con un solo aspirante: el diputado Ignacio Mier, líder de la bancada de Morena en San Lázaro.
Exigir que los aspirantes dejaran sus curules metería en un caño los temas prioritarios en la agenda presidencial.
Por eso, el diputado Mier no solicitó licencia como sí lo hizo el senador Alejandro Armenta.
(Éste la pidió, pero no le fue concedida por asuntos que no tienen que ver con lo aquí narrado).
Cuando ya estábamos a tres días de que se conocieran los nombres de los nueve candidatos, y cuando los dos primeros temas ya habían sido aprobados, surgió otra moción.
Y ésta tiene que ver con el punto central del Presupuesto.
En la agenda electoral de Morena importa más, y con justa razón, el multicitado Presupuesto.
Esa prioridad presidencial movió todo porque uno de los aspirantes —el diputado Mier— tiene que estar concentrado en lo esencial.
Y lo esencial, hoy por hoy, es el Presupuesto.
Enviar hasta el 10 de noviembre el dedazo en cámara lenta tiene todo el sentido del mundo por las siguientes fechas que compartiré con el hipócrita lector:
El 4 o el 6 de noviembre iniciará la discusión del Presupuesto en la Cámara (federal) de Diputados.
Y el 8 o 9 de noviembre será aprobado y, en consecuencia, publicado en el Diario Oficial de la Federación.
De esta manera, todo quedará listo para que el viernes 10 de noviembre se conozcan los nombres de los 9, y en particular, en el caso local, el sucesor del despacho en Casa Aguayo.
Los clásicos son clásicos porque tienen una lógica impecable.
En este caso, como en otros muchos, primero es el 1 y después es el 2.
