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martes, abril 30, 2024

Frente Amplio Opositor

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En el proceso electoral del 2006, el Partido Acción Nacional (PAN) fue solo a las elecciones presidenciales con Felipe Calderón Hinojosa, en una elección muy competida, logrando 15 millones 284 mil votos. Por su parte, la alianza del PRD, PT y Convergencia impulsó a Andrés Manuel López Obrador, obteniendo 14 millones 756 mil votos. El PRI, junto con el PVEM, apoyaron a Roberto Madrazo, logrando 9 millones 301 mil votos. 

Para el proceso electoral del 2012, nuevamente Acción Nacional participo solo, impulsando a Josefina Vázquez Mota y logrando 12 millones de votos. El PRD, con el PT y MC, volvieron a salir con AMLO y obtuvieron 15 millones 535 mil votos. El PRI, en alianza con el PVEM, candidatearon a Enrique Peña Nieta y lograron su triunfo con 18 millones 727 mil votos. 

Sobre el 2018, los panistas entendieron la importancia de las alianzas y, por primera vez, salieron junto con el PRD y MC en un Frente Ciudadano por México, llevando como su candidato a Ricardo Anaya, quien obtuvo 10 millones 249 mil votos. El PRI nuevamente se lanzó con el PVEM y sumó al PANAL, llevando a José Antonio Meade Kuribeña, para solo lograr 7 millones 472 mil votos, una de sus peores votaciones de los últimos años. La alianza Juntos Haremos Historia de Morena, PT y Encuentro Social, por tercera vez, candidateó a López Obrador y se alzó con la victoria electoral con 24 millones 127 mil votos. 

Es decir, el blanquiazul, después de las elecciones del 2012, entendió que sin alianzas partidarias pierde fuerzas y espacios políticos. En las intermedias del 2015, logra participar con el PRD y, para las del 2018, como ya se mencionó, fue con el PRD y MC. 

Para las intermedias de 2021, el Partido Verde Ecologista de México, que actúa en cada proceso como partido bisagra, deja al PRI y hace alianza con Morena. El Revolucionario Institucional se va en alianza con el PAN y PRD. En este proceso, hay una nueva reconfiguración de alianzas y algunos partidos optan por un bloque u otro. 

Los priistas, que siempre habían participado solos y con el apoyo de sus tres sectores, después de sus 94 años de vida, con sus grandes caudales de votos verdes y de los pobres a quien entregaba beneficios sociales. Después del 2018, tuvo que replantear su existencia como partido político para poder sobrevivir y, actualmente, mantiene alianzas pragmáticas con Acción Nacional y con los perredistas. 

Bajo las actuales condiciones políticas que se viven en el país, ninguno de los dos frentes electorales, es de carácter ideológico. Ambos son electoreros. 

Por otra parte, es importante mencionar, que uno de los primeros partidos en impulsar las alianzas tan diversas entre sí, fue el Partido de la Revolución Democrática. Puesto que en uno de sus últimos congresos después de la salida de López Obrador, optaron por los acuerdos con el PAN. 

Debo decir, que, en las elecciones locales de Puebla, del 2010, el exgobernador Rafael Moreno Valle, siendo militante panista, fue uno de los principales aliancistas partidarios. Con el PRD, tuvo acuerdos políticos con una de sus principales corrientes nacionales (los chuchos) y con MC, tejió relaciones con otro exdirigente (Luis Maldonado). Bajo dicho escenario, su estrategia fue derrotar al viejo PRI de Mario Marín Torres. 

El finado Moreno Valle construyó acuerdos formales e informales de Acción Nacional con el perredismo para poder ganar gobiernos locales y avanzar como partido. Por supuesto que nunca estuvo de acuerdo con la candidatura de Ricardo Anaya. 

Bajo estas circunstancias edificó una amplia alianza en el 2018 que le permitió impulsar a su esposa, Martha Erika Alonso, y lograr derrotar al candidato de Morena. Antes, en las intermedias tuvo una mayoría en los 15 distritos electorales federales. 

Lo del Frente Amplio Opositor tampoco es algo nuevo: sus alianzas partidarias y, ahora con la suma del PRI, que viene funcionando de hace dos años y en algunos comicios locales han participado conjuntamente. Hoy tendrán que enfrentar a un líder carismático, la fuerza electoral de Morena. 

Por otro lado, sus mecanismos de elección para sus precandidatos a la presidencia de la República nada tienen que ver entre sí. Son procesos internos diferentes, unos y otros los han venido practicando en varias elecciones. 

Para un bloque se llaman “Asambleas Informativas”; para el otro, serán foros de exposición. Unos procesaran una encuesta y cuatro más que son espejo. Los otros, una encuesta, más elecciones primarias. 

Conclusión: La sucesión se adelantó más de lo esperado y establecido en las normas legales. Todos los precandidatos de ambos frentes electoreros, buscan ser los elegidos. Las alianzas partidarias son fundamentales. Tampoco es una disputa entre izquierda y derecha, solo es por el poder. Los órganos electorales autónomos siguen ausentes y nadie ha visto al árbitro. 

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