En la contienda interna de Morena en la entidad poblana ha surgido, una vez más, el fenómeno de los videntes. Son esos dizques analistas, matraqueros, carga maletas y come cuando hay que operan como sanguijuelas de los aspirantes a Casa Aguayo. Los pudimos observar en plenitud este sábado pasado en la gira de Claudia Sheinbaum Pardo. Todo buscaban ansiosos la señal que develara un gesto a favor de su gallo. Antes, ese tipo de comentarios y sesudos análisis se quedaba en una mesa de botanero o en alguna mesa de café del Centro Histórico. Desgraciadamente, Twitter le dio una bocina a esa legión de idiotas -parafraseando a Umberto Eco– desde la que envían sandeces a más no poder. Fue así que, en algunos casos, los matraqueros disfrazados de columnistas y directores de diarios digitales de dudoso financiamiento -algunos usados para disfrazar la propaganda de su candidato en una evidente violación a la ley electoral- se aventaron la puntada de sugerir que sabían lo que estaba pensado la coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la 4T o interpretaban sus gestos como una muestra inequívoca de que se inclinaba por su patroncito. Son especialistas en traducir, por ejemplo, lo que significa la limpieza de la nariz de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México. Si al sonarse, el pañuelo lo dirige hacia donde se encuentra a su candidato sentado en las gradas, entonces, la prueba está ahí, contundente. Pero si viene acompañada de un gesto, mejor prueba no puede haber de que el mero mero es su jefe. Otros, por el contrario, trasladaron su videncia al Consejo Estatal de Morena. Desde ahí dijeron quiénes sí y quiénes no tiene futuro. No sobre recordar que solo hicieron el ridículo. A todos ellos habrá que recordarles que si hubo señal fue única: Habrá unidad pese a la existencia de estas remoras y los berrinches que realicen por órdenes de sus jefes.
ALIADOS QUE SON UN ESTORBO
Ahora que la dirigencia estatal del Partido Verde anda muy sacalepunta amagando a Morena con hacer berrinche si es que no le dan una candidatura al morenogalista Antonio Gali López, valdría la pena revisar los números de dicho instituto político. Eso permitirá conocer su fuerza electoral real, lo que aporta a la coalición y si es que realmente vale lo que dicen. Por cierto, mientras a nivel nacional el Verde impulsa la inclusión de priistas para romper el voto del Frente Amplio por México y la mayoría calificada en San Lázaro, en Puebla, el dirigente Jaime Natale Uranga anda muy emocionado en impulsar la candidatura del hijo del exgobernador que nadie sabe en realidad hasta dónde puede ayudar a sumar votos. Lo que se tiene hacer para conservar la chamba.
