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viernes, mayo 10, 2024

Scouts y Rosacruces, y la delgada separación de la masonería

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I

Las Sociedades Secretas –ya lo había comentado aquí el pasado 10 de febrero– satisfacen una necesidad de pertenencia e identidad.  

Y el ser humano es tan complejo que las diferencias y ambiciones los llevan a crear versiones más públicas o más exclusivas de éstas.  

O en su necesidad de ampliar sus búsquedas y dejar su huella, crean sus propias Sociedades que toman prestados algunos principios y/o conocimientos de otras para ir conformando su propia versión. 

Por ejemplo, Sir Robert Stephenson Smyth Baden-Powell, Barón de Gilwell, Lord Baden-Powell –según explica Felipe Stelzer1 fue iniciado en la masonería por El duque de Connaught; aunque no existen pruebas contundentes de esto, empero, los saludos y marchas de los Scouts guardan amplias similitudes y significados con los ritos masónicos. 

Como dato curioso, transcribo este fragmento2: 

“El 22 de agosto de 1930, la Gran Logia otorgó la Carta Patente para formar una nueva Logia con el nombre de Baden­Powell Nº 488. La aprobación fue también recibida para la medalla propuesta para los Miembros Fundadores. Además del contenido Masónico y el tradicional color verde Scout, se trazó una diagonal amarilla a través de la medalla que fue diseñada para perpetuar las discusiones en el “Arrow Park” relativas al nombre de la Logia”. 

 

II 

La Antigua y Mística Orden Rosae Crucis, AMORC –conocidos como Rosacruces– y que guarda similitudes con la masonería (pues el grado 18 del Rito Escocés es conocido como: Grado de Caballero Rosacruz), tiene o tuvo entre sus miembros más conocidos a: los dominicos Alberto Magno y Giordano Bruno –santo el primero y hereje, el otro–, así como: Descartes, Spinozza, Leibnitz, Cristóbal Colón y Edith Piaff3. Esta agrupación, se dice, se ha interesado en agotar las posibilidades de la vida mediante el uso sano y sensato de su herencia de conocimientos esotéricos y de las facultades que poseen como seres humanos y reconoce sus raíces en la época del Egipto faraónico. 

De esta orden se desprendió otra: La Orden Hermética de la Aurora Dorada (Hermetic Order of the Golden Dawn) fundada en 1888 por William Wynn Westcott, Samuel MacGregor Mathers y William Robert Woodman; y cuyo objetivo principal es/era adentrarse en los estudios y práctica de magia, astrología, cábala, tarot y alquimia.  

Entre sus integrantes más destacados se encuentran: Dion Fortune, Arthur Machen, William Butler Yeats, Algernon Blackwood, Florence Farr, Annie Horniman, H. G. Wells, Bram Stoker, Austin Osman Spare, Gustav Meyrink, Arthur Edward Waite y Aleister Crowley 

De este listado, es interesante resaltar que Arthur Edward Waite y Aleister Crowley realizaron sus versiones de Tarot. 

En 1910, Waite publica Las claves del Tarot que se acompaña del mazo dibujado por Pamela Colman; mientras que, en 1938, Aleister Crowley une esfuerzo con Frieda Harris para publicar El libro de Toth, acompañado de su respectivo mazo. Ambos muy conocidos hasta la fecha, siendo el Tarot Rider-Waite el más popular; una especie de bestseller del Tarot. 

En una próxima columna hablaré de estas barajas y sus autores. 

 

III 

Las coincidencias no siempre son casualidades, a veces son causalidades. 

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