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viernes, mayo 10, 2024

La flaca memoria de Marcelo

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En su afán por convertirse en la oposición al interior de Morena, Marcelo Ebrard Casaubon comenzó por romper las reglas establecidas en el Consejo Nacional de su partido. Por ejemplo, se pasó por el arco del triunfo no acudir a los medios de comunicación que son enemigos de la 4T. Bueno, hasta Carlos Loret de Mola ya reveló que el excanciller acudirá a Latinus. También arremetió contra Claudia Sheinbaum Pardo y mandó a sus huestes a sacarla de quicio al grito de “¡Piso parejo!”, el pasado domingo que se definió el método para la sucesión presidencial. Pero el exfuncionario federal cometió un craso error al involucrar en su loca cruzada personal al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, a quien responsabilizó de realizarle a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México la concentración de más de 50 mil personas que acudieron al Centro Expositor el 3 de junio pasado. “Acarreados” fue la palabra que utilizó a pregunta expresa del periodista Joaquín López-Dóriga. Las palabras Ebrard Casaubón responden a una flaca memoria e ingratitud. Brujo del poder, el exgobernador Melquiades Morales Flores solía decir, cada vez que le informaban que alguien andaba grillando en su contra: “¿Qué favor le habré hecho para hable mal de mí?”. La anécdota refleja a la perfección la naturaleza humana de Ebrard. Pero resulta peor si traemos a la memoria las palabras que mención cuando visitó Puebla el pasado 16 de abril. Ante la clase política, empresarios y sectores sociales que se congregaron en uno de los anexos de Casa Puebla, aseveró: “Yo veo el ambiente político aquí en Puebla y quiero reconocer la actitud de Sergio (Salomón Céspedes Peregrina), el respeto a todas y a todos, porque esa armonía no se puede hacer en algunos estados y aquí el gobernador recibe a todos, respeta a todos, no se mete más allá de sus funciones”. ¿Entonces? ¿Sí, pero no? Marcelo Ebrard es un rehén de sus propias palabras. Si no es capaz de entender que se le garantizó piso parejo en Puebla, será por su cortedad de miras. Tampoco es gratuito que sus empleados en Puebla, el analfabeta Juan Carlos Natale y el precoz dirigente estatal del partido Verde, Jaime Natale, anden en plan de cadeneros de antro amenazando con romper la coalición con Morena y el PT para 2024. El excanciller y sus cargamaletas olvidaron lo más sencillo de la política y la marca de la nueva etapa en Puebla: la asepsia política permite construir diálogo y acuerdos. El mandatario estatal extiende la mano a todos, pero no se puede detener por aquellos que se niegan a estrecharla.

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