Si se tuviera que sintetizar la trayectoria de Alberto Jiménez Morales en la política poblana habría distintas lecturas: para muchos, sería simplemente el hombre fuerte que requería cualquier gobierno; para otros, sería visto como el vicegobernador de Puebla con el poder suficiente para poner y quitar políticos y jueces, con un estilo duro y a veces excesivo; para otros más se trataría de un líder regional que ejemplificó lo que representaba un gobierno del PRI autoritario, impositivo y que instauró el heredar el poder a la familia.
Hermano del exgobernador Guillermo Jiménez Morales y cercano del exsecretario de Hacienda federal, Julio Rodolfo Moctezuma Cid, y uno de los principales líderes políticos en la región de Huauchinango, Alberto Jiménez falleció a los 94 años. El deceso fue confirmado por el secretario de Gobernación estatal, Javier Aquino Limón, quien envió sus condolencias a la familia a través de redes sociales.
El político, destacado como operador político en la década de los sesenta, setenta, ochenta y noventa por conformar el principal grupo de poder en la región norte de Puebla conocido como Huachi Power, falleció este jueves 8 de agosto. Una noticia que consternó a la clase política de Puebla.
El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el mandatario electo Alejandro Armenta Mier fueron los primeros en manifestar sus condolencias a la familia esa tristeza por la pérdida de uno de los principales políticos de Puebla.
“Lamento el fallecimiento de Don Alberto Jiménez Morales, gran político poblano que deja una huella en la vida pública de nuestro estado. Mi más sentido pésame a su familia, seres queridos y compañeros. Descanse en paz”, fueron las palabras que le dedicó el gobernador.
Lamento el fallecimiento de Don Alberto Jiménez Morales, gran político poblano que deja una huella en la vida pública de nuestro estado. Mi más sentido pésame a su familia, seres queridos y compañeros. Descanse en paz. pic.twitter.com/a5XpiUoxxr
— Sergio Salomón (@SergioSalomonC) August 8, 2024
En tanto, el mandatario electo envió un abrazo a los familiares y amigos de don Alberto Jiménez ante su sensible fallecimiento.
Su paso por la política de Puebla no pasó inadvertido. El hermano mayor de los Jiménez Morales, una familia de arraigo y poder en la región de Huauchinango que instauró el patriarca Alberto Jiménez Valderrabano, destacó en el PRI en la década de los sesenta en una de sus organizaciones corporativas: la Confederación Nacional Campesina (CNC), donde se convirtió en secretario de Organización, uno de los principales puestos en su momento.
Fue el líder de los Jiménez Morales, el representante en cualquier tema, y aunque nunca rivalizaron directamente, los contrastes entre él y su hermano Guillermo Jiménez Morales eran evidentes.
Alberto desapareció del escenario público en la década de los setenta mientras su hermano se volvió diputado federal, después fue dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y gobernador de Puebla de 1981 a 1987.
En la sucesión de la gubernatura, Alberto Jiménez regresó a la escena pública como asesor de Mariano Piña Olaya, posición que le colocó como “el hombre fuerte” del futuro gobernador.
El mote de “hombre fuerte del gobernador” no era gratuito, pues estilo del entonces secretario General de Gobierno era el que el mandatario en turno requería para resolver problemáticas que surgían en su momento, como fue el caso de la Universidad Autónoma de Puebla, donde las manifestaciones de los grupos radicales eran atendidas por él.
Otro de los asuntos en los que tuvo que interferir fue en la detención de Rubén Sánchez Sarabia Simitrio, dirigente de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de Octubre, quien se diría a una reunión de líderes de mercados populares en Jalisco y en el trayecto fue detenido en el Distrito Federal.
En ambos casos, el sello era el mismo, primero mediar el conflicto por el diálogo, y si no había conciliación se aplicaba la fuerza.
Pero su poder era más evidente cuando recordaban el Huachi Power, el grupo de familias huauchinanguenses que concentraban el poder, con René Meza Cabrera, Enoé González, y suma a Víctor Manuel Giorgana Jiménez y Pilar Jiménez Morales, todas lideradas por Alberto, y con quienes crece la percepción de que la familia Jiménez Morales tuvo dos sexenios, el primero con Guillermo y el segundo bajo la sombra de Piña Olaya.
El fin de su influencia en el gobierno llegó con la asunción de Manuel Bartlett Díaz a la gobernatura, lo que provocó el retiro político de Jiménez Morales.