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jueves, septiembre 19, 2024

Desdén del Ayuntamiento en manejo de basura avecina un serio problema de residuos

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El manejo de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Puebla se encuentra en una encrucijada crítica: a pesar de que el relleno sanitario de Chiltepeque cuenta con una vida útil de entre 5 a 10 años, según estimaciones, desde hace cuatro meses, siete municipios de la zona conurbada envían sus desechos a este sitio, debido a un conflicto social en el relleno de Cholula que ha derivado en el redireccionamiento de sus propios residuos a la capital poblana.

Para la regidora de Morena, Elisa Molina Rivera, esto supone un problema de niveles alarmantes, toda vez que exhibió a la administración municipal por no seguir un enfoque de “basura cero”, una estrategia promovida por la 4T, que aboga por la separación de residuos y el tratamiento de materia orgánica para reducir el volumen de basura hasta en un 50 por ciento.

A decir de la morenista, la administración actual carece de una visión sostenible y ha priorizado intereses empresariales sobre soluciones ambientales, pues no existe política pública alguna para ampliar la vida útil de este sitio de almacenamiento de desperdicios.

Molina Rivera recordó que, de acuerdo con información del propio gobierno municipal liderado por Adán Domínguez, el relleno de Chiltepeque recibe 58 mil toneladas de basura al mes, lo que genera ingresos significativos para la empresa concesionaria RESA SA de CV, que cobra 300 pesos por tonelada, embolsándose en promedio 3.9 millones de pesos por recibir los desechos de los municipios conurbados.

El redireccionamiento de los residuos sólidos ocurre luego de que en abril de este año, activistas ambientales y vecinos de la periferia del relleno de Cholula protestaron por el mal manejo de los residuos, alegando que contaminaban el aire, el agua y el suelo.

Estas manifestaciones llevaron al cierre del relleno, redirigiendo el flujo de basura a Chiltepeque, que ha visto un aumento del 35 por ciento en su recepción de residuos, lo que según el profesor Francisco Javier Sánchez Ruiz de la UPAEP, implica que el relleno está operando al límite de su capacidad, con sólo medio año más de espacio disponible a pesar de su expansión.

La situación se agrava al considerar que de acuerdo con el alcalde sustituto de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, el convenio que permite a los municipios conurbados depositar sus residuos en el relleno sanitario de Chiltepeque finalizará el 14 de octubre, pero no hay una estrategia de fondo para controlar el destino de la basura, pues el edil panista dejó a la administración de Pepe Chedraui la responsabilidad de renovar o descontinuar este acuerdo.

Domínguez Sánchez explicó que, recientemente, realizó una inspección en el relleno de Chiltepeque para verificar su funcionamiento y afirmó que este cumple con las normas mexicanas establecidas y cuenta con los certificados necesarios otorgados por la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa).

A pesar de estas garantías, el acuerdo para aceptar desechos de San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Santa Clara Ocoyucan, Coronango, Cuautlancingo, Amozoc y Huejotzingo, terminará sin promesa de renovación.

Este deslinde, a decir de Elisa Molina, implica que la administración actual ha sido más reactiva que proactiva, sin ofrecer una solución sostenible a largo plazo para la gestión de residuos y ahora la responsabilidad recae en el próximo gobierno municipal, liderado por Pepe Chedraui Budib.

“Se me hace curioso que Adán Domínguez haya salido a decir que ese relleno sanitario está para cinco años pero que se puede extender hasta 15, cuando ellos mismos impulsaron de nuevo que se concesionara, me parece que está saliendo a hacer labor de convencimiento no sé con quién, para que se les otorgue más recursos a quien ya goza de la concesión y que se les otorgue más tiempo”, expuso.

Manifestó que con la iniciativa “Basura cero”, el propósito es que se reduzcan los residuos que se trasladan a los rellenos sanitarios, separando inorgánicos y orgánicos, siendo estos últimos los que representan entre el 43 y 50 por ciento de la basura que es enviada al relleno: “si tú disminuyes eso crecen los años de vida de cualquier relleno sanitario”, expuso.

Molina Rivera consideró alarmante que la administración municipal permitiera que siete municipios vertieran sus desechos en el relleno de la capital, sin un plan a largo plazo que atendiera las causas, considerando el poco tiempo útil de vida este espacio.

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