El escándalo de la camioneta Lamborghini en la que fue vista la candidata del PSI a alcaldesa de Quecholac llegó a la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien arremetió contra lo que llamó ostentación y opulencia, pues dijo que es un “pecado social” habiendo tanta pobreza, sobre todo, en un municipio en donde casi 70 por ciento de la población está en situación vulnerable según el Coneval.
Las polémicas imágenes de la joven candidata del PSI, Guadalupe Martínez Gerardo, hija de Antonio Martínez Fuentes, el presunto líder huachicolero en el Triángulo Rojo, fueron ampliamente difundidas por medios nacionales a bordo del vehículo de alta gama, cuyo valor es de entre los 6 millones y 9 millones de pesos.
Esta situación se convirtió en la punta del iceberg para que las autoridades federales tuvieran en el radar el trasfondo que existe en el estado, sobre la existencia de perfiles incrustados en los partidos políticos con nexos con la delincuencia organizada en su vertiente del huachicol.
Sobre esto también fue cuestionado el presidente López Obrador, quien no se metió a detalle para evitar ser amonestado por la autoridad electoral, pero propinó una crítica contra los candidatos “fantoches” al presumir sus lujos en redes sociales.
Asimismo, dio un “consejo” a los candidatos en el actual proceso electoral para que se moderen y no sean “fantoches”, pues el pueblo no les brindará su apoyo ante las múltiples necesidades que tienen en sus comunidades.
“Si llega un candidato con una camioneta o un coche que vale cinco o seis millones de pesos, pues, más en comunidades pobres, pues no va a ganar, digo, no creo que la gente le apoye”, dijo el presidente, quien evitó mencionar el nombre del Pacto Social de Integración (PSI), uno de los aliados de Eduardo Rivera en su campaña a la gubernatura.
Dijo que, si bien los candidatos son libres de hacer lo que les convenga en su carrera por el cargo de elección popular, es necesario darles un consejo para evitar que caigan en la frivolidad ante el electorado, porque es pecado social hacer lo contrario.
“Que no sean presumidos, fantoches, que es pecado social la ostentación, la opulencia, pecado social, habiendo tanta pobreza, imagínense alguien que presume de un carro, no puedo decir la marca, o un avión privado, o un yate o una mansión”, indicó.
La semana pasada, el presunto líder huachicolero de la zona del Triángulo Rojo, Antonio Valente Martínez Fuentes, presumió una camioneta Lamborghini Urus que le costó, dijo, más de seis millones de pesos y en la cual traslada a su hija, la candidata del PSI a la presidencia municipal de Quecholac, Guadalupe Martínez Gerardo, a sus mítines.
El lujoso vehículo apareció durante una transmisión en redes sociales, luego de que ambos regresaban a su rancho en la junta auxiliar de Palmarito Tochapan el pasado lunes. La noticia se viralizó y acaparó la atención de medios nacionales.
Unos días antes, el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Gilberto Higuera Bernal, confirmó que existe una investigación abierta en contra de Antonio Martínez, El Toñín, que incluso data desde antes de que él asumiera el cargo de fiscal.
López Obrador dijo que un empresario puede presumir su fortuna, siempre y cuando “sea una riqueza bien habida”, y no producto de la corrupción, en ese caso podrían presumir sus lujos como vehículos y demás bienes.
“Pero si es un servidor, ¿cómo?, el que quiere hacer dinero para presumir lo material pues que se dedique a otra cosa, no al servicio público, pero bueno, cada quien es libre”, comentó al final de su conferencia el pasado viernes.
El Toñín ha sido uno de los objetivos principales de las autoridades de seguridad pública desde el 2018, a pesar de ello en innumerables ocasiones se ha asumido como inocente y víctima de una persecución política. Está vinculado con el robo de hidrocarburos a los ductos de Petróleos Mexicanos, delito conocido como huachicol.
De acuerdo con el Coneval, de los más de 57 mil habitantes que tiene el municipio de Quecholac, el 69.3 por ciento se encuentra en pobreza moderada y el 20.7 por ciento en pobreza extrema.