De niños —cercanos a la adolescencia— teníamos un juego: alerta roja. Consistía en ver el mayor número posible de pantaletas. Vivíamos en unos condominios...
Se llamaba Ana. O Rosa. Exacto: se llamaba Rosa. Era una Margarita Gautier en su etapa terminal: ojos profundos, ojeras violáceas, piel pálida, rostro...
Cuando conocí a Pedro Ángel Palou Pérez, me sorprendió encontrar a un hombre que reunía inusitados atributos: porte de basquetbolista, sonrisa afable de pediatra...
Mariana Mendivil
Hace unos meses, después de encontrar uno de mis diarios personales, empecé a escribir la crónica de uno de los viajes más significativos...