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miércoles, octubre 30, 2024

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Lucrecia Hoffman

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Castañas para pelar

Hay que ir desmenuzando, sintiendo, palpando...con aprecio, cadencia y paciencia.  Paso a paso, suspiro tras suspiro, mirada tras mirada, sabor tras sabor, cata tras cata...   Hay...

La Encina y el Cedro

La experimentación de nuevos sabores y platillos es una de mis pasiones predilectas. Paladear las innumerables variedades de sazones que nos ofrece la Tierra,...

Cuando suenan las campanas

México es mi Patria. París es mi hogar... la célebre frase de Gertrude Stein, adaptada, por supuesto a mi persona. La escritora estadounidense de...

Morgana y la catedral

Una de las mejores vistas de la catedral de Notre-Dame, al menos para mí, es la que ofrece el extremo este de la basílica....

Un poblano en París

Habíamos quedado de vernos en el Café Marly. Situado bajo las arcadas del Louvre. Era el lugar ideal para encontrarme con una pareja de...

Un par de telegramas de Zaragoza

Hemos tomado carretera y nos enfilamos hacia el norte. New England es, sin lugar a duda, uno de los lugares del planeta donde más...

El espejo bostoniano

El otoño se ha abierto camino. El gozo que me produce la sensación de una fresca y fría brisa acariciando mi rostro es vivificante....

Mi café batido y una fecha

Al encontrar la boutique Ralph Lauren, en Newbury Street, sé que estamos a un paso de Thinking Cup (La Taza Pensante), un auténtico coffee...

“Los demonios de Medardo”

Acomodada en uno de los añejos sillones de piel negra lustrada de la “Library”, en el Boston Park Plaza, meditaba sobre mi lectura actual. La...

Los demonios de Medardo

Lucrecia Hoffmann Acomodada en uno de los añejos sillones de piel negra lustrada de la Library, en el Boston Park Plaza, meditaba sobre mi lectura...
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