Desde las entrañas del panismo poblano, Arturo Espinoza, exabogado de Mario Riestra Piña y un personaje que ha conocido a fondo la operación del partido en el estado, lanzó la campaña “panista de brazos caídos”, inconformándose por el acaparamiento de candidaturas para las mismas familias custodias de El Yunque y pidiendo voto de castigo.
De cara a la elección del 2 de junio, Espinoza hizo un llamado a no dar “Ni un voto al PAN”, luego de un hecho en concreto: la entrega de posiciones a aliados de Eduardo Rivera “como si fuera una franquicia”, donde se han repartido cargos con evidente nepotismo.
El exabogado de Mario Riestra Piña, candidato de Mejor Rumbo para Puebla a la alcaldía, desenmascaró este secuestro dirigido por Augusta Díaz de Rivera en su calidad de dirigente estatal del blanquiazul.
A través de un video, uno de los casos que resaltó fue el de Eduardo Rivera Pérez, el mayor beneficiado, quien, de ostentar el cargo como alcalde en dos ocasiones, ahora busca la gubernatura, imponiendo también a su esposa para una candidatura a la diputación federal plurinominal y cerrándole el espacio a otros panistas que han trabajado por años en la militancia.
A la par señaló a Mario Riestra, de quien dijo que no conforme con tener el cargo de diputado federal, ahora busca la alcaldía de Puebla y puntualizó que su propia hermana, Susana Riestra, de una regiduría busca saltar una posición como diputada local.
“Las malas decisiones de los dirigentes del PAN continúan hasta estos días y manejan a su antojo el partido como si fuera una franquicia o una empresa familiar, imponiendo candidatos que resultan ser los mismos de siempre, jugando al juego de las sillas, cambiando de cargo, pero siempre son los mismos amigos y familiares de los dirigentes”, señaló.
Espinoza señaló otros casos de “dedazo” y nepotismo como ocurrió con Humberto Aguilar Coronado. El Tigre, quien, de ser diputado federal, tuvo el privilegio de ser candidato nuevamente por el Distrito 10.
Añadió que El Tigre no sólo busca repetir una vez más como legislador, sino que colocó a su propia hija, Natalia Aguilar Fernández, como su suplente, debido a que nadie más le pidió “esa oportunidad” en el PAN, para participar.
En tanto, Guadalupe Arrubarrena, exsíndico municipal del Ayuntamiento, así como Amparo Acuña, esposa de Jesús Zaldívar, presidente del Comité Directivo municipal del PAN -vinculado a proceso por abuso de autoridad y falsificación de documento-, fueron incluidas dentro de las primeras posiciones como candidatas a regidoras en la planilla de Riestra Piña.
Arturo Espinoza también exhibió el caso de Ana Teresa Aranda, diputada federal del distrito 9, que buscará una posición como Senadora de la República, un perfil que en cada elección es promovida para un cargo.
“Puros amigos y familiares de los dirigentes municipal, estatal y nacional del PAN. Con estas candidaturas, surgidas del nepotismo y la imposición, es entendible que tú, militante panista, te sientas rechazado e ignorado en esta participación política del 2024”, expresó.
El abogado señaló que, en el contexto de las imposiciones en las candidaturas, varios militantes han decidido renunciar a su afiliación; sin embargo, invitó a que no lo hagan y sumarse a la campaña “brazos caídos”, donde no se promuevan a los candidatos impuestos por las dirigencias del blanquiazul, imponiendo voto de castigo y abstencionismo.
“Los dirigentes perdieron la brújula y andan por un rumbo equivocado, pensaron que no era importante perder a un militante, tu participación y tu voto, pero se les olvidó que estamos frente a una elección constitucional donde tu participación se desdobla en 2, 4, 8 o más miembros de la familia que pudiste haber convencido a su favor”, apuntó.
En las últimas semanas, otros militantes del PAN se han sumado al voto de castigo contra Eduardo Rivera y Mario Riestra, como es el caso de Jesús Giles, exdirigente municipal y Violeta Lagunes, quienes incluso solicitaron a la militancia otorgar el voto a Alejandro Armenta y Pepe Chedraui para la gubernatura y alcaldía de Puebla por Morena, luego del secuestro de las posiciones en el blanquiazul.