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jueves, noviembre 21, 2024

Los vampiros y su cuota de sangre

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Una estructura se viene abajo en un mitin de campaña en San Pedro Garza García, el municipio más rico de este país.

Los candidatos, en primer plano, corren desaforadamente en dirección contraria y saltarán auxiliados por sus docenas de colaboradores.

Sofocados, los candidatos de Movimiento Ciudadano escuchan los gritos de la gente que no tuvo la misma suerte y que entró en dos vías: murió aplastada o fue hospitalizada con lesiones graves.

Las imágenes son atroces, tanto o más que las reacciones en las redes antisociales.

Hay quienes crucifican a Máynez por haber huido de la escena del crimen.

(Todo accidente de esas características tiene responsables de indolencia y corrupción, y ese coctel lleva un nombre: Criminalidad).

Un líder, dicen, debió haberse quedado en su lugar hasta el final, aunque eso hubiese significado la muerte del líder.

Al no morir en el calvario, los ‘sabios’ de Twitter lo llaman cobarde y le desean lo peor.

A la sangre derramada en San Pedro Garza García se le suma la sangre de la bajeza, cruel metáfora de estas campañas electorales.

Ya somos el país que queremos ser: un país en el que la necesaria mala leche fue sustituida por los cocteles de bilis amarilla.

Minutos después del caos, los vampiros sacian su sed en las redes.

Ya tienen su nuevo baño de sangre.

Ya tienen sus muertitos.

Es el caso de Xóchitl Gálvez, quien cierra su féretro lucrando con el Niño de doce años asesinado en Paraíso, Tabasco.

Las lágrimas de cocodrilo de la candidata son eso: lágrimas negras, más falsas que su origen indígena.

Cuando dentro de algunos años nos pregunten sobre las elecciones de 2024, ya sabremos qué responder.

Fueron las elecciones del odio, la ruindad y la maldad.

¡Qué democracia la nuestra!

 

Periodismo ficción. Como lo vengo haciendo desde hace veinticinco años, la siguiente semana publicaré mis escenarios de periodismo ficción.

En esos días, curiosamente —el 28 de mayo—, la columna que el hipócrita lector tiene ante sí cumplirá veintiocho años de publicarse diariamente en los más diversos medios.

¡Suena terrible!

¡Mejor bebamos!

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