La semana fluye con sus bajas y bajas.
Domingo:
La tristeza está nuevamente de visita en ese SER de Ella,
aunque la verdad es que se ha anidado desde siempre.
Así como se respira, así se está también triste. Sin causa,
sin promesa. Tristeza y nostalgia, mágica combinación,
tristeza del no tiempo, las no horas, la no vida, la escueta
sobrevivencia. La lucha por librar el día. Nostalgia de las
tierras tropicales, de las risas de los amigos, de la charlatanería. Los apegos como sombras. De alguna manera
en este autoexilio de Ella, ella confirma que siembra en el
mar. Eso y sólo eso.
Ella ve a K en la iglesia, a la salida él pasa y apenas la saluda. Saludo casual y ligero, con pronta prisa. Ella va con
los críos a un mercado de pulgas tradicional de la zona
que se instala una vez al mes al noreste de la ciudad. El
mercado está lleno, repleto de gente. Ahí comen palomitas, hot-dogs, nachos, toman limonada rosa y todo tipo
de chucherías. Se dirigen a un stand de Helado Italiano.
Ella pide uno de mandarina ampliamente recomendado
por los locales. Cuál no sería su sorpresa que cuando está
a punto de pagarlo aparece como bajado de los cielos K.
así como es él, sereno e inmutable. Él le compra a Ella
un bote con diez litros de helado de mandarina y se lo
obsequia.
–¿Te gusta? – pregunta K.
–Sí, me lo han recomendado mucho, acabo de probarlo
y está suculento –responde Ella.
–Llévate este bote a casa para que tengas con tus hijos.
Y así como si lo hubiera traído el agua K se va, se desvanece simplemente. Ella apenas y alcanza a darle las gracias. -¡Qué infamia! –piensa Ella –a este hombre le duele
la hermosura. ¡Carajo! Y ya se fue y tengo que cargar este
bote yo sola– musita.
Y es que en estas historias latentemente humanas la
congruencia no tiene cabida, es más, hay una renuncia
a ésta, la congruencia está por así decirlo mutilada del
diccionario de los mapas amorosos de Ella. Ella y su proclividad de vivir a la deriva, abandonada a los designios
de los Dioses, los Demonios y el destiempo. K es inasible
eso es un hecho, I-NA-SI-BLE.
En los alto-parlantes de la explanada se escucha a REM
que entona Imitation of Life:
Charades, pop skill
Water hyacinth, named by a poet
Imitation of life.
Like a koi in a frozen pond.
Like a goldfish in a bowl.
I don’t want to hear you cry.
Thats sugarcane that tasted good.
Thats cinnamon, thats Hollywood.
C’mon, c’mon no one can see you try.
You want the greatest thing
The greatest thing since bread came sliced.
You’ve got it all, you’ve got it sized.
Like a Friday fashion show teenager
Freezing in the corner
Trying to look like you don’t try.
Thats sugarcane that tasted good.
Thats cinnamon, thats Hollywood.
C’mon, c’mon no one can see you try.
No one can see you cry.
That sugar cane that tasted good.
That freezing rain, that’s what you could.
C’mon, c’mon on no one can see you cry.
This sugarcane
This lemonade
This hurricane, I’m not afraid.
C’mon, c’mon no one can see you cry.
This lightning storm
This tidal wave
This avalanche, I’m not afraid.
C’mon, c’mon no one can see me cry.
Fin del sorpresivo encuentro.
Lunes:
Ella recibe un correo electrónico de su amigo librero Jiménez Brito:
“Hola Ella, ví las fotos que enviaste de K., es un Hércules. Ámense si quieres por experiencia académica,
religiosa, musical etc., etc., etc. pero ámense ¡¡¡qué esperan!!!! La Imaginación pre-para lo que el amor físico
disuelve. Ya me estoy azotando. Hasta la próxima. Besos
y abrazos para los críos, J.J.B”
Lo que este entrañable amigo no entiende es que esta
experiencia debe ser, elementalmente común a dos personas al mismo tiempo, no basta con la imaginación de
Ella para que el hecho tome forma.
Martes:
El padre de los críos anuncia su próxima visita. Ella se
cunde de ansiedad ante la noticia. Quién lo viera con esa
lucidez desorbitada buscando a estas alturas su “propia
identidad”, cuánto esnobismo y cuánta pose. Ella recibe un
correo electrónico de su amiga Betty Blue:
–Ella querida recibí tus correos y no los he contestado
porque he estado enferma. Lujo que no podemos permitirnos algunas mujeres, pero el cuerpo embiste y traiciona cuando menos lo esperamos. Recibí la foto que enviaste de K ciertamente quita el aliento y hasta el soplo
de vida, amiga. Ojos azules gravitando en un horizonte
de promesas y ensueños contaminado con las realidades
funestas de la realidad. Te pregunto: ¿y de los placeres?
Seguramente nada, me refiero a los terrenales, a los carnales, no a los imaginarios a los que eres tan propensa.
No renuncies a tus proyectos de vida. No te atemorices
más por la pronta visita del padre de tus críos, ¿quién
pudiera hacerse de identidades extras para zafarse de
la que tiene cuando ésta ya no dé el ancho? déjale descansar en paz. Estoy convencida de que pronto bajará
la guardia. Está demasiado emboletado con su rollo sexual como para seguir peleando. Escribe, escribe a favor
de la memoria y contra del olvido Ella, es una forma de
exorcizar los demonios y hacer vivir el tiempo muerto de
las horas solitarias de aquel país tan lejano de tu sangre
tropical. Cuídate mucho y platícame qué pasa con K. Por
cierto, me encontré a tu ex en estos días en un restaurante, cuando lo oigo entiendo por qué te enamoraste de su
voz y de su inteligencia. La bronca fue que no le bastó
una identidad para vivir. A lo mejor todos andamos en
busca de otras identidades, sólo que no tenemos suerte
y no las hallamos. El es un suertudo en general. Todos (y
todas) lo apapachan, lo admiran, lo invitan. La vida y sus
disparidades. Te quiero y extraño, BB.
Fin de la epístola.
Viernes:
La nana Chave ha partido a México de vacaciones por dos
semanas. La casa se viste de libertad y de caos. No obstante su encanto y su sonrisa, Chave parece una institutriz
inglesa, implacable en el orden, los modales, la vigilancia.
Han llegado incluso a apodarla en su ausencia “la generala”, marchandito trae a todos en casa. Mónica y Ella van
a dejarla al aeropuerto y de regreso pasan a McDonalds
por un desayuno con huevo y muffin. Se lo comen con un
ansia y con un goce como quien peca, invariablemente a
escondidas. Libertades diminutas donde el día respira y
restaura toda su grandeza.
Sábado:
La velada en el CRÚ
Ella sale con sus amigas Mónica y Maureen, como para
romper la nostalgia y su ritmo creciente de la semana.
Como para asfixiar de una buena vez por todas tanta
mansedumbre de toda la semana. Como para enmascarar la demasiada tristeza y la sensación de los huesos
rotos y húmedos por la nada. La Diosa Soledad mucho
se despide pero sigue aposentada en el ser de Ella. Anidada, arraigada. INS-TA-LA-DA. Así que Ella se prepara para salir con sus dos amigas al centro de Frisco,
a la zona de “antros” y clubes nocturnos. Alguien les
recomendó el CRÚ, una terraza-bar de vinos con más
de 300 opciones distintas de ellos y 50 de primerísima
calidad. Ella y sus dos acompañantes se dirigen al sitio acordado y esperan casi 30 minutos a que una mesa
esté disponible. El frío es intenso. El mesero Adan Mills,
les proporciona por fin una mesa. La luz es sutil. Hora
obscura de la noche clara. Fría la noche fríos los cuerpos. El mesero, desbordado en amabilidad les solicita
a las tres damas alguna identificación. Ellas se sienten
honradas ante tal requerimiento y de inmediato sacan
de sus carteras la licencia de conducir. Esto de la edad
en las mujeres… tema harto espinoso y delicado, pero
las tres ríen a carcajada abierta por la “osada” petición.
Tres mujeres rotas, ajadas y tatuadas por la acritud de
la vida. Pero que no olvidan que la risa es ese algo a qué
asirse. El tiempo y sus huellas imborrables.
Adan se acerca, devuelve las identificaciones y entrega
los menús. Se retira. Asertivo con los tiempos se aproxima nuevamente y pregunta si están listas para ordenar.
Ella pide el Flight #11: The Latin Affair, que consiste en
tres copas con tres tipos de vinos. La primera de ellas un
Juan Gil, Monastrell cosecha del 2006, de Jumilla España. Según afirma un pequeño tríptico que acompaña las glamorosas copas, este vino presenta notas de regaliz,
cereza negra, tabaco y algunos minerales. Es de consistencia armoniosa, profunda y con firmeza en los taninos.
Medio cuerpo, bien integrado y a la moda. La segunda
copa se trata de un Bodegas Alma Negra, Bonarda-Malbec cosecha del 2006 de Mendoza, Argentina. Estilo tostado con notas de ciruelas obscuras e higos. Rico en consistencia, semidulce con un toque de cocoa, un vino para
concurrencia hedonista. La última copa consiste en un
Muga, Reserva Tempranillo cosecha del 2005, de Rioja
España. Las tres amigas coinciden en que esta copa no
tiene par. Buen balance, ligero en taninos. Excelso. Toman las tres con una parsimonia como si fuera éste un
elíxir en vías de extinción. Piden incluso una botella.
Ríen y celebran. Acompañan la bebida con una pizza de
varios tipos de quesos y unos filetes de atún envueltos en
ajonjolí marinados con vinagre balsámico. Orgásmico el
lugar, orgásmica la comida y la bebida.
De regreso a casa los críos están enojados al borde de
la ira porque la madre ha llegado tarde. Si es que la 1:00
de la mañana es tarde. Pero no perdonan no ser dueños
totalmente de todo el SER de Ella. Pequeños Edipos castradores y posesivos.
Ella trata en vano de calmarles el enojo. Finalmente no
ceden. Pero caen abatidos por el sueño. Ella sin embargo,
no duerme, dormita.
…el no pudor de las voces. Mi secreto es gritar muchas palabras al viento, esparcirlas, luego, invariablemente esperar
su retorno, el viento no las hurta, las devuelve en tornado,
en lluvia, en briza, en humedad, en rocío y nuevamente
mi ser se apropia de ellas. Es mi secreto, todos allá afuera
creen que las palabras se las lleva el viento. La hosca realidad irrumpe el relato imaginario, lo quiebra, lo hace añicos
y lo anula. Entonces ya no hay nada sólo polvo.