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jueves, noviembre 21, 2024

Cinco historias sobre el vino

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|Pablo Ponce

El mundo del vino tiene infinidades de historias para contar más de una vez. Cada bodega es un mundo y cada una tiene sus historias, anécdotas y relatos que se van pasando de generación en generación hasta que en un momento llega a nuestros oídos.

A continuación les dejo 10 historias breves sobre el vino que seguramente les servirá para contar en asados y juntados con amigos.

 

1 – El mago del vino

En la época en donde la enólogía comenzó a perfeccionarse y descubrir nuevas cualidades, tanto técnicas como analíticas, un francés fue apodado «el mago del vino» ya que afirmana que gracias a dones que le habían sido propiciados por Dios, él podía obtener vino blanco a partir de uvas tintas. En realidad no mintió en nada, ya que seguramente Dios fue quién le dio ese don para descubrir esa propiedad.

La realidad es que el vino tinto es exclusivo de las uvas tintas, pero el blanco puede elaborarse tanto con uvas blancas como tintas. La tinta o materia colorante se encuentra en la piel y las pepitas de la uva, por lo tanto, el vino blanco resulta de la fermentación del mosto sin estar en contacto con dichas partes sólidas de la uva.

 

2 – Las rosas en los viñedos

Allá por el 1475, el rey de España, Fernando V de Castilla cuya esposa era la reina Isabel I de Castilla, recibía constantes reclamos sobre unos viñedos que según la reina, no tenían gracia. Para complacerla, el rey decidió «adornarlo», plantando rosales al rededor del mismo. La reina maravillada por el cambio estético pidió que se plantaran rosales en todos los viñedos del reino.

La realidad que el motivo no es decorativo sino preventivo. Las vides son muy sensibles al ataque de un hongo que provoca una enfermedad llamada “oidio”, muy dañina y difícil de erradicar si no se detecta precozmente. Este hongo también ataca las flores delicadas, como las rosas, y sus síntomas (manchas en las hojas) son visibles antes en los rosales que en las vides. Por tanto, el motivo es que el rosal sirva de alarma para detectar a tiempo la enfermedad y tratarla en la viña antes de que sea demasiado tarde.

 

3 – Don Perignon, el monje ciego que vio el champagne

En 1661, Don Perignon (monje no vidente quien fue abad de la abía de Hautvillers), ordenó cavar una creta debajo del monasterio con el objetivo de guardar diferentes partidas de vino. Entre esas partidas se encontraba una cantidad de botellas de vino blanco que al parecer no habían terminado su fermentación. Después de un tiempo las botellas comenzaron a explotar debido a una segunda fermentación que se había producido de manera espontánea. Al revisar y probar, el monje que tenía por demás desarrollados los sentidos del gusto y el olfato, descubrió que se había logrado un producto diferente y con caracteríasticas que se podían potenciar para llegar a un nuevo estilo de vida.

A ciencia cierta no se sabe si esto es real. Y aunque la leyenda atribuye a Dom Pérignon el descubrimiento del llamado Método Champenoise, es posible que él haya mejorado una técnica que se venía aplicando anteriormente. Pero es indudable que su aporte para convertir al champagne en un vino de lujo, logró un antes y un después en la historia de la enología.

 

4 – El vino de hielo

Básicamente, la leyenda proviene de Rusia, en donde el monarca Alejandro III ordenó un vino que no estuviera hecho de uvas. Algo raro pero no escapa a la excentricidades típicas de un rey. Al parecer, lo único que hicieron fue enfriar una botella de vino tinto y le dijeron que fue hecho con hielo y restos diversos frutros rojos para darle el color. Y lo creyó.

La realidad que el ICE WINE existe y es un vino que procede de Alemania y se caracteriza porque la vendimia se realiza mientras las uvas están congeladas. Después, se prensan rápidamente antes de que se descongelen, así sólo se aprovecha el mosto sin agua, ya que los cristales de agua se quedan en la prensa. De esta forma se consigue un vino con un alto contenido de azúcar y acidez, con un sabor muy agradable.

 

5 – La posta del porqué el 17 de abril se celebra el día del Malbec

La cepa Malbec llegó en 1853 a la Argentina de la mano del francés Michel Aimé Pouget, un agrónomo contratado por Domingo Faustino Sarmiento para llevar adelante la dirección de la Quinta Agronómica de Mendoza.

El proyecto de creación de este espacio de formación de enólogos y viticultores se presentó ante la Legislatura Provincial, apoyado por el entonces gobernador de Mendoza Pedro Pascual Segura, un 17 de abril de 1853.

Por ello, es que se toma esta fecha para homenajear a esta cepa, consolidada como la tinta más cultivada en nuestro país, variedad emblemática de nuestro país (junto con el Torrontés) apreciada entre los consumidores argentinos y reconocida en el mundo. El Malbec es símbolo de la transformación y proyección de la vitivinicultura argentina.

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