| Iván Rivera
Dos incondicionales del exalcalde Eduardo Rivera Pérez, fueron los responsables de conducir la sesión del Comité Directivo Municipal del PAN la noche de este miércoles, a fin de imponer al Consejo Estatal del partido como el método de selección de la nueva dirigencia estatal.
Se trata de Rafael Guzmán, exdirector Jurídico de la Secretaría General del Ayuntamiento durante la administración de Rivera, así como Matías Rivero Marines, exsecretario de
Bienestar municipal, quienes organizaron la sesión partidista sin una convocatoria clara, en penumbras, a puerta cerrada, y sin escuchar las exigencias previas de militantes que pedían una renovación del Comité Directivo Estatal del PAN a través del voto a la militancia.
Desde alrededor de las 19:30 horas de ayer, las críticas por la discreta sesión no se hicieron esperar. En las oficinas partidistas, localizadas sobre la Avenida 11 Sur en San José Mayorazgo, se apersonó Jonathan Calderón, consejero estatal del PAN, quien evidenció el manejo parcial que se le dio al cónclave.
“Como podemos ver, tienen la puerta cerrada, tiene la luz apagada, dicen que se les fue la luz, pero si podrán ver en toda la calle y todas las casas tienen luz, es una sesión a oscuras, perdón por la palabra, pero como si fueran ladrones”, externó el militante.
Calderón manifestó que este tipo de prácticas son las que han alejado a la militancia del partido, lo que se refleja en las recientes derrotas electorales y denunció que la intención es únicamente mantener el coto de poder.
“Evidencian que lo único que van a hacer es robarle a la militancia el derecho a votar. Luego se preguntan por qué perdemos, por qué los militantes no apoyan, por qué no hay representantes electorales, por qué no alcanzamos la representatividad, por qué la militancia no apoya, este es el nivel de confianza que le damos a los ciudadanos”, agregó.
Jonathan Calderón apuntó que, según los estatutos del PAN, estas sesiones deberían ser públicas y abiertas a la observación de los afiliados. Sin embargo, la decisión se tomó a puerta cerrada, sin permitirles a militantes del partido ingresar para ver en qué condiciones se desarrolló la sesión.
Además, cuestionó la legitimidad del quórum, toda vez que, al finalizar la sesión, Matías Rivero Marines, encargado de dirigir la reunión y conocido por su cercanía con Eduardo Rivera, anunció que la decisión se había tomado con solo 16 consejeros presentes.
ASEGURAN QUE HUBO QUÓRUM
Al terminar el cónclave, Matías Rivero salió de las oficinas municipales para asegurar que hubo el quórum suficiente para desarrollar la votación, que concluyó con 16 consejeros municipales presentes de un total de 22, aunque no se dio la cifra de sufragios emitidos. Por otro lado, justificó que la falta de iluminación se debió a un corte en el suministro de energía eléctrica por parte de Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“El CDM siempre ha sesionado con los propios miembros, no son sesiones abiertas (a la militancia), para eso existen las asambleas”, justificó la cerrazón que se le dio en la reunión a otros militantes del PAN.
Matías Rivero Marines fue quien presidió la controvertida sesión distrital del PAN donde se decidió el método de elección para la nueva dirigencia estatal del partido. Antes, fungió como secretario de Bienestar del Ayuntamiento de Puebla, donde ganó notoriedad por su implicación en la polémica entrega de tinacos azules, repartidos en plena veda electoral para favorecer al entonces candidato a la gubernatura por el PRIAN.
Rivero Marines, además de ser un personaje influyente en el círculo de Eduardo Rivera, fue también coordinador de transición el exedil asumió la presidencia municipal en octubre de 2021.
DENUNCIAN IRREGULARIDADES
De acuerdo con fuentes cercanas a Hipócrita Lector, Rivero Marines fue señalado por algunos militantes de “seguir la línea” del grupo de Eduardo Rivera, favoreciendo un proceso que ha sido calificado como parcial y manipulador.
Se denunció que la sesión fue realizada sin cumplir con las normativas internas del partido, lo que ha llevado a miembros del PAN a considerar la posibilidad de impugnarla ante el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido.
Las acusaciones señalan que el proceso estuvo plagado de irregularidades, desde la falta de información clara para la militancia hasta la realización de la reunión en condiciones que no garantizaban la apertura que dictan los estatutos del PAN.
Estas irregularidades podrían llevar a una revisión exhaustiva de los documentos básicos de Acción Nacional, a fin de determinar si se violaron las normativas internas del partido durante la sesión extraordinaria.
Este movimiento había sido advertido por distintos militantes inconformes con el intento de control del partido por parte de Eduardo Rivera y Augusta Díaz, actual dirigente. Uno de ellos fue el diputado del PAN, Rafael Micalco Méndez, quien exhibió que la dirigencia estatal ejerció presión contra los comités municipales para que eligieran por Consejo Estatal a su próximo representante partidista.
Una de estas prácticas coercitivas fue que la dirigencia estatal que encabeza Augusta Díaz retuvo recursos desde abril a manera de presión a los comités municipales, situación que escaló a tal grado que otros militantes decidieron darle la espalda al CDE panista, incluidos Mónica Rodríguez Della Vecchia, Edmundo Tlatehui, Pablo Rodríguez Regordosa, y hasta el propio Mario Riestra Piña, uno de los principales aliados de Eduardo Rivera.