Hace no más de un año, el alcalde Eduardo Rivera Pérez prometió en campaña proveer de servicios públicos a la ciudad de Puebla y remendar el “daño” causado por su antecesora, Claudia Rivera Vivanco.
No obstante, en los hechos, en la inspectoría de San Miguel Espejo se puede decir todo lo contrario, pues sus habitantes sufren desde falta de luminarias, un puente vehicular que está a punto de colapsar, robos de vehículos, de ganado, asaltos al transporte público e incluso, el sitio es utilizado como tiradero de cadáveres.
Esta situación ha generado tal hartazgo en la localidad que, el presidente de la inspectoría, Adrián Flores Zepeda, denunció en un acto del alcalde Eduardo Rivera, la grave situación de abandono que han sufrido de la autoridad municipal, que se comprometió a “corregir el rumbo de Puebla”, pero que, a la fecha, sólo ha hecho caso omiso en más de una ocasión a sus peticiones ciudadanas.
Ayer, el alcalde acudió a la inspectoría junto a diputados federales para tomarse la foto tras presumir la consulta número 4 mil del programa “Médico en tu casa”, pero la realidad es que San Miguel Espejo es presa de la inseguridad.
Adrián Flores declaró que la comunidad se ha vuelto un “depósito de cadáveres”, pero el Ayuntamiento de Puebla no ha hecho nada al respecto para solucionar el conflicto. Incluso, personas ajenas a la localidad constantemente acuden a la inspectoría en búsqueda de sus familiares desaparecidos ante la fama que se ha creado respecto a la inseguridad.
“Nos han venido a tirar estos cuerpos a partir de las 12 de la madrugada, las 2, las 3 de la mañana; nadie se da cuenta, nadie los ve, entonces pues sí carecemos de la vigilancia, no tenemos patrullas, no tenemos nada, estamos abandonados”, manifestó.
El problema de la inseguridad, explicó, se debe en gran medida al robo de luminarias que no han sido repuestas pese a que en dos ocasiones enviaron escritos al Ayuntamiento de Puebla para solicitar que se provea de este servicio indispensable para la población.
Lo mismo ocurre con un puente vehicular que es utilizado como acceso a la inspectoría, el cual se encuentra a punto de colapsar, y pese a que han enviado dos solicitudes de apoyo, la Comuna solo ha mandado a fotógrafos sin dar ninguna respuesta a la queja.
Este puente, a decir del inspector, es sumamente frágil, a tal grado que con el paso de un vehículo de gran peso se podría venir abajo. Este problema, sostuvo, tiene aproximadamente tres años, pues tras una fuerte lluvia comenzó a reblandecerse.
Robos de vehículo, de ganado y asalto en el transporte público, son otros problemas que padecen los habitantes de San Miguel Espejo y no hay elementos de seguridad que vigilen la inspectoría, según acusó el presidente.
“No tenemos nada de policías ni patrullas, nada más vienen a dar su rondín, pero luego se van, incluso déjenme decirles que cuando hay un vandalismo mandamos a traer a la patrulla, pero igual no se quieren meter en problemas, nada más vienen, desde lejos prenden su torreta, los espantan y no pasa nada”, lamentó.