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sábado, septiembre 28, 2024

Relacionan a Manuel Bartlett en el homicidio del agente de la DEA, Kike Camarena

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Manuel Bartlett Díaz, exsecretario de Gobernación y actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), fue relacionado con el crimen organizado, según documentos desclasificados por el FBI.

Un informe recientemente divulgado sugiere que Bartlett estuvo bajo sospecha de colaborar con narcotraficantes vinculados al secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, en 1985.

Los datos, obtenidos a través de solicitudes de acceso a la información por parte del periodista británico Ioan Grillo, junto a Juan Alberto Cedillo e Ieva Jusionyte, indican que en 1986 el gobierno estadounidense sospechaba de Bartlett.

Un memorando enviado desde la embajada de Estados Unidos en Ciudad de México al director del FBI muestra que los agentes norteamericanos tenían “fuertes sospechas” de que el titular de CFE estaba involucrado en la protección de narcotraficantes.

Aunque el FBI señaló que no hay detalles específicos sobre Bartlett en el informe desclasificado, destaca que ciertos documentos relevantes podrían haber sido destruidos o transferidos a los Archivos Nacionales, limitando así la disponibilidad de información completa sobre el caso.

En una reciente entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola para W Radio, el especialista en crimen organizado Ioan Grillo reveló que, según el documento desclasificado, Bartlett habría estado presente durante la tortura del agente en Guadalajara, información que ha sido protegida debido a temores por la seguridad de las fuentes involucradas.

El especialista también señaló que la desclasificación del documento en este momento es “interesante”, al sugerir que podría responder a la presión de agentes de la DEA, quienes buscan justicia no sólo contra los narcotraficantes, sino también contra los posibles políticos involucrados en el crimen.

“Tenemos el documento, aunque vienen unas partes borradas, que ya lo tiene investigado como sospechoso de trabajar con los narcotraficantes, que al tiempo era Caro Quintero y mataron a Kike Camarena, no están poniendo pruebas, pero menciona que se sospecha. Están hablando de varias fuentes aquí en México y están señalando a gente de gobierno, también a Bartlett”, expuso.

A pesar de que el documento está en gran parte censurado, dijo, se mencionan entrevistas con “fuentes confidenciales” que sugieren la existencia de un entorno de corrupción que podría haber beneficiado a funcionarios de alto rango.

“Lo desclasificaron el 12 de agosto, es interesante que ellos eligieran esta información en este momento. Hay muchos agentes de la DEA que les gustaría encontrar a políticos involucrados con el asesinato de Kike Camarena, veo difícil que un Fiscal quiera tomar este tema del 85, pero hay agentes que tienen resentimiento”, agregó.

En el año 2021, Manuel Bartlett había negado cualquier relación con el caso Camarena, al declarar en entrevistas que nunca tuvo conocimiento de la presencia de agentes estadounidenses en el asunto.

“La publicación de la revista Proceso es un refrito de hace tres años, pero es falsa, no tienen ningún elemento y además lo sacan en temporada de elecciones para evitar que se hagan los cambios que el presidente quiere”, declaró en junio de 2021.

En mayo de ese año, la revista Proceso reveló fragmentos de un expediente oficial que vinculaba a Manuel Bartlett Díaz con reuniones con narcotraficantes antes y después del secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena.

Según la publicación, funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos coincidieron en que Bartlett podía ser arrestado en caso de decidir viajar al territorio estadounidense, donde sería interrogado sobre su presunta implicación.

Ante estas revelaciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció durante su conferencia matutina ese año, al asegurar que, hasta entonces, no tenía conocimiento del tema, al igual que la Fiscalía General de la República (FGR), además de que la difusión del caso, dijo, podría estar siendo utilizada con fines políticos para desprestigiar a su administración.

Los hechos que pusieron a Manuel Bartlett nuevamente en el foco datan del 9 de febrero de 1985, cuando Enrique Camarena, el agente encubierto de la DEA, fue secuestrado a plena luz del día en Guadalajara, Jalisco, una ciudad que entonces era la base del Cártel de Guadalajara, liderado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero.

Camarena había estado recopilando información crítica sobre las operaciones del cártel, lo que incluía la localización y destrucción de un enorme rancho en el estado de Chihuahua conocido como El Búfalo, donde se cultivaba marihuana a gran escala.

Enrique Camarena decidió investigar el negocio del narcotráfico en el norte de México desde el aire. Junto al piloto Alfredo Zavala, sobrevolaron en una avioneta y descubrieron, en medio del desierto, una vasta extensión verde con plantas sembradas de manera organizada.

Al descender, confirmaron que habían encontrado lo que buscaban: casi mil hectáreas de plantaciones de marihuana, valoradas en ese entonces en unos 8 mil millones de dólares en el mercado estadounidense.

En noviembre de 1984, 450 soldados irrumpieron en el rancho llamado “El Búfalo”, ubicado en el estado de Chihuahua, destruyendo esta gigantesca operación de cultivo.

Meses después, en febrero de 1985, cuando Camarena se disponía a almorzar con su esposa tras salir del consulado estadounidense en Guadalajara, fue interceptado por cinco hombres armados que lo subieron por la fuerza a un vehículo.

Lo llevaron a una casa donde fue torturado y asesinado. Posteriormente, su cuerpo y el de Alfredo Zavala fueron encontrados envueltos en bolsas dentro de una camioneta, semanas después de su desaparición, en el estado de Michoacán.

Aunque desde el principio se señaló a Rafael Caro Quintero como el principal responsable del crimen, algunos exagentes de la DEA apuntaron también hacia la CIA, una teoría que se expone en el documental The Last Narc de Amazon.

Durante la investigación del caso, salió a la luz una amplia red de protección al Cártel de Guadalajara, en la que estuvieron involucrados jefes de la policía, mandos militares y altos funcionarios del gobierno mexicano

Uno de los aspectos más sorprendentes fue descubrir que Caro Quintero y otros líderes del cártel poseían identificaciones oficiales de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la agencia de inteligencia mexicana encargada de combatir el narcotráfico en aquel tiempo.

 

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