El escándalo por la existencia de un boquete financiero de 680 millones de pesos en el Ayuntamiento de Puebla sería el resultado de meses de gastos superfluos, adquisiciones con vicios de sobrecosto, multimillonarios pagos en publicidad para promocionar la imagen de Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez Sánchez, así como el incremento de salarios de hasta el 12 por ciento para funcionarios de primer nivel.
Tan solo en el mes de agosto, por ejemplo, la gestión panista tenía un sobregiro presupuestal de 440 millones de pesos, sin que nadie supiera a ciencia cierta a dónde fueron a parar esos recursos.
Además, comparando los primeros ocho meses de 2023 con el mismo periodo de este año, la Comuna a cargo de Adán Domínguez ya había gastado 933 millones de pesos más de lo que su planeación presupuestal mensual le había dictado.
Durante meses, los regidores de la fracción Morena-PT en el cabildo de Puebla habían advertido sobre la catástrofe: 12 millones de pesos invertidos innecesariamente en café, azúcar y box lunch, gastos en servicios generales que aumentaron en 254 millones de pesos en comparación con 2023 y hasta la adquisición de un helicóptero por 4 millones de pesos cuyos resultados para disminuir la delincuencia fueron prácticamente nulos.
En materiales y suministros, el incremento desmedido fue de 140 millones de pesos en comparación con el año anterior, mientras que, en el primer semestre del año, en plena veda electoral, la Comuna gastó 26 millones de pesos en encuestas cuyo propósito no fue claro, pues no se dieron a conocer públicamente los resultados de estos.
La Comuna, además, tuvo que desembolsar casi medio millón de pesos, derivado de la reparación del daño contra una mujer que fue víctima de violación por parte de dos policías municipales y que ante la revictimización cometida por el Ayuntamiento, derivó en una recomendación de la Comisión de Derechos los Humanos (CDH).
Los salarios también se dispararon al inicio de año. Adán Domínguez, al asumir como alcalde sustituto, recibió un incremento salarial de 8.3 por ciento, usufructuando de forma neta un pago por 129 mil 971 pesos, mientras que el aumento para sus secretarios fue de hasta 12.99 por ciento, esto sin mencionar el bono de fin de trienio que hasta el momento carece de transparencia.
Lo anterior, derivó en un incremento sustancial en el capítulo 1000, correspondiente a sueldos y salarios, pues la nómina de agosto había crecido en 57 millones de pesos, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Se suma el gasto de 105 millones de pesos a medios de comunicación, con la intención de promover la imagen de Adán Domínguez de cara a sus aspiraciones por la dirigencia estatal del PAN.
FALTA DE TRANSPARENCIA
Uno de los aspectos más criticados fue la falta de transparencia en la gestión de 40 millones de pesos que, hasta agosto, no tenían un destino específico de gasto, pero de manera sorpresiva, estos fondos se agotaron sin que hubiera claridad sobre su uso.
Parte de este dinero, específicamente 10 millones de pesos, estaba destinado a un convenio con el Gobierno del estado para obras públicas. Sin embargo, este convenio no ha sido aprobado formalmente, lo que generó dudas sobre cómo se ejecutaron los recursos tan rápidamente.
Por otro lado, de último momento, el gobierno municipal decidió invertir 4 millones de pesos en capacitaciones a pesar de que la administración estaba a punto de concluir, pero uno de los gastos más irónicos fue el de 4.6 millones de pesos para la impresión de tazas y papelería con el logotipo de la administración, que pretendía inmortalizar la “Ciudad de 10” del alcalde.
La compra de materiales metálicos, como tuercas y tornillos, por un valor de un millón de pesos, así como la asignación de 16 millones 900 mil pesos para la tala y poda de árboles, son otros gastos que no han estado exentos de polémica.
LALO SE ENDEUDA
La adquisición de una deuda contratada en 2022 por Eduardo Rivera, también costó caro a las arcas municipales, pues, aunque ésta fue solicitada para hacer frente a temas de bacheo y pavimentación, estos trabajos no se llevaron a cabo con la inmediatez con la que fue requerida la deuda. Hasta abril, aún quedaban pendientes de pago por este crédito 63.7 millones de pesos, así como intereses por otros 11.1 millones de pesos.
Durante los meses de precampaña y campaña electoral, varios escándalos financieros salieron a la luz, incluyendo la adquisición de 317 tinacos, así como cemento y pintura por 2.3 millones de pesos a precios inflados, que fueron distribuidos en plena veda electoral.
Un caso similar ocurrió con la compra de despensas bajo un programa antes inexistente, que costó a las arcas 40 millones de pesos, mientras que el mismo monto se destinó a otro proyecto: la peatonalización del polígono donde está erguida la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), una obra en la que vecinos acusaron que sólo benefició a la institución, ligada directamente a El Yunque.
En contraste con estos gastos, el Ayuntamiento enfrenta una crisis en la contratación y pago de obra pública. Hasta septiembre, se estimaba que aún se debían 50 millones de pesos correspondientes a 45 obras en trámite, algunas de las cuales se remontan a 2023 y otras al presente año.
La cúspide de estas denuncias tuvo lugar este martes, cuando el alcalde suplente reconoció que deja deudas por 448 millones 241 mil 264 pesos y a decir de los regidores, sólo dejan 469 millones de pesos en bancos, los cuales están comprometidos, al haberse gastado 680 millones de pesos que no les correspondían, dejando a la Comuna con una fuerte crisis financiera.