El exdiputado local panista Eduardo Alcántara Montiel señaló que la intromisión de falsos perfiles como consejeros en el Partido Acción Nacional (PAN) está afectando la participación del partido en el interior del estado: “el PAN no ha aprendido de las lecciones del pasado”.
Por lo mientras, al interior del grupo político del exedil Eduardo Rivera Pérez comenzó a tomar fuerza la posibilidad de que el proceso interno se judicialice, tal y como advirtió el coordinador de los diputados locales del PAN en el Congreso local, Marcos Castro Martínez.
Este fenómeno de infiltración y manipulación no es nuevo, según Alcántara Montiel, es un patrón constante que ha erosionado las bases del partido. Destacó que muchos de los consejeros actuales no pertenecen a las comunidades que dicen representar, lo que
convierte al máximo órgano del PAN en una caricatura de la democracia interna que pregonan. “El partido se ha convertido en un club de Toby, donde solo un círculo cerrado toma las decisiones, mientras la verdadera militancia es ignorada”, añadió este miércoles.
El problema es particularmente grave en el contexto de los recientes movimientos orquestados por Eduardo Rivera Pérez, que han logrado colocar a 22 aliados en consejos municipales de representación indígena sin ningún vínculo auténtico con estas comunidades.
Esta jugada política desplazó a la militancia local, especialmente a los miembros indígenas y rurales, y evidencia un proceso de selección viciado que margina las voces que deberían estar al frente. Entre los nombres que sobresalen en esta maniobra están Enrique Guevara Montiel, Guadalupe Arrubarrena y Carolina Morales, figuras con vínculos estrechos a las administraciones municipales de Rivera.
Alcántara Montiel fue contundente en su diagnóstico: “si el PAN no aprende de sus errores y continúa con estas prácticas de simulación y control por parte de élites políticas, el partido seguirá siendo una estructura ficticia incapaz de ganar terreno real”. La llamada a la reflexión y al cambio no es un lujo, sino una necesidad urgente para un partido que alguna vez representó una alternativa sólida y hoy parece hundirse en sus propias contradicciones.
Marcos Castro, secretario general del PAN en Puebla, ha intentado minimizar la gravedad de estas y otras irregularidades, tachándolas de un mero “tema mediático”. Sin embargo, no pudo evitar admitir la posibilidad de impugnaciones al proceso de elección de la nueva dirigencia. “Si alguien tiene una denuncia, que la presente”, dijo.
Así, la inminente convocatoria para la renovación de la dirigencia del PAN en Puebla, prevista para finales de esta semana o inicios de la próxima, marca un punto crítico para el partido. Se espera que la renovación se lleve a cabo a mediados de diciembre.
Perfiles como el exdiputado federal Mario Riestra Piña; el exalcalde Edmundo Tlatehui
Percino; la exdiputada local Mónica Rodríguez Della Vecchia; y el exalcalde Felipe Velázquez Guitiérrez, esperan la oportunidad de contender, pero la sombra de las irregularidades amenaza con empañar aún más el proceso.
Marcos Castro, en un esfuerzo por mantener la calma, afirmó que “no hay división”, pero la realidad es que la cohesión de Acción Nacional pende de un hilo fino y frágil.