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martes, abril 23, 2024

Ignacio Juárez Galindo. Estrategia en bloque

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Ignacio Juárez Galindo

La discusión sobre el cobro del Derecho de Alumbrado Público reveló la nueva estrategia de los antibarbosistas para rescatar los espacios políticos que perdieron tras la debacle de la pasada elección.

Los opositores en Morena dejaron de ser los niños chillones de la política poblana y se convirtieron en los niños cantores de sus amos e intereses.

Un ejemplo: Iván Herrera Villagómez.

El diputado local es el empleado de Claudia Rivera Vivanco y fue uno de los regidores con mayor participación en ocultar la corrupción y latrocinio de esa gestión.

El sujeto está montado en la crítica al DAP porque eso ayuda a construir una narrativa que supone afectará al edil Eduardo Rivera Pérez y a los aliados del gobernador Miguel Barbosa Huerta en el Congreso del estado.

Otro caso es Edgar Garmendia de los Santos.

El exdirigente estatal de Morena fue uno de los primeros en ocupar sus participaciones en la tribuna legislativa para arremeter contra la iniciativa.

Lo lamentable es que cuando Claudia Rivera y su Cabildo decidieron cobrar el DAP no dijo nada en contra.

Regidores, diputados locales, legisladores federales, senadores y activos de Morena que jugaron las contras con el inquilino de Casa Aguayo decidieron aglutinarse para hacerse de un espacio en la discusión pública.

Su principal problema es que el pírrico intento solo ha provocado acelerar la lucha por la gubernatura y eso sólo generará un desgaste anticipado que a varios les cobrará una factura muy cara.

En esta discusión, además, causó sorpresa que David Méndez Márquez, el defenestrado secretario de Gobernación estatal decidiera subirse al ring.

Palabras más, palabras menos dijo que quienes realmente son los responsables de cobrar “un nuevo impuesto” (sic) son los integrantes del Congreso del estado.

A primera vista parecería que la postura del morenista se encuentra dentro de la línea de los antibarbosistas, pero hay más dudas que certezas, sobre todo por su amplia cercanía con el alcalde Eduardo Rivera Pérez.

Pegándole a los líderes del Congreso local desvía la atención y deja que el edil se escabulla para no salir perjudicado en su imagen.

La relación entre David Méndez y Eduardo Rivera data de cuando el segundo cursaba su primera gestión municipal y el primero era el regidor del PRD.

Ambos eran aliados y eso se tradujo en acuerdos que los beneficiaban.

Por lo mientras, la estrategia del bloque quedó al descubierto sin importar quiénes son los actores, pero eso también permite advertir que apuestan por el inmediatismo o, dicho de otra forma, están enfocados en el árbol e ignoran el bosque.

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