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martes, diciembre 3, 2024

La Tercera Voz 44

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La semana y la vida no podrían estar mejores.

Lunes:

Ella va con el Ingeniero a su empresa. Tras una larga conversación el gentil hombre le pregunta a Ella si ya tiene
definidos los honorarios por su trabajo. Ella responde de
inmediato y le dice la cantidad. El hombre abre el cajón
del escritorio, saca una pistola —hermosa por cierto—,
la coloca arriba del escritorio y acto seguido saca el fajo
de billetes contantes y sonantes y los pone en la mano de
Ella. Ella inquiere:
—Ingeniero, ¿tengo que firmarle algo?
—No Señorita. Yo soy un hombre de palabra, así me
criaron en mi pueblo, vengo de los Altos de Jalisco y a los
hombres de palabra con eso nos basta. El 1ero de cada
mes recibirá usted por adelantado sus honorarios. No se
diga más.
Ella sale de la oficina de la empresa brincando en ocho
patas. Literalmente.

Martes:

Ella va con sus amigas Caracolita, Giraffe y Betty Blue al
Museo Amparo a ver la Exposición “Cicatrices de la Fe”.
Interesante el recorrido. Betty Blue le obsequia a Ella el
libro: “Después de Todo” de la autora poblana Maribel
Vázquez Lorenzo; cuatro voces, el no silencio de las mujeres. La mirada femenina y la voz. La voz alta de cuatro
protagonistas mujeres.

Miércoles:

Ella va a comer al Patio de la China Poblana con el amigo
JB. Tras 20 años de no verlo él la contacta por Facebook.
Él vive desde hace 13 años en Las Islas de San Andrés y
Providencia y tiene una empresa de Consultorías en Bogotá, Buenos Aires y México DF. Conversan largas horas de
la infancia juntos, los duelos y la literatura. A pesar de su
profesión JB es un ávido lector. Las buenas conversaciones siempre son gratificantes. Toman vino y comen crepas
de cajeta con helado de postre.

Jueves:

Ella recibe un correo electrónico de K Mayúscula:
—Ella, cómo extraño tenerte en Texas.
Ella responde:
—Ven a verme, simplemente ven a verme. Yo también te
extraño. Te espero.
Fin de los correos electrónicos.

Viernes:

Ella va con los críos a la clase e de Yoga de las 5:30 de la
tarde. Allí se encuentra a Caracolita. Cuántas posturas. El
arte de la respiración. Al final de la clase el profesor sufre un
ataque epiléptico. Ella se impresiona. Se le va el habla. Controlado el ataque, no hay convulsiones, no hay espuma, no
hay ojos en blanco. Pero Ella está consternada y más el más
pequeño de los críos, el Sapodrilo. Caracolita dice:
—No se preocupen está teniendo un ataque, pero lo
sabe controlar.
El Sapodrilo responde en ese tono harto alto:
—Pero ¿quién? ¿Quién lo está atacando?, ¿quién lo ataca mami?
El profesor entra en sí. Retoma el final de la clase,
comenta:
—No se trata de ver para creer, con el Yoga aprendemos
a creer, luego entonces vemos. Y explica detalladamente
la posición de los Chakras y su función.
En la noche se reúnen a cenar en casa de Giraffe, Caracolita, el Doctor A los amigos Abraham y Álvaro y Ella. Giraffe ha cocinado unas cazuelas deliciosas y harto picantes. Abraham y Álvaro tienen un aura hermosa, de paz,
de armonía. Son dulces y delicados. Todos ríen. Todos
celebran. Algunos bailan. La reunión acaba a las 3:00 am.
Todos duermen.
Sábado y domingo:
(Nace una historia de amor en la Calzada de la Soledad)
Un domingo de siempre, ya tatuado desde este mismo
domingo, tatuado por siempre en los bancos de la epidermis de dos personajes nace una historia de amor. Se
vislumbra suave, tierna y con tintes de dulzura. Hay soledades que simplemente se encuentran. En el momento exacto. En el instante preciso. Entonces se coquetean,
se guiñan cómplices, lúdicas y danzan y se abrazan. Hay
cuerpos listos para amarse. Eso ha sucedido un día domingo 14 de febrero que, tal como diría el amigo Petrak,
“el cabrón de cupido ha salido a hacer de las suyas”. Y tras
toda una noche de mucho, mucho, mucho trago y excelente música en casa del Doctor A, Caracolita, Giraffe y
Ella han hecho un pacto de no volver jamás a dejarse seducir por los “Huarachitos venceremos” y por sus desórdenes narcisistas y por sus trampas discursivas… ese lenguaje esquizofrénico, delirantemente esquizofrénico…
Entonces bailan como trompos las tres. Feist entona I Feel:
I feel it all I feel it all
I feel it all I feel it all
The wings are wide the wings are wide
Wild card inside wild card inside
Oh I’ll be the one who’ll break my heart
I’ll be the one to hold the gun
I know more than I knew before
I know more than I knew before
I didn’t rest I didn’t stop
Did we fight or did we talk
Oh I’ll be the one who’ll break my heart
I’ll be the one to hold the gun
I love you more
I love you more
I don’t know what I knew before
But now I know I wanna win the war
No one likes to take a test
Sometimes you know more is less
Put your weight against the door
Kick drum on the basement floor
Stranded in a fog of words
Loved him like a winter bird
On my head the water pours
Gulf stream through the open door
Fly away
Fly away to what you want to make
I feel it all, I feel it all
I feel it all I feel it all
The wings are wide, the wings are wide
Wild card inside, wild card inside
Oh I’ll be the one to break my heart
I’ll be the one who’ll break my heart
I’ll be the one who’ll break my heart
I’ll end it thought you started it
The truth lies
The truth lied
And lies divide
Lies divide

El Doctor A simplemente las mira. Las observa. Toda la
casa baila. Toda la colonia Arboledas de San Ignacio baila.
Baila Puebla, el Sureste de la República, la nación entera
y todo el universo a cuestas en esas corporeidades eufóricas. Baila “La Cerrada de la Soledad”.
El Doctor A está contento, tan contento que casi gravita,
tan contento que casi celebra y hasta ríe. Increíble que detrás de ese rostro serio y aplomado se esconda tanta dulzura. Tanta y tanta. Y todos se cachondean y se entrepiernan
y descubren sus pies y sus roces y se fotografían. En una
noche casi eterna. En que Caracolita empieza a despojarse
de sus miedos y simplemente se abandona a la terneza. El
Doctor A le insiste a Ella en repetidas ocasiones:
—Bendito el Facebook, celebro el haberte rescatado a ti
y por ende haber conocido a tus amigas. Ella; me encanta
tu amiga Caracola Paseante. Me encanta. Estoy muy contento. No se puede amar sin antes haber perdonado.
Y entonces se asoma la primera declaración en palabra.
Y entre que una y otra foto, la hamaca, la luna, las estrellas, el farol de la calle, los ratones de la alberca, los tapetes persas, los de Diko, la escultura del beso del Brasil, los
tomates deshidratados a las finas hierbas, los bailes de las
“Shakis”, los síndromes premenstruales, una Giraffe con
sueño, Ella habitada del recuerdo y la nostalgia de K Mayúscula —que ya venga a verla porque Ella se deshidrata
paulatinamente—, los videos prometidos y no vistos, la
impronta risa y el impronto llanto de Caracolita, son las
5:30 am y reposan en la mesa ya vacías cinco botellas de
vino tinto. Como desmayadas. Los amigos entre uno que
otro brindis, roce, tacto, las manos que se encuentran, las
piernas que se acarician, Ella sube a una de las habitaciones. La cama. Enorme. Se puede navegar en ella. Giraffe
está en calidad de bulto en el cuarto contiguo. La casa
es amplia. Mucho. Doctor A y Caracolita podrán escoger cualquier rincón, nido, guarida, sofá, tapete para los
embates amorosos. Pero no. Suben a dormir. A la misma
cama donde Ella trata en vano de conciliar el sueño. Entonces duermen, ¿duermen? Ella despierta en punto de las 7:00 am. A su lado Caracolita dormita, una sonrisa
plácida le dibuja el rostro. Y El Doctor A, ahí al lado en
pose de “cucharita”, despojado de todo su academicismo,
simplemente feliz, relajado, simplemente contento. Ella
se levanta, baja a la cocina y prepara café. Imposible amanecer sin el aroma del café.
Giraffe despierta poco tiempo después. Se reúne con la
fauna en el cuarto. Giraffe y Ella bajan a la cocina a desayunar. Doctor A y Caracolita “dizque duermen”. Colocan música Giraffe y Ella, desayunan cerveza en ayunas como para
nivelar. Y entonces parten, como huyendo de la “Cerrada de
la Soledad”. Los otros, los de la historia de amor se quedan.
Ella recibe a su celular un texto de K Mayúscula:
—Ella feliz día de San Valentín, deseándote mucho
amor y felicidad.
Ella le lee el texto a Giraffe. Lenguaje transparente como
su mirada. Sin artificio, sin trampa. No hay opacidades en
su breve escritura. K Mayúscula no está tan lejos. Está incrustado en el corazón de Ella, en cada uno de los poros
de su piel, en toda su geografía corporal. Y entonces Ella
lo siente cerca. Lo sabe cerca. Tiene certeza de su presencia en su SER y con eso le basta para seguir respirando. Y
respira. solo respira. Inhala y Exhala. Y se siente un poco
eterna. Y también etérea.
En la noche Ella se reúne en los Portales de Cholula con
Caracolita y la amiga Casilda. Caracolita está hermosa.
Una sonrisa ilumina su rostro. Ella la abraza y le dice:
—No olvides que cuando es amor susurra. No grita. No
lo olvides. El amor susurra.
…No te has ido. Aquí estás. En cada poro. En cada vértebra.
No te has ido. Dice el poema de Sabines “Después de todo /
Después de todo —pero después de todo— / solo se trata
de acostarnos juntos, / se trata de la carne, de los cuerpos
desnudos, / lámpara de la muerte en el mundo… Soledad,
márcame con tu pie desnudo. / Aprieta mi corazón como las
uvas / y lléname la boca con su licor maduro”.
Después de todo aún te siento, te huelo, te respiro, te
vivo y también te espero

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