Lunes
La semana se intuye densa y etílica.
Aquel galeno pero en lenguas romances y literaturas que se ha distinguido por superar cualquier anécdota y romper cualquier barrera imaginable depreca que Ella lea “Enigma” y “Ninfeta” de Juan García Ponce. Le insta, le urge, le exora a hacerlo. “Para que encuentres aquí las pautas de cómo reconfigurar tu reprimida sexualidad y exacerbado puritanismo al estilo Nueva Inglaterra”, habría dicho en ese tono que tanto le ofusca y, peor aún, le dispara un humor de los mil demonios del que ya no puede contenerse. De ahí se deriva inexorablemente una retahíla de parrafadas con mutuas descalificaciones, improperios e insultos varios. Él se va de la villa, no sin antes espetarle: “escandaliza mi ser académico tu moralidad desbordada” y le deja tres mamotretos del ya mencionado García Ponce.
Ella abre el Tomo I titulado Cuentos y lee:
El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría. William Blake. Proverbio del Infierno. Las bodas del cielo y el infierno.
Así pasa el resto de la tarde, entregada a la lectura y dibujando en su imaginación a Ramón Rendón y a Santiago, quien sin saber quién era Nabokov, podía reconocer a una “Lolita”.
Martes
Se dice que crear nuevos hábitos es relativamente fácil sobre todo cuando se ayuda al proceso con mucha voluntad y esmero. Por ello, y dado que un Herradura reposado antiguo reposaba en el congelador, Ella siembra las semillas de lo que se propone será su nueva rutina: un tequila en ayunas, si acaso dos. Y otro para antes de comer. Perplejo ante las nuevas conductas de Ella, un cercano camarada sentencia: “No me queda la menor duda de que se trata de resabios necios del rouraísmo tardío”. Ella hace caso omiso de tan osado, aunque preciso análisis, y apura su segundo caballito.
Por la tarde, un regalo anónimo incluye 12 botellas de un innovador tequila de exportación, Fat Ass, que tiene entre otros propósitos, posicionarse en el gusto de las gargantas tequileras nacionales y extranjeras y, de paso, acabar con el monopolio de nombrar tequilas en español. ¡Qué mejor oportunidad para preparar un coctel con la receta incluida en la caja!:
En un caballito troyano escarchado con sal se agrega hielo frappé y el jugo de 3 limones. Luego se sirve una medida de tequila al gusto y se añade refresco o bebida de toronja gasificada. Lista la paloma. “Demasiado ojona para ser paloma”, dice para sus adentros Ella y recuerda al médico veterinario y zootecnista, recientemente también fitotecnista, a quien le escuchara esa frase por vez primera.
Miércoles, historia de un asalto
Al llegar Ella a su casa y dirigirse hacia la puerta de entrada le sorprende abruptamente que un hombre le abra la puerta, desde adentro, y le diga “Señora, no se preocupe, somos del SOAPAP”. Su intuición le alerta que se trata de un asalto. Por desgracia no se equivoca. Y en seguida ve que las dos nanas están maniatadas y amordazadas, al igual que uno de sus críos junto con el compañero de escuela que había sido invitado a comer ese día aciago. El asalto es llevado a cabo por cinco sujetos en el transcurso de una –eterna– hora. Ella jamás habrá de olvidar la expresión de pánico reflejada en el rostro del hijo cuando su madre era empujada y encañonada en medio de gritos soeces e insultos. Más tarde supo que el modus operandi de la banda consiste en tocar el timbre de las casas a mediodía y anunciar ser de este organismo público. Incauta, la gente tiende a abrir la puerta y permitir la entrada de los amigos de lo ajeno. Esto no es ficción dice Ella y refuerza su convicción al recordar que hace menos de tres días le habían platicado una historia similar ocurrida al interior de la Colonia Estrellas del Sur. Esto no es ficción, insiste Ella.
Dicen que en los centros de Puebla y Cholula hoy se puede estar más tranquilo porque existen ya instaladas varias cámaras que registran el paso y la privacidad anulada de los ciudadanos que por allí transitan. Big Brother no está por llegar, ya está aposentado. “Ojalá también esas cámaras capten los actos ilícitos y los abusos de esta inseguridad que nos abraza y nos abrasa”, dice Ella ya casi en estado de shock.
Este miércoles NO ES FICCIÓN.
Jueves
Las clases vespertinas, de 17:00 a 18:00 horas, del arte marcial coreano denominado Tae Kwon Do resultan ser una fascinación para sus críos. Y ve así pasar un escarabajo descapotado y un cierzo con gesto empozado de hastío. Ella medita: “hay hombres que sólo tienen palabra. Palabra sobre palabra. Nada más. Sólo eso. Palabras. Palabras como “aires suaves de pausados giros”. Como dice Bob Dylan when you´ve got nothing, you have nothing to lose.
Viernes
Por la tarde, Ella recibe una llamada de una querida amiga cuya tesitura se mantiene permanentemente en tono de soprano gravosa, aunque finaliza sus intervenciones en una octava más baja. El telefonema es trascendente pues en él se abordan temas como la significación que tienen los pies para sus dueños y para los demás. De este modo se llegan a escuchar mórbidas y meticulosas aseveraciones e interrogantes como la de qué tal los pies del Vizconde de Iztapalapa; o la de aquella mujer enamorada de sus pies pero que una infección de hongos impidió que éstos le correspondieran.
Tan efusiva amiga le comparte que había tenido un amante quien gustaba de quedarse con los calcetines puestos durante todo el acto. Lo sorprendente era, sin embargo, que la amiga desarrolló un extraño placer por tal conducta y, desde entonces, incluso la estimula.
Ciertamente también se sacuden otros asuntos no menos torales para el devenir anecdótico de su relación. Y Ella calcula oportuno narrar, previos detalles personales omitidos, la historia en la que su amante en turno, a quien veía furtivamente en Teotihuacán, le dijo: “Apúrate y ya vístete Dieguito, que nos vamos”. Dieguito era el nombre de su único hijo que estaba por venir a visitarlo desde los Cárpatos. Y si bien es la única persona con ascendencia purépecha transilvana que conoce, eso no basta para que ella tolere tal lapsus, por demás edípico. Ella sabe que es el fin de esta historia.
Mención aparte merece aquella amiga que por su espontaneidad en el instante mismo del éxtasis dijera a su amante:
-“¡No mames güey qué chambotas haces!”.
Acto seguido, esa relación que prometía llegar en breve al altar, se ve difuminada en el éter. Él decide abandonarla, no casarse y ostentar desde entonces el mote del Chambotas. Dentro del contexto hiperfresa en el que se desenvuelve, el apodo le incomoda harto.
Al final de la conversación ambas coinciden en que el fin del erotismo se asoma cuando el hombre se queda sólo en bóxers y calcetines obscuros.
Sábado
Ella recibe una llamada de un amigo periodista del D.F que le cuenta entra otras cosas una versión que circuló acerca de las cajas negras del vuelo en donde perdieran la vida, entre otras personas, Mouriño y Vasconcelos. Según esas grabaciones, se escucha, además de las voces del piloto y el copiloto, una Tercera Voz que dice: “Hazte para allá, a partir de ahora yo voy a manejar”. ¿De quién es esa tercera voz? Piensa Ella y entiende que su pregunta la comparte una nación.
Domingo
Desde Guadalajara, Ella acusa recibo de un bello obsequio de su amiga Myriam. Se trata de un grabado en madera con una imagen llena de esperanza y serenidad; lleva por título Fluir en el azul. Y Ella, agotada, sumerge su mirada en el azul que pronto la habita. Ella logra por fin dormir. Y duerme diez horas. A la par, Joaquín Sabina entona: “Y la vida siguió como siguen las cosas que no tiene mucho sentido…”. Ella duerme, duerme y duerme.
…¿Poca fe? ¿Resistir? E. M. Cioran: “esperar es desmentir el futuro”. Se muere más de una vez.