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martes, octubre 15, 2024

La preocupación no anda en burro

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Muy preocupados deben estar los integrantes de la Banda de los Conejos, encabezada por Fernando Manzanilla Prieto, luego de que se diera a conocer que Pedro Gómez, uno de los entenados del exsecretario de Gobernación estatal y quien fuera echado del Sistema Estatal de Telecomunicaciones, es uno de los que deben explicar la existencia de un mensaje difundido en redes sociales en los que se hizo apología del delito, luego de intentar sembrar terror en la ciudadanía con la difusión de presuntos ataques del Cartel Jalisco Nueva Generación. A esto se suma que la correlación de fuerzas llevó a Roberto Zatarain, el gurú región 4 de Claudia Rivera Vivanco y sobrino consentido de José Antonio Gali Fayad, alias Tony Gali, a cerrar filas con el líder de la banda. El episodio que vive este grupo de odiadores de tiempo completo del gobernador Miguel Barbosa Huerta bien podría llamarse: Sé lo que hicieron o Todas las huellas conducen a ustedes. Por lo mientras, la Fiscalía General del Estado tiene muy avanzada la investigación por la apología del delito y más de uno se llevará una sorpresa.

 

LA VAQUITA PARA EL ASPIRANTE

Todo ocurrió justo en la misma semana que comenzaron los destapes de funcionarios y políticos para la gubernatura, una vez que el gobernador Miguel Barbosa Huerta, diera el banderazo de salida. Uno de esos aspirantes dejó que la emoción le embargara y creyó que estaba a un paso de conseguir la tan ansiada candidatura. En su lógica nadie más cubría su perfil. Como cualquier político novato, nuestro personaje convocó a una reunión urgente a su equipo más cercano. La instrucción fue clara: la campaña estaba en marcha, él era el proyecto y lo primero que necesitaban era obtener una generosa bolsa de recursos para financiar lo que fuera necesario con tal de obtener lo que se buscaba. Al escuchar la indicación más de uno levantó la ceja e inquirió al aspirante sobre cuál sería la forma más viable. La respuesta no dilató: cobrar por todo cambio de adscripción. Aquello que quisieran regresar a despachar en un tribunal de la capital se les cobraría la tarifa más alta. Aquellos que quisieran un cambio en el interior del estado, pero escogían el lugar, deberían pagar la segunda tarifa más alta. Y aquellos que simplemente querían moverse a otro lado, entonces, tendrían que pagar una cantidad menor. El acuerdo del grupo compacto del aspirante comenzó de inmediato. Cambios y más cambios fueron concretados. La sociedad se enteró de esos movimientos gracias a los comunicados de prensa que el magistrado ordenó difundir como parte de la obligación de informar movimientos de esa naturaleza. Los montos que se habrían recaudado no son claros, pero haga usted un ejercicio mental: ¿De a cuánto le gustaría que cobraran un cambio y el costo que representaría según el lugar de la plaza?

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