Cuando fue regidor en el gobierno de Claudia Rivera Vivanco, el panista Enrique Guevara Montiel no se cansó de denunciar el fracaso de la gestión de la morenista e incluso se aventó varias veces la puntada de asegurar que una vez que Acción Nacional recuperara el Ayuntamiento de Puebla, darían cátedra de lo que significa gobernar correctamente. A unos meses de que concluya la gestión panista, el saldo no solo es negativo sino auténticamente vergonzoso. Cuando pensamos que no podía haber un peor gobierno que el de la ahora diputada federal de Morena, llegó Eduardo Rivera Pérez para demostrarnos que se puede ser más cínico, más corrupto, más indolente y perjudicar a la ciudad mucho más. Uno de los prominentes integrantes del círculo cercano del exedil fue justamente Guevara Montiel, a quien le debemos, junto con el mafioso Jorge Cruz Lepe, secretario de Gobernación municipal, haber convertido a la capital en una gran cantina. No se trata de una incompetencia, vamos, ambos panistas saben muy bien de qué va la chamba que les asignaron, pero sospechosamente los resultados son miserables. Y decimos sospechosamente porque, como dijera el dicho, cuando algo no suena lógico, suena a metálico. Después de demostrar que no pudo hacer nada bueno en la gestión municipal, ahora Enrique Guevara se convirtió en un mapache azul. Al menos eso es lo que se desprende de la invitación que hizo circular entre los consejeros estatales del PAN para que este próximo sábado 6 de julio asistan a un encuentro con el edil suplente, Adán Domínguez Sánchez, en el hotel Quinta Real, Salón Concepción, en el segundo piso. Entre otros objetivos, explica en la invitación, se encuentra “compartir contigo los principales logros de esta administración municipal”. La invitación fue enviada por Guevara Montiel a título de “Secretario Particular del Presidente Municipal de Puebla”. Se trata de un asunto de vil mapacheo azul porque justamente el nuevo dirigente estatal del PAN será electo por los integrantes del Consejo Estatal y el velador más caro de la ciudad, es decir, Adán Domínguez, es el gallo que pretende imponer el responsable de la debacle electoral del 2 de junio, Eduardo Rivera. Como podrá leer, se trata de un asunto netamente partidista en el que se usa de nueva cuenta el aparato del Ayuntamiento de Puebla para un beneficio personal de la camarilla de secuaces del exedil. ¿Para qué mandar a llamar a los consejeros panistas para explicarles sobre los logros del Ayuntamiento justo cuando está por iniciar el proceso interno? Peor aún: Qué logros van presumir, si el municipal es un gobierno fallido. En realidad, Adán Domínguez ya se enteró que el dedazo que dio Eduardo Rivera a su favor no dejó a nadie contento entre la cúpula del PAN, de ahí que, si bien no podrán hacer nada para impedir que llegue a la dirigencia estatal, los inconformes están dispuestos a quemar políticamente al edil suplente y hacer un particular énfasis en su legitimidad. Tampoco es que les vaya a costar mucho trabajo. Domínguez es el tipo más deslegitimado que existe, al grado de que sus compañeros ya le dicen El velador porque justamente ese es su papel, ya que él se puede sentar en la silla de la presidencia municipal, pero quien realmente está en otra parte. Por cierto, nos dicen que esta jugada de utilizar el aparato del Ayuntamiento para la reunión es porque el velador quiere demostrarle a su jefecito Lalito Mapachito Azul que tiene a su propio grupo de consejeros estatales que respaldan su proyecto. Sí, puede reírse a placer de esa locura.
viernes, noviembre 22, 2024
