Ahora que se confirmó el hoyo financiero de 600 millones de pesos que dejó la gestión panista en el Ayuntamiento de Puebla, la situación se torna bastante peliaguda tanto para el par de bribones Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez Sánchez como para el resto de los integrantes de ese grupo.
Lo peor de todo es que parece que surgió una nueva competencia entre los yunquistas burocráticos para demostrar quién fue el que más excesos o corruptelas cometió.
Allí está Enrique Guevara Montiel, quien ha sido señalado de encabezar un cártel dedicado a extorsionar a bares, antros y table dances, el cual operaba desde la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial.
Y aunque el señor, conocido como El Huevo Guevara, ya fijó su defensa al afirmar que no existe ninguna denuncia en su contra, en realidad nos dicen que está sumamente preocupado porque lo podrían tomar como el chivo expiatorio que pague por todas
las fechorías cometidas por los azules en el Ayuntamiento de Puebla.
A estos tundeteclas llegó la versión de que la entrevista a modo que le hicieron al señor Huevo para lavarle la cara se trataría de un ardid por parte del grupo riverista para desviar la atención de la contienda interna del PAN poblano, en donde los yunquistas llevan como favorito para hacerse del Comité Directivo Electoral a Felipe Velázquez Gutiérrez, exsecretario de Gestión y Desarrollo Urbano municipal.
El oriundo de Atlixco se convirtió en la más fuerte opción de Eduardo Rivera luego de que el impresentable de Adán Domínguez viera a sus aspiraciones partidistas irse por el WC tras el escándalo por el boquete financiero que dejó a la nueva administración municipal y que, en su infinita estupidez, el edil suplente bautizó como una “descortesía”.
La intención de desviar la atención, nos explican, es que la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano es considerada como la mina de oro de la corrupción.
Allí, por ejemplo, se encuentran la Subdirección del Suelo y Departamento de Gestión Urbana; la Subdirección de Administración Urbana, Gestión de Vivienda, de Asentamientos Humanos, y el de Gestión Vial; la Dirección de Verificación de Normatividad e Imagen Urbana, la Dirección de Prevención y Regulación para gestión de riesgos y medidas de seguridad (que antes pertenecía a Protección Civil); la Coordinación de Supervisión en materia de inspección, verificación y vigilancia para el cumplimiento de la normatividad en materia de obras, ambiental, imagen y medidas de protección civil.
¿Se imagina usted la cantidad incalculable de moches que genera el otorgamiento de todos estos permisos de funcionamiento, uso de suelo, licencias y supervisiones?
La pregunta no es menor luego de que los integrantes de las diferentes cámaras empresariales denunciaron durante los tres años del gobierno panista haber sido víctimas de extorsiones.
Ahora que la nueva administración municipal está muy interesada en conocer de primera mano las corruptelas que dejaron los panistas, bien vale la pena que volteen la mirada hacia las andanzas de Felipe Velázquez.
Esta investigación es fundamental porque el exfuncionario municipal que ahora sueña con llegar a la dirigencia estatal del PAN tiene una larga cola que le pisen.
Para muestra un botón: Cuando fue presidente municipal de Atlixco, en el periodo 2002-2005, su administración fue señalada por promover la especulación inmobiliaria de la que habría obtenido un jugoso beneficio.
El responsable de revelar esa información fue el
periodista Fermín Alejandro García, en su columna
Cuitlatlán, que se publica en La Jornada de Oriente.
Permítanos reproducir un extracto de esa entrega:
“En 2022 otra vez el PAN ganó la alcaldía por medio de Felipe Velázquez Gutiérrez que, entre otras cosas, se destacaba porque él y su entonces esposa Alba María Rangel Martínez, habían fundado el Colegio de Arquitectos de Atlixco y por ende, la principal propuesta con que el albiazul llegó a su tercer periodo de gobierno era poner orden el anárquico crecimiento urbano de ese municipio.
“La administración de Felipe Velázquez anunció
recién iniciado el trienio que había contratado a
una prestigiosa empresa –mediante un millonario
pago— para elaborar el Primer de Ordenamiento
Urbano de Atlixco. Un documento que tardaron
mucho en su confección y que todo mundo aplaudía ese esfuerzo.
“Finalmente se hizo público dicho ordenamiento que, por primera vez, establecía los polígonos destinados a áreas comerciales, habitacionales, de
infraestructura, entre otros rubros. Y en cuestión
de días, la presentación del documento detonó un
escándalo de corrupción y tráfico de influencias.
“Curiosamente en el plazo en que se elaboró el
ordenamiento urbano, se constituyeron una serie de
inmobiliarias. Una de ellas se llamaba Pisa, que nada
tiene ahora que ver con la firma del mismo nombre.
“Resulta que una parte importante de los predios destinados a áreas comerciales y habitacionales, previo a que se presentara el documento en cuestión, fueron comprados por Pisa a precios muy bajos y poco antes de que se hiciera público el ordenamiento, ya se habían vendido los terrenos a precios muy altos, a importantes desarrolladores
inmobiliarios.
“Eso acá y en China se llama especulación inmobiliaria y tráfico de influencias, porque Pisa tuvo información privilegiada antes de que se conociera públicamente el ordenamiento urbano.
“Y se dice que quien estaba atrás de Pisa era Alba María Rangel Martínez, la entonces esposa del alcalde Felipe Velázquez”.
Hasta aquí la larga y necesaria cita.
Los datos ahí están. Las denuncias también fueron públicas y ahora que nadie duda que los panistas dejaron un cochinero en el Ayuntamiento, solo falta actuar en consecuencia.