Seguramente Eduardo Rivera Pérez ni su equipo de redes sociales dimensionaron el mensaje que enviaron al publicar un tuit con la frase “¡Este es el rumbo de Puebla! #LaloGobernador”, acompañada por una imagen en la que aparece el candidato del PRIAN en primer plano, subido en un templete, y detrás cientos de personas que se congregaron a un costado del portal Hidalgo después del debate entre los aspirantes a la gubernatura.
Lo interesante es que en el ángulo inferior izquierdo también aparece -en la tercera fila, detrás de guaruras con playeras de campaña y otra hilera de guaruras vestidos de civil- el presidente municipal suplente, Adán Domínguez Sánchez, como uno más de los acarreados por el exalcalde capitalino.
Su atuendo, una camisa sport gris de cuello redondo, el brazo derecho levantado y una mueca que no termina en definirse como una sonrisa, le dio un mayor toque de empequeñecimiento a su estatura política.
“¡Este es el rumbo de Puebla!” reza el tuit y no pudo ser mejor descripción de todo el “ideario” político de Eduardo Rivera, un aspirante que fue obligado a ser candidato, protegido por dos barreras de guaruras, seguido por el alcalde suplente que debería estar más ocupado en atender el caos en el que tiene sumida a la ciudad, en lugar de actuar como matraquero del abanderado del PRIAN.
Esta aparición, de hecho, solo confirma el desaseo que existe en el Ayuntamiento de Puebla, un nivel de gobierno que han convertido en la meretriz a la que explotan con tal de condicionar apoyos a favor del candidato. Un edil suplente, en tercera fila, en su calidad de acarreado solo evidencia su condición de velador y empleado.
Y muy mal empleado, por cierto, porque hasta ahorita ya demostró que el cargo le queda muy grande, que es incapaz de operar en sigilo cualquier desvío de recursos a favor del PRIAN y que no puede siquiera garantizar la seguridad en el fraccionamiento donde vive su patrón y candidato de la oposición.
(¿O qué, acaso la seguridad del candidato, su vivienda y su entorno, no es responsabilidad en primera instancia del Ayuntamiento de Puebla por ubicarse dentro de su jurisdicción? ¿Acaso no el montaje del falso atentado contra Eduardo Rivera develó que el fraccionamiento donde vive el panista tiene vicios de seguridad preocupantes, lo que también significa que ni el exalcalde y el actual edil son capaces de garantizar un espacio seguro para el hombre más importante de la oposición en Puebla en este momento?)
Regresando al tuit de Eduardo Rivera: Empequeñecer la investidura del presidente municipal ha sido una constante en esta gestión panista. Ahora es totalmente visible, pero anteriormente el exedil prefirió hacer a un lado su estatura política y mutar en un mapache-operador de la elección del nuevo Comité Ejecutivo Estatal del PAN.
Esto, de por sí, comprueba que Rivera Pérez está solo y carece de operadores eficaces -él mismo es reacio a rodearse de gente inteligente y brillante- y por eso no causa sorpresa que Adán Domínguez no tenga empacho en aparecer como un matraquero del candidato, si su jefe es capaz de rebajarse a operar ¡una elección interna de un partido!
¿Y así aseguran que le darán un mejor rumbo a Puebla?