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jueves, abril 18, 2024

Entre la Traición o la Locura: el Dilema del Senador Armenta

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Alejandro Armenta Mier está metido en el laberinto del Minotauro, desde donde sólo se ven líneas trazadas por un dios enfermo.

Está perdido ahí: sin el hilo de Ariadna y sin una probable salida.

Necesita un Aleph (un punto desde el cual se puede ver todo el universo simultáneamente), pero el sótano en el que se encontraba éste ha sido demolido.

Disculpe el hipócrita lector este arrebato lírico, pero éstas son las únicas claves que encuentro para explicar el conflicto en el que se halla el presidente de la Mesa Directiva del Senado.

En lenguaje llano, la suerte del senador Armenta va atada a la del senador Ricardo Monreal, quien todos los días traza su salida de Morena, y, en particular, del lopezobradorismo, al que le ha sido fiel cuando menos desde 2006.

Si traducimos a Gibrán Ramírez, clon intelectual de Monreal, las diferencias entre su proyecto y el del presidente son francamente abismales.

Para Monreal —siempre al decir de Gibrán—, la política de seguridad pública del presidente está en la ruta de la de Felipe Calderón.

Es decir: es un fracaso.

Su autoritarismo es un riesgo para el país, por lo que hay que evitar a toda costa que se apruebe la Reforma Electoral enviada desde Palacio Nacional.

Gribrán (Monreal) compara a López Obrador con Carlos Salinas de Gortari, y se ha atrevido a decir que éste es un gobierno fallido.

Como en una pasarela, Gibrán Ramírez lleva la voz de Monreal a los espacios que han sido descalificados por el presidente en La Mañanera: el noticiero radiofónico de Loret de Mola y el canal de YouTube de Carlos Alazraki.

Ahí ha dicho cosas en contra del presidente que han alegrado los oídos de esos personajes, quienes todos los días tienen como tema principal de sus espacios la vulneración del huésped de Palacio Nacional.

En un reciente artículo publicado en Milenio, Gibrán (Monreal) acusó al presidente de estar dedicado casi exclusivamente a su programa de televisión y de inaugurar obras pequeñas o inacabadas.

La crítica es constante, y, todo indica, son resortes jalados por el senador.

Ambos podrán negarlo, pero en la política mexicana “lo que parece, es”.

La embestida de Layda Sansores, gobernadora de Campeche, es parte de este juego de espejos.

¿Quién le manda los mensajes a Monreal?

Todo parece provenir del centro del poder.

Y en medio de esta guerra sin cuartel está el personaje con el que inició esta columna: el senador Armenta.

Las dudas matan.

¿De qué lado se pondrá?

¿Romperá con quien ha sido su maestro y tutor o lo seguirá en la aventura?

La ruta de la ruptura con el presidente López Obrador no parece estar en la agenda de quien, además, busca ser gobernador de Puebla.

Si el senador Armenta rompe con el senador Monreal, malo.

Si se sube con él a la Nave de los Locos, malo.

¿Qué será peor: pasar como un traidor en esta trama o pasar como un loco que sigue ciegamente a su Charles Manson?

Es todo un tema que tendrá respuesta más pronto de lo que nos imaginamos.

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