Una tradición ancestral fue revivida por los indígenas Nahuas, Popolocas, Mazatecos, Chinantecos, Ichcatecos, Cuicatecos y Mixtecos del Valle de Tehuacán durante el Festival de la Matanza que encabezaron el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y su esposa Gaby Bonilla Parada, con lo que dio inicio la temporada del Mole de Caderas 2024.
La Hacienda la Carlota, ubicada en la carretera federal a Ajalpan, en San Diego Chalma de este municipio, fue el escenario para que las diferentes delegaciones culturales musicales de grupos étnicos de la región presentaran sus mejores atuendos y bailes.
El inicio de la temporada de uno de los platillos icónicos de Puebla reunió —sin distingo— a funcionarios estatales y municipales, magistrados y diputados locales de diferentes partidos, líderes y representantes empresariales, rectores de universidades privadas y la rectora de la BUAP, Lilia Cedillo, así como medios de comunicación.
La temporada del Mole de Caderas cuenta con una especial relevancia ya que el año pasado, el 18 de octubre, este platillo fue declarado Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Puebla mediante un decreto que emitió el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
Los valores que representa este platillo se materializan a través de su elaboración, con el espinazo y el juego de caderas del chivo cebado, además de los ingredientes utilizados para el mole.
Los chiles: costeño, guajillo, serrano y cuicateco; jitomate, miltomate, ajo, cebolla, cilantro, huajes, hojas de aguacate, sal de Zapotitlán Salinas y ejotes de la sierra, son los diferentes ingredientes con los que se prepara el caldillo que acompaña la carne.
Alrededor del mediodía, con la participación de las diferentes delegaciones culturales inició el Festival de la Matanza que durante cuatro siglos se ha mantenido vigente en este Valle de Tehuacán.
Tras el paso de los danzantes, en su mayoría indígenas de algunas de las regiones del Valle de Tehuacán y Sierra Negra, correspondió al mandatario realizar una tradición que es parte de la Danza de la Matanza, con la cual se cerró el festival.
Sergio Salomón Céspedes fue el primero en pasar al escenario para realizar una danza tomando de patas delanteras a un chivo, el cual, según la tradición sería sacrificado para el mole de caderas. Posteriormente, bailó con algunas de las mujeres danzantes de Tehuacán.
Concluida la danza, aprovechó para agradecer a los pobladores de este Valle por permitirle ser parte de esta ancestral tradición, con la cual dio inicio la temporada de mole de caderas, una de las más importantes para el estado en materia turística.
“La cocina, la cultura y el trabajo se unen para dar vida a una tradición que sin duda alguna es uno de los iconos de la identidad poblana”, enfatizó el mandatario estatal.
Céspedes Peregrina indicó que este es el último año en que encabece dicho festejo, por lo que agradeció el acompañamiento de pobladores y deseó éxito al gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, así como al edil electo de Tehuacán, Alejandro Barroso Chávez, para el festival del próximo año.
UNA TRADICIÓN COMPLETA
En su intervención, la secretaria de Turismo estatal, Martha Ornelas Guerrero mencionó que el Mole de Caderas, originario de las tierras mixtecas poblanas, es mucho más que una simple tendencia culinaria, ya que promueve los productos locales, así como la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente.
Refirió que la temporada tiene más de 200 años e inicia con la llegada del otoño, mediante la realización del Festival Étnico y el sacrificio de 100 mil cabezas de ganado caprino en las diferentes haciendas.
Expuso que el mole de caderas, aparte de ser un platillo complejo por su elaboración, es un símbolo de unión entre diferentes tiempos y culturas. Añadió que se ha convertido en un atractivo turístico más, lo que da muestra de las acciones del actual gobierno estatal de promover nuevas experiencias para que más personas se involucren en actividades que rescatan la identidad poblana.
Céspedes Peregrina confió en que esta tradición trascienda por generaciones por ser uno de los elementos culturales más importantes de Puebla, además de que la venta de este importante guiso permite a los productores y a las familias de la región que se dedican a su elaboración, llevar ingresos a sus hogares y mantener esta tradición.
“Para mí es fundamental pedirles que trabajemos en unidad, en nuestra identidad, tenemos que rescatar el orgullo de ser poblanos, de ser orgullosamente mexicanos. Estemos orgullosos de nuestras tradiciones y raíces”, expuso.
