Pese al desastre financiero y sospechas de corrupción, la administración municipal panista sí otorgó un bono de fin de trienio a personal de primer nivel, es decir, al gabinete, directivos y coordinadores.
Así lo confirmó el tesorero municipal, Omar Coyopol Solís, quien omitió mencionar el monto exacto destinado para la entrega de estos recursos, pero reconoció que la Secretaría de Administración operó esta entrega cuya autorización presupuestal corrió a cargo de la dependencia a su cargo.
“No tengo el monto exacto ahorita (de los bonos), el presupuesto del capítulo 1000 lo maneja la Secretaría de Administración y a la Tesorería le toca ejecutar el pago y hace las dispersiones correspondientes. No tengo con exactitud las fechas, seguramente sí hubo bono, pero no te puedo decir las fechas porque las quincenas continúan”, apuntó.
En medio de la controversia por los bonos otorgados, el regidor Leobardo Rodríguez apuntó que estos incentivos fueron discrecionales y se basaron en la disponibilidad presupuestal y en los lineamientos previamente aprobados al inicio del año.
Rodríguez explicó que no existió una autorización adicional para estos pagos en Cabildo, ya que estaban contemplados dentro de las normativas establecidas por la Secretaría de Administración en coordinación con el presidente municipal.
Además, señaló que los bonos no se otorgaron de manera generalizada. Los montos variaron según el nivel de responsabilidad de cada funcionario, desde jefes de departamento hasta directores y secretarios y no todos los trabajadores del gobierno municipal recibieron un incentivo.
“Son discrecionales, no hay una obligación de informarlas porque están aprobadas en los lineamientos desde principio de año, lo que supimos es que se había decidido que fueran para diferentes niveles, para algunos jefes de departamento una o dos quincenas, directores igual, no hubo algo general”, apuntó.
Rodríguez manifestó que estos pagos estuvieron sujetos a dos componentes: la productividad del funcionario y la existencia de recursos disponibles en las arcas municipales.
A su vez, mencionó que estos incentivos guardan similitud con los otorgados a los trabajadores sindicalizados, quienes reciben un pago de fin de administración equivalente a tres meses de salario, pero que les fue adelantada esta remuneración desde el mes de febrero. Sin embargo, aclaró que los bonos entregados a los altos funcionarios no fueron uniformes y que la cantidad varió en función de la disponibilidad de recursos.
La naturaleza discrecional de estos incentivos se dio en un contexto de crisis financiera en el Ayuntamiento, con un déficit que alcanza los 680 millones de pesos y la solicitud de una posible adquisición de deuda de 600 millones de pesos para subsanar el hoyo financiero de la Comuna.
