Era una tarde calurosa en Tijuana, Baja California, cuando Óscar Obed Parra, un hombre originario de Puebla, dedicado al reciclaje de residuos, decidió parar brevemente en un Oxxo. El poblano solo quería comprar un refresco para hidratarse, pero un simple gesto en medio de su jornada de recolección de basura, un descanso rápido, se convirtió en una pesadilla cuando la llamada “Patrulla Espiritual” lo interceptó.
Óscar, de 37 años, había vivido en situación de calle durante siete años, en los que cayó en adicciones y debió vivir en condiciones precarias en la calle.
El pasado viernes 23 de agosto, aparcó su carrito lleno de materiales reciclables y entró al Oxxo de esa ciudad fronteriza, pero minutos después sería “rescatado” en nombre de Dios.
La “Patrulla Espiritual”, una organización que viaja en una camioneta tipo panel, se ha ganado fama por su controversial misión de “rehabilitar” a personas en situación de calle, especialmente a aquellos que luchan contra las adicciones.
Bajo su lema “La Patrulla Espiritual no se equivoca” y “Que se prenda la patrulla”, irrumpen en las vidas de quienes consideran “perdidos”.
El caso de Óscar Obed no fue la excepción. Al interior del Oxxo fue sorprendido por los miembros de la “Patrulla” y aunque trató de explicar que no era un adicto sino un reciclador que trabajaba para ganarse la vida, además de que una y otra vez se rehúso a acompañar a sus interlocutores que lo rodeaban, sus palabras fueron ignoradas.
“Te llevaremos a recibir ayuda en nombre de Dios”, le dijeron mientras lo sometían entre cinco sujetos y lo forzaban a subir a la camioneta. El incidente fue grabado por la misma organización y publicado en sus redes sociales, en las que regularmente suben fotografías y videos de sus “rescates”, lo que representa una violación a la privacidad de las personas involucradas.
Fue allí que Óscar reconoció ser originario de Puebla y proporcionó un número telefónico falso para contactar a sus familiares como una forma de que dejaran de acosarlo.
Un día después, apareció nuevamente frente a cámara en un video posteado en las redes de la “Patrulla Espiritual”, pero esta ocasión aparecía bañado y rapado. Mientras ofrecía un relato breve de su vida, uno de los integrantes de la organización lo interrumpía y le inducía preguntas para que Óscar reconociera que estaba bien, que estaba recluido por su voluntad y que Dios así lo quería.
En realidad, el video donde aparece siendo capturado no es otra cosa que una privación ilegal de la libertad y hasta podría constituirse en un secuestro, ya que la “Patrulla Espiritual” quiere que la familia acepte su internación.
Incluso, en uno de los videos, uno de los sujetos de la clínica que se identificó con el nombre de Jesús Ignacio aseguraba haber platicado con la hermana del individuo, sin ahondar en detalles sobre qué fue lo que habló con ella, situación que levantó sospechas sobre su veracidad pues el número que había proporcionado Obed era falso.
Lo más alarmante es el respaldo que autoridades municipales dieron al caso, pues uno de estos videos donde se ve a Oscar Obed siendo interrogado fue difundido por Gerardo López, quien es el secretario de Bienestar en el Ayuntamiento de Tijuana y con un mensaje en redes sociales apoyó el traslado.
“Buscaba una FRESCA y encontró la SALVACIÓN A SUS ADICCIONES, la unión hace la fuerza . Patrulla Espiritual 2 Oficial gracias por la labor de salvar a estas trusas de Batman #TijuanaParaTodos #Tijuana”, colocó en su cuenta de Facebook.
El caso de Óscar rápidamente se volvió viral con más de 200 mil compartidos y más de 14 millones de views, además de que encendió un debate sobre los límites de las intervenciones de organizaciones como la “Patrulla Espiritual”, aun cuando su labor se presenta como altruista.
LA SOMBRA DE LA REHABILITACIÓN
Además, los centros de rehabilitación que operan para la “Patrulla Espiritual” no han estado exentos de polémica. En marzo de este año, dos internos fueron asesinados a golpes en una riña al interior de Jireh, ubicado en la colonia Pedregal de Santa Julia, lo que llevó a la detención de ocho internos, considerados los principales sospechosos.
El medio local Punto Norte relató que aunque los hombres de 36 y 38 años fueron trasladados en una de sus camionetas a un hospital cercano, estos ya no contaban con signos vitales, por lo que el director de la clínica y tres de los acompañantes fueron asegurados por la policía municipal.
Posteriormente, los agentes se dirigieron a la clínica de rehabilitación, donde detuvieron a los ocho responsables del ataque, incluido un menor de edad y dos hombres oriundos de California.
La falta de protocolos también quedó en evidencia dos semanas antes de este incidente, pues en otra sucursal de Jireh, localizada en la colonia Libertad de Tijuana, una balacera dejó como saldo tres personas heridas.
Según informes, el incidente ocurrió cuando se recibieron reportes en la central de emergencias sobre disparos frente a un domicilio en la calle Octava, en la esquina con la calle Jesús Carranza.
Acorde a las primeras investigaciones, los atacantes lograron escapar a bordo de un Honda Civic negro y un Mustang blanco. A pesar de que se implementó un operativo de búsqueda, los responsables no fueron localizados.