En el municipio de Tenextepec, a tan sólo 15 minutos de Atlixco, se encuentra el Hogar Canino Vida Nueva, un refugio que ha brindado esperanza y una nueva vida a cerca de 300 “lomitos” desde su fundación en 2001.
Maythé Peral, presidenta y fundadora del refugio, ha dedicado su vida a rescatar perros en situaciones de maltrato, atropellados, enfermos y con sarna a los que ofrece una segunda oportunidad.
Cada llegada de Maythé al refugio es una escena de emoción y gratitud. Los perros saltan de alegría, ladran y mueven la cola, agradecidos por el hogar que les han dado. La dedicación se refleja en cada uno de ellos, quienes reciben esterilización, vacunación y desparasitación, preparándolos para encontrar un nuevo hogar.
“Conlleva muchos factores: el que los llevemos con el veterinario, darle la esterilización, la vacuna, la desparasitación, además del alimento, es lo que más nos preocupa y escasea todos los días, por eso lo que pedimos es que nos apoyen económicamente, en especie y siempre transparentamos a dónde se plasmó su donativo”, explicó Maythé.
Sin embargo, mantener este santuario no es tarea fácil. La principal problemática que enfrenta el Hogar Canino Vida Nueva es el presupuesto.
Maythé señala que es una labor titánica comprar diariamente un bulto de croquetas que cuesta 600 pesos, lo que se traduce en un gasto mensual de 18 mil pesos, solo para la alimentación de los perros.
Expuso que, en el refugio, hay ocasiones que la situación se ha complicado en cuestión de comida, por lo que ha tenido que buscar alternativas de alimentación, como caldo de pollo con tortillas, para no dejar ni un sólo día a los animalitos del albergue sin comer.
“El bulto cuesta 600 pesos para todos, cuando no tenemos para darles croquetas tenemos que darles caldo de pollo con tortillas, pero ellos no dejan de comer, todo es totalmente particular, esto es de Hogar Canino Vida Nueva y desde el 2000 que estamos ya nos conocen”, apuntó.
A esto se suman los costos de atención médica y las limitadas ayudas gubernamentales que reciben, lo que provoca que la labor altruista de Maythé enfrente desafíos constantes.
Pese a las dificultades, Maythe no se rinde. Señala que, para mantener este espacio, dedica sus horas a jornadas de adopción, donde los animales tienen la oportunidad de escoger a sus futuros dueños.
Algunos visitantes deciden adoptar a distancia, proporcionando recursos al refugio sin llevarse a la mascota a casa. Esta modalidad de adopción, señaló, ha ayudado a aliviar la carga financiera del refugio y asegura que más animales reciben el cuidado que necesitan.
La cuidadora señaló que una buena parte de todos los animales que rescatan son abandonados por personas a afuera del refugio, donde los dejan amarrados para que ellos se encarguen de la manutención.
“En el momento se dejan llevar por la emoción de que están bonitos, pero ya cuando van pasando los meses van adoptando la forma de un perrito criollo y es entonces que o los sacan a la calle, les buscan una perrera o los sacan a albergues, pero todos están saturados”, expuso.
La activista externó que uno de los retos que enfrentan constantemente es que los prospectos a adopción en ocasiones rechazan a los perros mestizos, por lo que una de las estrategias que han utilizado es darlos en adopción desde que son cachorros.
Señaló que otra vertiente en esta problemática son las perreras municipales, llamadas de “protección animal”, las cuales, aunque están obligadas a recibir a perros extraviados, no les brindan el cuidado adecuado, al no contar con la infraestructura necesaria para atenderlos.
Ante esta situación, Peral señala que la mejor solución es la esterilización, toda vez que se trata de una problemática social de la que las autoridades no se han tomado el tiempo suficiente para atender, provocando que cada vez más existan animales en situación de calle que sufren abandono, maltrato o inclusive son atropellados.
En Hogar Canino Vida Nueva, también busca sumar al cuidado animal, al recibir apoyos a través del número telefónico 222766299, así como vía instagram en la cuenta HC_vida nueva, donde reciben cualquier tipo de apoyo para la manutención de los animales en resguardo, además de que aceptan visitas en el refugio y muestran las pruebas de todo lo adquirido con el recurso proporcionado.
