Una ciudad sin autoridad

Adán Domínguez Sánchez y el que manda en el Ayuntamiento de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, cumplen con aquella máxima del humor negro: “No esperábamos nada de ellos y aun así lograron decepcionarnos”. El sábado pasado se vivió el máximo esplendor de una ciudad que padece un grave vacío de autoridad debido a que la camarilla que tiene secuestrada la gestión municipal tiene una sola prioridad: la campaña electoral de Eduardo Rivera. Los problemas del municipio son administrados, no resueltos, es decir, se busca la salida más fácil para simular que se trabaja y, de paso, aprovechar para llevarse una buena tajada de la obra pública, el servicio, la atención, la licitación o el contrato. Desde que Eduardo Rivera pisó por segunda ocasión al gobierno municipal, muy rápido evidenció que el aparato oficial estaba al servicio de su proyecto personal. Ahí están los más de 270 millones de pesos gastados en promover su imagen, bajo el mentiroso concepto “difusión de las actividades gubernamentales”. Ahí están las carretadas de dinero para pagar estudios de opinión y todo aquello que necesitara su campaña. La ciudad siempre fue un pretexto. Nunca hubo una disposición real para hacer un buen gobierno, tener altura de estadista, sentar bases para corregir el barco. Lo peor es que todo el derroche, las ilegales acciones de la Comuna para coaccionar el voto, el aparato de gobierno puesto al servicio de un solo hombre no sirvió de nada. Eduardo Rivera se encamina a una estrepitosa derrota este 2 de junio y se confirma el consabido: Todo para nada. Lo grave es que la pandilla que secuestró el gobierno municipal está metida de lleno a que el PRIAN retenga el Ayuntamiento de Puebla y de esa manera tener impunidad ante todas las raterías que cometieron. Este 2 de junio sabremos si lo logran, aunque en realidad esa es la única oportunidad real que tienen, pues la gubernatura nunca la tuvieron en sus manos. En emergencias como la ocurrida este sábado es cuando se sabe si la ciudadanía tiene o no gobierno. Los afectados de la colonia Francisco I. Madero comprobaron que autoridades municipales no tienen, pero sí a un gobernador que con su presencia y el despliegue de todo el aparato de seguridad para apoyarlos les ofreció certeza. El Ayuntamiento que preside Adán Domínguez no fue rebasado en la contingencia, ya que crees eso significa que algo hicieron, pero el esfuerzo no fue suficiente. No, no es así. El ayuntamiento no hizo nada para atender la crisis, nunca se coordinó con el gobierno del estado ni pidió apoyo. En el fondo creyeron que era cosa de nada la granizada. Algo inédito, pero no grave. Ese razonamiento solo proviene de una persona indolente y de una autoridad que no sabe para que sirve el ejercicio del poder. El gobierno y la ciudad les quedó muy grande y este 2 de junio la ciudadanía se los va a recordar.